escribir

Escribir: tratar de retener algo meticulosamente, de conseguir que algo sobreviva; arrancar unas migajas precisas al vacío que se excava continuamente, dejar en alguna parte un surco, un rastro, una marca o algunos signos.[Georges Perec]

septiembre 29, 2013

fanáticos somos...

Édouard Boubat (1973)

«Llevamos en nosotros, como un tesoro irrecusable, un fárrago de creencias y certezas indignas. Incluso quien llega a desembarazarse de ellas y a vencerlas permanece, en el desierto de su lucidez, todavía fanático: de sí mismo, de su propia existencia; ha humillado todas sus obsesiones, salvo el terreno en el que afloran; ha perdido todos sus puntos fijos, salvo la fijeza de la que provienen.»
___________
—Emil Cioran

[Cita tomada de este excelente texto del crítico de cine argentino Roger Koza sobre la belleza, el amor al cine, los fans y sus fanatismos: El Gusto por la Belleza


***

8 comentarios:

QUANTUM dijo...

["they walk with a surprising dignity.
they dream with a direct simplicity that
humans just can’t
understand
(...)
they are
my teachers"
]

Lo que sigue es un fragmento de un texto publicado en el blog del escritor mexicano Fernando Fernández:


Nagara y Octavio Paz

(Entrevista con Marie-José Paz)


Nagara era el gato de Octavio Paz. Lo supimos gracias a Gerardo Deniz, quien nos dijo que Paz tomó de un poema suyo esa palabra...

Herederos de Nagara son algunos de los gatos de algunos jóvenes poetas, según me cuenta Marie-José Paz, la viuda del Premio Nobel mexicano, porque ella en persona se encargó de que fuera así. La conversación telefónica se extiende por veinte minutos, y Marie Jo —como la llamaba Octavio Paz y la llaman sus amigos cercanos—, quien contesta con una especial cortesía, nos relata que el gato Nagara vivió con la pareja veinte años, desde 1977, cuando ella lo recogió en un estacionamiento, como de un mes de edad —“era minúsculo, tenía un bonito pelo largo y estaba abandonado; era atigrado, quizás más león que tigre, una especie de angora callejero con el pelo muy abundante y un poco parado hacia la nuca, como un hippie de los años 60”—, y murió apenas un año antes que su célebre amo, cuando éste estaba ya enfermo, en 1997.

Continúa Marie Jo: “Vivíamos en el penthouse de Lerma y la llegada del gato fue todo un acontecimiento. Octavio nunca había tenido gatos: su relación con ellos se limitaba a los que había en el jardín de la embajada [de México en la India]. Al principio, Octavio no entendió que yo quisiera quedármelo, pero yo le dije que se quedaba él o me iba yo. Al principio, Nagara se llamó Minou, como todos los gatos de Francia. Era tranquilo y guapo, y Octavio acabó por quererlo mucho”.

“Como a los siete meses”, sigue relatando, “vino a visitarnos el poeta Westphalen [el poeta peruano Emilio Adolfo Westphalen], con su hija, quien dijo que tenía una gata que venía de Roma que estaba buscando novio y que quizá nuestro gato sería un galán ideal. Pero Minou era un bebé, vivía solo y era inocente. La hija de Westphalen, que no podía dormir por los aullidos de la gata ansiosa por casarse, insistió y la trajo al departamento; era una gata negra, de una bélle negresse, a la Baudelaire. La gata se lanzó sobre Minou, quien no esperó más de dos segundos para reaccionar. Fue increíble. Primero lanzó un grito de guerra y de inmediato se creó una especie de zarabanda desenfrenada y Westphalen y Octavio ya no pudieron seguir conversando; los gatos brincaban por todos lados, sobre las mesas, abajo de los sillones, entre los estantes de la biblioteca, entre los brazos de Shiva, a los pies de Hanumán...

QUANTUM dijo...

“Después de eso, Minou se quedó soltero. Vivió con la nostalgia de esos amores. Miraba, a través de los grandes ventanales, brillar el Ángel [de la Independencia, que se veía desde el departamento], con melancolía infinita. Luego nos mudamos a Reforma, y Minou vivía en el invernadero. Le buscamos una compañía; resultó que el poeta Francisco Serrano tenía una gata llamada Zapoteca, gata aristócrata, de sangre azul, con pedigrí —era una russian blue—, y la podía prestar. Hubo bodas a puerta cerrada, y de esa unión nació Michette, que se quedó con nosotros. Minou y Michette se unieron incestuosamente y fundaron la dinastía de gatos que sobrevive hasta el día de hoy, de gatos de pelo largo, sangre azul y nuca tupida, que fui regalando a los jóvenes poetas que pasaban por ahí. Se iban con un gato en su mochila”.

Marie Jo cuenta que Octavio Paz y Gerardo Deniz tenían una relación muy especial y que solían hablar de poesía. Según ella, Deniz le habló a Paz del haikú de Issa. “Un día, como a los tres años de tenerlo, José de la Colina —amigo de Octavio y de Deniz, y también muy amigo de los gatos— sugirió que el gato se llamara Nagara”. Y añade: “En francés nagara se dice quand même”.

Es sabido que Marie Jo vive rodeada de gatos. A la pregunta de cuántos, responde, entre risas: “No diré nunca el número de gatos que tengo. Prefiero decir mi edad”.

“Octavio”, dice, “supo que Nagara había muerto, y prefirió que hubiera sido así. Él ya estaba enfermo. El gato, que en veinte años jamás se enfermó, conservó una nobleza increíble hasta el final de sus días”.


[tributo gatuno]

Darío dijo...

Yo no sé, a veces me siento muy fanático de mis cosas y no me dan deseos de matar a nadie por eso.
Evita decía que era fanática de los más necesitados y de su labor por ellos.
Quizá sea necesario ser fanático para acceder a algún tipo de "plenitud".
Lo otro es lo otro. Tal vez demencia.
Qué término complejo!!!
Un abrazo.

Karol Arcique dijo...

Tal vez es la mejor manera de expresarnos...¿qué seriamos sin las pasiones que nos mueven?. Saludos!

virgi dijo...

Impresionante no sólo la lucidez, sino la capacidad para verbalizarla.
Tesoro, Marichuy, besosbesosbesos

virgi dijo...

Impresionante no sólo la lucidez, sino la capacidad para verbalizarla.
Tesoro, Marichuy, besosbesosbesos

La abuela frescotona dijo...

veo el fanatismo como un sentimiento o emoción terminal, es todo y es nada, es ese punto donde se agota la imagen del sentimiento mismo, es locura ciega...
a veces pienso que es el mas perfecto sentimiento o emoción pues se agota en su propia existencia, nada hay después de él..
saludos querida Marichuy

Cuentos Bajo Pedido ¿Y tu nieve de qué la quieres? dijo...

Estar locos nos permite, a veces, estar