escribir

Escribir: tratar de retener algo meticulosamente, de conseguir que algo sobreviva; arrancar unas migajas precisas al vacío que se excava continuamente, dejar en alguna parte un surco, un rastro, una marca o algunos signos.[Georges Perec]

julio 24, 2014

mundo jodido...


Mientras en México se destapa la cloaca en Zamora, Michoacán con el affaire «Mamá Rosa» (y casi que en donde usted guste y mande en este pobre país), el mundo asiste impávido a la enésima incursión del ejército israelí en territorio palestino. No conforme con ocupar la tierra que les pertenece a los palestinos, el Premier Netanyahu parece empeñado en exterminarlos. Tal como sugirió una joven diputada de la ultraderecha israelí. El terrorismo de Hamas ataca a cuidadnos israelís y el gobierno de Netanyahu asesina a cientos de cuidadnos palestinos inocentes. ¿Y los terroristas? Bien, gracias. Pareciera que su lema justiciero es “Nos matan a tres, les matamos a cientos (más de cien niños han sido asesinados, difícil creer que se trate de un error)”. La Ley del Talión llevada a su extremo. Y en el camino, claro, mueren jóvenes soldados israelís. Si al menos, como en tiempos de Napoleón, los gobernantes que hacen guerra marcharan al frente de sus ejércitos, uno podría creer que son malnacidos mas no cobardes. Pero ni eso. Asesinos y cobardes (los hay peores, lo sé, los drones asesinos no tripulados de algunos gobiernos son la expresión más miserable de la imbecilidad bélica). 

Quizá exagero pero creo que a estas alturas, poco le falta a Benjamin Netanyahu para alcanzar los niveles del «humanista» Slobodan Milošević, aunque el israelí jamás pise tribunal alguno pues ya se sabe que su país, al igual que Estados Unidos y grandes democracias (sic) como Corea del Norte y otros, no reconoce al Tribunal de la Haya (menos que haga caso de los tímidos llamados de la inútil ONU, virtual cómplice de los crímenes de guerra del gobierno de Netanyahu). 

Alguien decía en Twitter que ojalá algún día recordemos lo que Israel hace con los palestinos con la misma profusión y complejo de culpa con los que recordamos el holocausto judío efectuado por el nazismo. Y aunque no me parece mala idea, no deja de ser triste que nuestra única aspiración (a falta de justicia) sea recordar a Netanyahu como recordamos a Hitler (o al ya mencionado Milošević). Pero tal vez así sea pues no parece avizorase justicia para los palestinos, cercados entre el terrorismo de Hamas y el terrorismo de Estado del gobierno de Netanyahu. Qué triste. Años de avance tecnológico y científico y la humanidad aún no encuentra una forma de convivir que no homenajee, un día sí y otro también, la máxima de Thomas Hobbes “El hombre es el lobo del Hombre”. 

***

2 comentarios:

Lucifer dijo...

Es muy cierto, y es tan triste que muchos de nosotros no tengamos ni el desgano de informarnos un poco acerca de todo este conflicto sólo porque no "afecte directamente" es ingrato.

Ay, este mundo...

Darío dijo...

Para mi lo peor es que estos tipos vivieron diciéndome que eran "las víctimas de todo", y ahora están matando sin misericordia. No pienso atarme la lengua nunca más.
Y es verdad lo que decís, tristes aspiraciones las nuestras, de quedarnos en la pírrica victoria de emparejar asesinos.
Un abrazo.