escribir

Escribir: tratar de retener algo meticulosamente, de conseguir que algo sobreviva; arrancar unas migajas precisas al vacío que se excava continuamente, dejar en alguna parte un surco, un rastro, una marca o algunos signos.[Georges Perec]

abril 15, 2012

la vida sola...


Es siempre lo que sabíamos de memoria lo que nos toma desprevenidos
—Pascal Quignard

A un lado apenas o sólo un poco antes de los toscos recovecos de la antigua y poderosa vanidad; arriba o por debajo de las voces y gestos engolados del poder y sus muecas brillantes de sudor, la falsa blancura de sus dientes, su afilada y metálica sonrisa, la vida sola. Detrás de la violencia incesante y ubicua que nos mete el hocico en las axilas y nos zumba en los oídos una muerte contrahecha, ajena a sí misma y atrapada en un tiempo pervertido estos años de guerra, de barbarie pulida en su sordera y su retórica; o invisible entre las fibras de una continua madeja de emergencias y peligros, de insaciables ambiciones terrenales o vagas esperanzas en suntuosos infinitos; por ahí, en un doblez de las horas, en el puente pequeñito, casi imperceptible, entre el espacio y al tiempo que nos yergue, la vida sola. Suele ser sólo un instante que se abre, se desdobla y multiplica hacia adentro y hacia afuera, y entonces parece que se expande, que se alarga, a veces una llamarada azul con jirones amarillos, lejos, una cima de tiempo en que se atrapan los sentidos; otras, se balancea cerca de las manos, casi tangible pero no, envuelta en una tibia luz que parpadea, que así articula sus señales en un código de sombras y destellos: una trenza de cabello oscuro, densa, en el fondo de un cajón, sin nombre ni fecha y sin embargo dentro y más allá de la memoria; la ropa de un cuerpo amado que cuelga olorosa en el armario, el temblor de su presencia en los surcos de viento que dejó su impulso; las sedas y colores que ese cuerpo alumbra cuando ama, juega o duerme, y la alianza de sentido que ocurre entre las letras de su nombre sin decirlo, de nuevo y de pronto su persona; un patio al amparo dactilar de un árbol, el viento que anuncia la lluvia, los ecos de una casa de infancia o de vejez, esa misma casa sola, desnuda y palpitante; una gota de sangre, una gota de leche, una gota de agua en la palma de la mano. “[…] Sólo un instante, un hilo de luz que nos teje y desteje sin cesar en los bordes del vacío y la materia. La vida sola, inexorable, a la vez primitiva y refinada; no el calor de su nostalgia futura, como si no hubiera sido, y sí la certeza firme y suave de su fuerza, de su armonía salvaje y rigurosa. La vida inmediata, que es decir siempre y continuamente la esencial, insondable y evidente en los múltiples rincones que ignoramos, esas honduras que no hacen horizonte en nuestros ojos y sin embargo son el soplo del planeta, su inocencia azul a la distancia. La vida así, abiertas todas sus bocas, tramadas todas las formas de sus claros e incansables corazones, antes de la vanidad que nos deforma, antes del poder que nos cansa y debilita.
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—Francisco Torres Córdova, La vida sola

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imagen Frozen Flow

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7 comentarios:

marichuy dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
marichuy dijo...

En lo que vuelvo a aporrear el teclado con singular alegría (o por lo menos con enjundia), dejo este texto hallado en el periódico. A veces, no sólo notas terribles sobre muerte, desastres naturales o políticos nefastos aparecen en la prensa.

Saludos y gracias por leer en este sitio.

Karol Arcique dijo...

Es bueno encontrar lecturas como esta, saludos Mari

Jo dijo...

si uno halla algo asi entonces puedo hablar de esperanza:?¿. Aunque no se si aplica esa palabra...

Cuentos Bajo Pedido ¿Y tu nieve de qué la quieres? dijo...

La vida así, abiertas todas sus bocas...
Que significativo

Es bueno llegar a tu blog y encontrar al nuevo que leer!!!!
Gracias!

La abuela frescotona dijo...

ESTE ESCRITO ES INAGOTABLE, INCLUYE TODAS LAS VIDAS QUE DEAMBULAN EL MUNDO, RECOMIENDO LEERLO Y LEERLO Y ENCONTRAREMOS SUSTANCIA CADA VEZ, MARAVILLOSO, SALUDOS QUERIDA MARICHUY

virgi dijo...

Denso y lúcido. Mucha urdimbre y sin embargo...la vida, tan sola.
Volveré a leerlo, una vez no me basta.
Besos, Marichuy