escribir

Escribir: tratar de retener algo meticulosamente, de conseguir que algo sobreviva; arrancar unas migajas precisas al vacío que se excava continuamente, dejar en alguna parte un surco, un rastro, una marca o algunos signos.[Georges Perec]

noviembre 25, 2012

prejuicios...

 Rafal Olbinski
“El hombre desea un mundo en el cual sea posible distinguir con claridad el bien del mal porque en él existe el deseo, innato e indomable, de juzgar antes que de comprender. En este deseo se han fundado religiones e ideologías.”

—Milan Kundera, El arte de la novela

Entre más leo y releo las palabras de Milan Kundera, más ciertas y lapidarias me parecen. Quisiera comprender esa predisposición nuestra, tan humana, innata e indomable, a juzgarlo todo… sin antes intentar comprenderlo. Pero no lo consigo. Quizá porque en el fondo de mí sé bien que el mero hecho de postearlas muestra mi parecer al respecto, como si al hacerlo estuviera juzgando mis muchos prejuicios. 


***

5 comentarios:

DiscursoBravo dijo...

Sobre el bien y el mal:

En algùn lugar sabemos lo que està bien y lo que està mal, entendiendo bien y mal desde una òptica personal. No se trata de una dicotomìa planteada por sistemas morales o religiosos o legales, no es un bien o mal en la opiniòn de otros sino en la nuestra. Cuando acallamos todas las voces, las ajenas y las propias, y dejamos de acosarnos, de estudiarnos, cuando dejamos de lado todo lo que nos dijeron o nos hicieron creer y nos concentramos en lo mas bàsico de nuestro ser, el bien y el mal se reducen a un efecto sobre nosotros mismos.

Georgells dijo...

Hola!

Kundera no andaba tan lejos de la biología y las ciencias neurológicas. De acuerdo con nuestra actual comprensión de los procesos de pensamiento y aprendizaje, todo el tema del juicio (y el prejuicio) es una cuestión de economía de energía.

Cuando el cerebro "piensa", es decir, pone a utilizar el neocórtex a toda su capacidad para comprender algo, consume casi la misma energía que al realizar ejercicio intenso. (Por eso conviene hacerlo con frecuencia y es válida la metáfora de "ejercitar la neurona"). Sin embargo, este proceso es lento y demanda posteriormente una reorganización de los recuerdos, pues estos no se almacenan en la memoria como libros en un altero, sino que van "encadenados" a sensaciones, percepciones, gustos, imaginación, etc.

Por ello el cerebro aprendió a "aprender" que significa: no dedicarle tiempo a un proceso mental, sino a clasificarlo, categorizarlo y recurrir a la conclusión cuando haga falta. Es decir, entre más rápido tengas un juicio claro sobre algo, menos energía consumes y más rápido reaccionas.

Esto era especialmente útil en los primeros estados evolutivos, por ejemplo, juzgar si el animal frente a uno era un potencial depredador o una deliciosa presa. Etc. Por eso el cerebro está "alambrado" evolutivamente para intentar clasificar todo cuanto ve, en el momento mismo en que lo descubre.

Ha sido nuestro largo y complejo proceso histórico el que nos ha ido ayudando a detener ese proceso e invertirle energía a razonar los hechos, para lograr conjeturas más profundas y más enraizadas en la realidad. Eso es la ciencia. Pero tardo milenios en desarrollarse, y, para muchas personas, es un proceso alejadísimo de su realidad.

Así pues, no se sienta mal por recurrir a prejuicios y sea comprensiva con quien recurre a ellos.

Abrazo!

G.

virgi dijo...

Los prejuicios nos los van cosiendo a la piel a medida que crecemos. Descoserlos es complicado, incluso vivimos sin saber que tenemos muchos más de los que creíamos.
Besos, Marichuy, besos.

Darío dijo...

Acabo de decir por ahí que soy muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy prejuicioso. Y lo reafirmo. Pero también lo juzgo. Y quizá pueda vencerlo. O no. Un abrazo.

Cuentos Bajo Pedido ¿Y tu nieve de qué la quieres? dijo...

imposible no juzgar