Carnet de Identidad
Escribe
que soy árabe,
y el número de mi carnet es el cincuenta mil;
que tengo ya ocho hijos,
y llegará el noveno al final del verano.
¿Te enfadarás por ello?
Escribe
que soy árabe,
y con mis camaradas de infortunio
trabajo en la cantera.
Para mis ocho hijos
arranco, de las rocas,
el mendrugo de pan,
el vestido y los libros.
No mendigo limosnas a tu puerta, ni me rebajo
ante tus escalones.
¿Te enfadarás por ello?
Escribe
que soy árabe.
Soy nombre sin apodo.
Espero, paciente, en un país
en el que todo lo que hay
existe airadamente.
Mis raíces,
se hundieron antes del nacimiento
de los tiempos,
antes de la apertura de las eras,
del ciprés y el olivo,
antes de la primicia de la yerba.
Mi padre...
De la familia del arado,
no de nobles señores.
Mi abuelo era un labriego
sin títulos ni nombres.
Mi casa es una choza campesina
de cañas y maderos,
¿te complace?...
Soy nombre sin apodo.
Escribe
que soy árabe
que tengo el pelo negro
y los ojos castaños;
que, para más detalles,
me cubro la cabeza con un velo;
que son mis palmas duras como la roca
y pinchan al tocarlas.
Y me gusta el aceite y el tomillo.
Que vivo
en una aldea perdida, abandonada,
sin nombres en las calles.
Y cuyos hombres todos
están en la cantera o en el campo...
¿Te enfadarás por ello?
Escribe
que soy árabe;
que robaste las viñas de mi abuelo
y una tierra que araba,
yo, con todos mis hijos.
Que sólo nos dejaste
estas rocas...
¿No va a quitármelas tu gobierno también,
como se dice...?
Escribe, pues...
Escribe
en el comienzo de la primera página
que no aborrezco a nadie,
ni a nadie robo nada.
Mas que, si tengo hambre,
devoraré la carne de quien a mí me robe.
¡Cuidado, pues!...
¡Cuidado con mi hambre y con mi ira!
______________
Mahmud Darwish (poeta palestino, 1941-2008)
***
5 comentarios:
Desgarra casi tanto como la realidad, pero claro que hay realidades que la literatura no puede encarnar... Un abrazo.
Había leído este poema en un libro de poesía palestina "líneas en fuga", del cual transcribo este fragmento de la presentación que me gusto mucho:
"...Palestina es una metáfora personificada de todos los exiliados y de los desplazamientos de la historia. Un palestino vive en el exilio, incluso en su patria...Los marineros negros del sur de mi tierra, dicen: cuando alguien se pierde en el mar, cuando todas las búsquedas han sido inútiles, todo el mundo debe venir a la orilla y tocar el tambor.
Tocar el tambor para los perdidos hasta que ellos puedan encontrar el camino a la costa. La poesía en todas las orillas del mundo, está tocando el tambor. Tal vez allí nos encuentre nuestra costa."
Creo que no solo la poesía, sino todas las formas de literatura, la música, cualquier arte que permita expresarnos como parte de una misma geografía y una sola historia.
Terrible, terrible.
Ojalá la historia no se repita.
Un fuerte abrazo, querida Marichuy.
Todos comenzamos a escribir una primera hoja, cada día... Con el alma.
Saludos.
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