Es viernes… de ligerezas y…

y de primeras damas

El término «Primera Dama -» siempre me ha parecido anacrónico y fuera de lugar, pero lamentablemente es el usual para nombrar a las esposas de los presidentes. Sucede que en nuestro país y en muchos otros, estas señoras fungen como una especie de dama de compañía de sus respectivos maridos y casi nunca cobran mayor notoriedad; lo más que llegan a hacer es cortar listoncitos en alguna inauguración, sobarles la cabeza a los niños y presidir alguna comisión honorífica que bien a bien ni funciona, ni sirve para nada. No importaba si la señora tenía una ocupación profesional, al convertirse su esposo en Presidente de la República ella se veía obligada a dejar de lado su desarrollo profesional para jugar el papelito, nada edificante, de Consorte - . Resultante de esto y de otras formas y usos de la política mexicana, esas mujeres nunca ejercen mayor poder de atracción mediático, ni social. Así había sido… hasta que apareció Marta Sahagún, quien se negó a ejercer el tradicional papel segundón, llegando a detentar un amplio poder político y a ejercer una enorme influencia sobre su marido; a quien incluso llegó a opacar. Creo que siempre la recordaremos por eso, así como por la enorme ayuda e impulso empresarial prestada a sus hijitos, su gran afición a los atuendos de CHANEL - y otros desafortunados hechos. Así, más para mal que para bien, Marta Sahagún se convirtió en la «primera dama» más mediática que la memoria mexicana recuerde. Ahora las cosas son distintas, la actual «primera dama» mexicana, más forzada que por gusto pues tenía una larga historia como diputada casi permanente, ha buscado diferenciarse de su antecesora y ha optado por el retorno a las costumbres oficiales del corte de listoncitos inaugurales, sobada de cabecitas infantiles y… el gusto discreto, por no decir anodino y al aventón, en el vestir. Cosa que no le impidió -no en balde resalta por su conservadurismo, aún dentro de la conservadora derecha-católica gobernante-, utilizar su titulo de «Primera Dama -» para arengar en contra de una decisión soberana del Congreso Local de la Ciudad de México en torno a la despenalización del aborto [en sintonía con su marido el Presidente, quien inadmisiblemente “olvidó” que el Poder Ejecutivo no está por encima del Legislativo, pareciendo confundir a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos... con la Biblia].-


Pero en todos lados se cuecen habas…otra «primera dama» Hace unos días, en el blog de PAXTON comentábamos que la mayoría de los roqueros famosos -no necesariamente guapos-, se distinguen por tener compañeras sentimentales sumamente guapas, ya sean modelos, cantantes o actrices. Al parecer el Presidente francés Nicolas Sarkozy - no ha querido ser menos y a solo unos meses del escandaloso divorcio de su ex esposa Cecilia ha encontrado consuelo en la ex modelo y cantante ítalo-francesa Carla Bruni - , a quien ha convertido en su tercera esposa (y la segunda «primera dama» francesa en lo que va de su mandato, que aún no cumple ni un año). Y la nueva Madame Sarkozy, que no es fea y que no se distinguía precisamente por su vida discreta antes de su matrimonio con el primer mandatario galo, ha cobrado notoriedad rápidamente. Siendo catorce años más joven que su marido, poseedora de un historial profesional y amoroso larguitos, esta mujer está que ni pintada para ser presa y objeto de explotación mediática, tanto de la prensa rosa, como de medios más serios. Y hablando de su historial profesional, la casa Christie’s de New York oportunamente ha decidido vender una foto tomada hace 15 años y donde Carlita aparece desnuda.


















Y por si ello no fuera suficiente. Ayer, el Jefe del Estado Francés acompañado por su nueva esposa realizó una vista oficial de 36 horas a la tierra de los tabloides, perdón a la Gran Bretaña; como si no quisieran desmerecer su bien ganada fama de sensacionalistas, los más famosos tabloides –y hasta algunos periódicos serios- no encontraron mejor forma de dar la bienvenida al matrimonio Sarkozy que publicando, casi en primera plana, de la mencionada foto de la «primera dama» francesa.


Ese hecho periodístico no impidió, más bien pareciera que todo lo contrario, que Carla Bruni-Sarkozy estuviese especialmente sonriente y agradable en sus apariciones publicas, en donde obviamente acaparó miradas y flashes. A tal grado que periódicos serios como The Guardian y The Times comentaban que hasta el Príncipe Carlos y el Duque de Edimburgo, el esposo de la reina Isabel, no ocultaron su embelesamiento con la atractiva esposa del mandatario francés; el primer rotativo incluso se permitió el sarcasmo de comentar que Sarkozy “será bien recibido por los ingleses, las veces que quiera… siempre y cuando venga acompañado por su esposa.”


Pero si en mayo de 2007, en lugar de Sarkozy huebiese sido electa Ségolène Royal - (la femme en rouge), la historia sería otra y en lugar de primera dama… ¿habría un primer caballero?