José Emilio, fotografiado por César Durione
Alta traición: a un día de las elecciones, este poema de José Emilio Pacheco viene bien para dar una idea de la intensa relación de amor-odio que los mexicanos tenemos con esa entelequia llamada Patria Mexicana.
No
amo mi patria.
Su
fulgor abstracto
es
inasible.
Pero
(aunque suene mal)
daría
la vida
por
diez lugares suyos,
cierta
gente,
puertos,
bosques de pinos,
fortalezas,
una
ciudad deshecha,
gris,
monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
—y
tres o cuatro ríos.
Pero no sólo mediante el amor-odio nos relacionamos los mexicanos con nuestra patria. Hay también, una especie de aceptación callada de la desgracia, resignación ante un destino manifiesto, ante la desgracia como sino. [Quizá por eso hemos sido lo suficientemente apáticos, aguantadores e indolentes, para dejar que nuestros políticos y gobernantes hicieran lo que han hecho con nuestro país...]
Mi único tema es lo que ya no está
y mi obsesión se llama lo perdido
Mi punzante estribillo es nunca más
Y sin embargo amo este cambio perpetuo
este variar segundo tras segundo
porque sin él lo que llamamos vida
sería de piedra.
y mi obsesión se llama lo perdido
Mi punzante estribillo es nunca más
Y sin embargo amo este cambio perpetuo
este variar segundo tras segundo
porque sin él lo que llamamos vida
sería de piedra.
Contraelegía
—José Emilio Pacheco, Feliz cumpleaños!
[30 de junio de 1939]
***
8 comentarios:
Odio sólo explicable por los altos niveles de frustración y desamparo ante la Matria.
Y Pacheco, puro Eros. Excelso. Pleno. Lleno de vida.
Me sumo a las felicitaciones.
Saludos sin veda.
Justo he estado reflexionando sobre la Patria, lo qué es, lo qué significa a nivel personal. Y me queda la sensación de que lo que vamos construyendo es mucho más importante que si queda uno u otro candidato.
La patria, cuantos han luchado para que tengamos hoy lo que tenemos....
Que dirán de nosotros nuestros herederos? Cómo es que estamos escribiendo la historia? Estamos construyendo o destruyendo como sociedad?
Auch, me duele el corazón
Esa maravilla de Las batallas en el desierto ya bastaron para enamorarme de este hombre.
El poema circula ya como un patrimonio universal para la gente de muchos países que seguro se identifica totalmente con lo que dice. Como por aquí, mi querida Marichuy.
Preciosa manera de decirlo. Hay ideas de patria que aterran, pero adentro, cosas para amar y dar la vida. Un abrazo. Y lo mejor para hoy. Aun con pesimismo, que empiece a torcerse la historia...
Amo el poema.
Hoy me parece, sin embargo, profundamente doloroso.
Te confieso que no tengo objetividad alguna en este momento, no me queda madurez para opinar, estoy, sí, deprimido y no sé si asqueado... o(perdóname) encabronado... porque la expresión es esa, no es enojo.
Pero gracias por estas letras que me reflejan de varias formas... todavía.
Beso
... y el comentario eliminado era yo... con otra cuenta.
Además, menso.
:(
Mau
Te acompaño en el “encabronamiento”.
Beso
Publicar un comentario