donde las calles no tienen nombre, foto de Biserko Fercek
“[…] a la luz de tus antiguos fracasos, tus errores de juicio, tu falta de capacidad para entenderte a ti y a los demás, tus decisiones impulsivas e imprevisibles, tus meteduras de pata en cuestiones del corazón, resulta curioso que al final hayas tenido un matrimonio que dure tanto tiempo. Has intentado averiguar las razones de ese inesperado vuelco de la fortuna, pero nunca has podido hallar la respuesta. Una noche te encuentras con una desconocida, y te enamoras de ella; y ella de ti. No lo mereces, pero tampoco lo desmereces. Simplemente ocurrió, y nada puede explicarlo salvo la buena suerte. […]”
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–Paul Auster. Diario de Invierno, pág. 209
[Anagrama. México, 2012]
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5 comentarios:
Supongo que volver a un lugar así, sería casi como entrar en uno mismo, y comprobar todo lo que ha dejado en el camino. Para mi sería imposible no llorar.
Un abrazo.
asi es... simplemente ocurrió y no se podia dejar pasar... aunque, sabes, no lo atribuyo a la buena suerte...
abrazos
Un inesperado vuelco de la fortuna.... nunca se sabe dónde estará, es una línea consecutiva de cambios repentinos
Me gusta, un saludo.
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