escribir

Escribir: tratar de retener algo meticulosamente, de conseguir que algo sobreviva; arrancar unas migajas precisas al vacío que se excava continuamente, dejar en alguna parte un surco, un rastro, una marca o algunos signos.[Georges Perec]

septiembre 03, 2011

mi patria


Inicia septiembre. No cualquier mes, sino el mes patrio, mes en el que los mexicanos conmemoramos el inicio de nuestra Guerra de Independencia de la Corona Española (que ni fue una gran guerra ni nos volvió tan independientes). Septiembre, tiempo de desempolvar banderitas tricolores, beber tequila y gritar a todo pulmón ¡Viva México! Grito que nunca como hoy lleva un dejo de amarga ironía. Creo que nunca lo he gritado, salvo en alguna ceremonia escolar. Y es que mucho antes de que los fatuos festejos del bicentenario independentista (conmemorado en 2010) llegaran, ya me costaba trabajo digerir, no se diga festinar, toda esa parafernalia del mes patrio. Por un lado, la exacerbación del patriotismo/nacionalismo siempre me ha parecido una práctica medio emparentada con el fascismo. Por el otro, ¿cómo festejar la independencia de una Nación que si algún día fue verdaderamente independiente hace rato que ya no lo es?

Cuando era niña, una maestra del kindergarten nos dijo que Patria es el lugar donde se nace, se vive, se crece y se muere. Hasta el sexto año de primaria me creí semejante cosa y más de una vez la recité llena de emoción. Ya nomás. Actualmente me confieso incapaz de dar una definición de Patria que esté libre de cursilería y patrioterismo de ocasión. Mejor recurrir a la bella idea de R. M. Rilke, según la cual la verdadera Patria es la infancia… la Patria perdida. Al menos esto se acerca más a mi actual sentir. Nací en Guerrero, en un pueblito de la Sierra Madre del Sur en el que nunca viví, por lo que carezco de grandes recuerdos de mi estancia ahí. En cambio, tengo buenos recuerdos de mis días de niñez en Acapulco, puerto donde mis padres residen hace muchos años y donde yo solía pasar las vacaciones escolares. Y esa circunstancia es la que me lleva a sentir como mía esa expresión de Rilke: Acapulco, que algún día fue considerado sitio paradisiaco, hoy se ha vuelto un sitio triste, ex paraíso marcado por la violencia que poco a poco va minando el ánimo de sus habitantes, al tiempo que alejando a sus otrora miles de visitantes. Tal como va ocurriendo en buena parte de México, un país en el que morir violentamente parece convertirse en nuestra nueva acepción de "morir de causas naturales".

Por ello, si la infancia es la patria perdida, si somos los lugares que hemos perdido, mi patria perdida sería Acapulco. Aquellos días en los que el mar parecía definirlo todo. El mar como principio y fin de las ilusiones albergadas en mi despreocupada infancia-adolescencia.

Pero... seguramente estoy equivocada. La Patria tendría que ser mucho más. O tal vez no. Tal vez, como decía el escritor Jean-Marie Gustave Le Clézio, la única Patria que tenemos es la de una lengua común.

En fin… que no soy furiosamente nacionalista ni patriota. Y sin embargo, pese a mi disgusto por los patriotas de ocasión y los patrioterismos mediáticos, me duele –mucho- ver cómo lo que un día fuimos cada día parece más lejano, ver cómo México dejó de ser lo que era para convertirse en un algo que durante mucho tiempo no quisimos ver y que hoy, querámoslo ver o no, nos restriega su existencia en plena cara y de la manera más cruda. Así que más que ¡Viva México!, en este septiembre (y no sólo en septiembre) habría que gritar ¡Ya no más muerte, México! Que ya no sigan muriendo tantos mexicanos inocentes, por causa de una estúpida guerra mal planeada, mal ejecutada… una guerra perdida antes de comenzar.

Pero… ya terminó agosto, inicia septiembre. ¡Aleluya!... Ya pronto llegará el otoño.
***

¿Y ustedes sí se consideran patriotas, nacionalistas?

PS Si tienen tiempo, y ganas, los invito a leer esta fábula mía acerca del sentimiento patrio perdido. Escribidores y literaturos: a la búsqueda del sentimiento patrio perdido

 


imagen: Marie-Helene Alvin, Mujer con turbante



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26 comentarios:

Unknown dijo...

Pues yo ni lo uno , ni lo otro, si acaso y bajo ese tenor lo mas que podría decir es que soy Mexicano y punto con el bagaje cultural que eso pueda implicar, con los dolores comunes tal vez no tan fuertes con las alegrías particulares exaltadas…ya es septiembre…prefiero el otoño al mes patrio…

Jo dijo...

Somos las palabras de otro. nos repetimos (quizá sin saberlo)
en las miradas en el asombro en la alegria(aunque no aya mucho que celebrar)
en el sentir en las canciones... en los sabores .. la magia...

pero no se porque dicto estas palabras pero la sensación ha cambiado de hace un tiempo...

QUANTUM dijo...

"...aquella persona que sólo conoce el desánimo y el abatimiento no merece ser digna del pesimismo..."

-Carlos Monsiváis-
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Pareciera que los humanos tendemos más a la destrucción que a la construcción. Deberíamos, pues, ser capaces de contruir varias bombas atómicas y destruir este planeta tierra. Entonces, finalmente, obtendríamos la paz mundial.

Quizá somos una destrucción indestrcutible.

Hay quienes invierten en discutir. Cada quien sus ganancias.

[Olsen Olsen]

Darío dijo...

Cuando hablan de mi patria, los tipos que tienen la lengua demasiado larga, para filosofar sobre el dolor, recuerdo a tu patria que se desangra, y todos mis conceptos de patria se ponen a temblar.
Un abrazo fuerte.

Cuentos Bajo Pedido ¿Y tu nieve de qué la quieres? dijo...

En mi familia hay un gran amor por México, un furor por las fiestas patrías, el bisabuabaelo nos obligaba a ponernos de pie cuando se escuchaba el himno nacional en la TV. Nos poníamos trajes regionales para las fiestas, y así. Pero si quiero que el país sea transitable. Hay tanta gente buena que no tiene caso dejar en manos de asesinos el país que tanto trabajo y sangre ha costado

Luis Torres dijo...

No soy patriotero, ni mucho menos me hincho el pecho ante la bandera peruana y ni remotamente me alegra cuando la seleccion mete un Gol. Pero soy peruano, me siento bien al decirlo, y que naci en Pueblo Libre y mi antigua casa era colindante con el de Julio Ramon Riveyro, el mejor cuentista del Peru y a mi modo de ver Latinoamericano.

Me gusta su comida, las mujeres, me indigna la gente estupida e ignorante y la violencia rampante.

Nuestro actual presidente es nacionalista, hasta ahora va haciendo bien las cosas en los pocos dias que va en el gobierno, espero que siga el rumbo ya marcado.

VIVA MEXICO, ARRIBA PERU.

marichuy dijo...

Este poema de José Emilio (Pacheco, ¿hay otro?) siempre me ha gustado. Me parece sencillo, emocional, poquito desgarrado y desprovisto de florituras y melcochas. Lamentablemente, el año pasado casi consigue hartarme de tanto que lo trillaron en razón del Bicentenario Independentista. Pero hoy, ya quemados los fuegos fatuos de esos festejos, puedo volver a él.

No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas,
una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
-y tres o cuatro ríos.

--Alta Traición--

malbicho dijo...

creo que sì soy màs patriota de lo que quisiera reconocer, entendiendo la patria como explica rilke me siento menos culpable, pero al igual que pacheco puedo imaginar morir por defender algunas cosas de este paìs y de esta cultura, me gusta tanto lo que somos y necesito tanto entenderlo mejor, definirnos y difundirnos

y celebrarnos

(y reprobarnos... y reencontrarnos)

La sonrisa de Hiperion dijo...

Me patria cabe entre cuatro paredes...

Saludos y buen fin de semana.

babel dijo...

Tu frase la exacerbación del patriotismo/nacionalismo siempre me ha parecido una práctica medio emparentada con el fascismo resume a la perfección mi opinión sobre el tema. La suscribo totalmente. Puede que en mi modo de verlo influya que mis padres sean de distinta nacionalidad y que yo me crié en otro país, distinto a los suyos de origen, hasta que llegúe a España, no tan pequeña ya.

Por otro lado, las noticias que llegan al otro lado del Altántico, de Mexico, son deprimentes, muy poco alentadoras. No sé que parte habrá de cierto y qué de puro amarillismo mediático, dijeron hoy en un progrma de crónicas que era el segundo lugar del planeta más peligroso para vivir, dando información sobre último atentado en un casino. Sea a no cierto, en cualquier caso, ojalá que en tu país se pueda encontrar una solución pronto a tanta sangre.

Pau Llanes dijo...

Primero: no es que no sea nacionalista, es que siempre he sido y sentido radicalmente antinacionalista… Considero al nacionalismo, a los nacionalistas, fanáticos convencidos o ingenuos, sin querer, da igual; en todo caso instrumentos de ideologías decididamente violentas…

Los fanatismos ––el religioso, el nacionalista, por ejemplo–– son estados excesivos de exaltación y defensa de las creencias propias. Para (su) coherencia, deben ser intolerantes e intransigentes… Al declararse nacionalista, uno está afirmando abiertamente su diferencia hacia otros distintos: otros pueblos, otras gentes, otras naciones y estados. Diferente y mejor, por supuesto; uno no va por el mundo declarando orgulloso su nacionalismo para concluir avergonzado que es un desastre y un dechado de defectos individuales y colectivos.

Todo fanatismo implica un cierto desorden y algún tipo de disociación a la hora de articular y argumentar los aspectos fundamentales de su ideología. Pese a ser en la mayoría de los casos un simple aglomerado de creencias e hipótesis irracionales, el fanático intenta obsesivamente revestirlas de explicaciones de índole racional, justificaciones de tipo histórico, incluso sagrado, encadenando con ingenua emotividad, indiscriminadamente, hechos ciertos junto con meras suposiciones, teorías verificadas con vulgares invenciones, argumentos fuertes con retóricos sofismas, y todo ello bajo la apariencia de ser un razonamiento lógico de validez universal. El fanatismo nacionalista, sea cual sea su ideología y nación de referencia, es un sentimiento irracional abrumado por falsos argumentos racionales y deformadas razones causales.

Pero en realidad, en origen, todo fanatismo es una consecuencia irracional del miedo, un letal mecanismo de defensa para grupos y gentes que se sienten amenazados por lo desconocido o por los peligros de su más inmediata contigüidad. El fanatismo vive y se propaga en un estado de ansiedad semejante al del miedo. El fanático dice protegerse únicamente de las agresiones externas, defender su identidad colectiva ante la presión o el rechazo de los demás diferentes. El fanático siempre necesitará a su propia sombra para reconocerse amenazado, a sus recuerdos para sentir el olor del miedo. Siempre huele a miedo dentro y fuera de un fanático.

El fanático cree en lo sobrenatural, en lo divino, o tiene intuiciones sobre lo trascendental de sus ideas o su misión. Por eso sus ideas y su acción no sólo son “las que tienen que ser”, si no que “son las necesarias”. El fanático vive en un permanente estado de necesidad y obediencia debida a lo sobrenatural y a lo trascendente. Su grupo, él mismo, se creen los elegidos para llevar a cabo la misión de salvar su verdad y propagar su mensaje: ¡Dios lo quiere! ¡La Nación lo demanda!... Un determinismo fatal y repugnante emanado de la suprema “voluntad Invisible” mueve las serviles almas de sus súbditos involuntarios. Todo fanatismo cree que su tarea es SAGRADA, por ello es corriente que contamine su ideario básico con adjetivos y eslóganes tan contiguos y grandilocuentes como esta palabra: sacrosanto sacrificio, sacramento, sacrílego, sacerdocio, sangre… —aunque esta última sea totalmente ajena a su genealogía. El fanático nacionalista concibe su nación y el sacrificio por ella —el propio, el de sus víctimas— como su más heroico y elevado ideal. La palabra sacrificio está teñida de sangre, de memoria de sangre: es una palabra maldita que todo fanático aspira a bendecir nuevamente. Los fanatismos derraman sangre, beben sangre, lloran sangre… para saberse todavía vivos y verdugos de la vida. Todo fanático cree que lleva su ideal en la sangre…

¡Cuánta sangre derramada por la Patria!

Pau Llanes dijo...

¿Me permites que te recuerde las imágenes de los Desastres de la guerra deGoya? Goya retrata mucho más que una guerra de independencia o civil que también lo fue. Goya retrata la violencia desmedida, gratuita, sin motivos ni justificación algunos de tipo patriótico ni ejemplo de heroísmo alguno… Goya retrata la violencia irracional, desmedida, las mayores crueldades que uno pueda imaginar: violaciones, torturas, ejecuciones caprichosas, despojamiento a los cadáveres de uno y otro bando, montones de muertos, amontonamientos indiferenciados, heridos “remendados” para que vuelvan a ser carne de cañón… Y los desastres colaterales y sucesivos a la guerra: hambre, enfermedades, gente muriéndose por la calle… y la indignidad de quienes pasan de largo ante tanto sufrimiento, esconden sus cabezas como avestruces, incluso se ríen de tanto sufrimiento e infelicidad…

Goya es testigo directo de esa violencia y sufrimiento y así lo afirma: “Yo lo vi”, escribe bajo uno de sus dibujos y grabados… Y toma partido no por uno u otro bando, sino por las víctimas… La patria de Goya en toda espiral de violencia imparable e insoportable ––las guerras, los estados de violencia generalizados, institucionalizados o no, siempre incontrolables–– es una patria de víctimas, de dolor, de cadáveres… Goya es pues un patriota sin nación; universal, humanista, intransigente contra cualquier tipo de crueldad, contra cualquier tipo de violencia (la de los poderosos sobre todo), pero también contra la venganza o cualquier otra sagrada palabra que la justifica: sea por Dios, por la Nación, por la Patria o por… (me callo).

Siempre he descreído, como Goya, en la Patria y sus exigencias…

Pau Llanes dijo...

Nací en un país y en un tiempo en que los actos y las palabras patrióticas estaban infestadas de odio y rencor contra la media España vencida… La irracionalidad del nacional-catolicismo y la dictadura, su violencia hacia nuestras conciencias, la negación de nuestros derechos fundamentales, siempre utilizaban la patria como pretexto, nuestro sagrado destino como nación… Como puedes imaginar, yo y tantos otros, a lo mejor la mayoría de los españoles, abominamos entonces de la Patria y todo lo que suene a patriótico de ese modo. Nos hicieron “antipatriotas” bulímicos… Qué suerte que no tengamos letra en nuestro himno nacional… Y que nuestra bandera unificada sea “la roja”; sí, la roja ni más ni menos… la del futbol…

No obstante siempre me han conmovido los poemas patrióticos a una Patria que por desgracia ya no era. Por ejemplo el gran poema a la España en guerra del grandísimo poeta peruano César Vallejo: España, aparta de mí este cáliz… Y es que en esto de Patrias hay que aprender de los poetas y los artistas, de su entusiasmo tanto como de su escepticismo crítico. Por ejemplo del escepticismo de otro de mis poetas preferidos al que siempre llevo conmigo y lo recito siempre que puedo, Efraín Huerta, siempre tan conmovedor como crítico con su Patria querida y no por ello menos reclamada en sus poemas…

¿Recuerdas cómo comienza uno de sus poemas más comprometidos, reivindicativos: Avenida Juárez?

“Uno pierde los días, la fuerza y el amor a la patria,/el cálido amor a la mujer cálidamente amada, /la voluntad de vivir, el sueño y el derecho a la ternura;/ uno va por ahí, antorcha, paz, luminoso deseo,/deseos ocultos, lleno de locura y descubrimientos,/y uno no sabe nada, porque está dicho que uno no debe saber nada,/como si las palabras fuesen los pasos muertos del hambre/o el golpear en /el oído de la espesa ola del vicio/o el brillo funeral de los fríos mármoles/o la desnudez angustiosa del árbol/o la inquietud sedosa del agua”...

Poema que finaliza, desesperanzado y melancólico:

“No se tiene respeto ni para el aire que se respira/ ni para la mujer que se ama tan dulcemente,/ni siquiera para el poema que se escribe./Pues no hay piedad para la patria,/que es polvo de oro y carne enriquecida/por la sangre sagrada del martirio”…

Bueno, Marichuy, a lo mejor me pasé “okupando” tu sitio algo más de lo debido… pero hay temas que…

Saludos, bajo el Xitle… luego lloverá.

Pau

virgi dijo...

Nunca he tenido un sentimiento patrio, será por esta lejanía isleña y porque sólo el mar y los volcanes serían una patria auténtica, elementos físicos que han marcado mi vida. Las otras patrias, las de las banderas y los cánticos, nunca me las he creído.
Hermoso, bellísimo Pacheco.
Besos, cara.

Unknown dijo...

patriota y nacionalista, sin duda

los tiempos son difíciles, cierto, pero ahi vamos

sólo en café puedo ver, desplegada, tu página
y es una lástima, en casa de un tiempo acá, nada de nada

un saludo

Unknown dijo...

si hay muchos poemas del poeta firmamento

pero como ese, ninguno

espero leer pronto a la busca de tu sentimiento patrio perdido

yo también soy mexicano a secas, pero si, tengo noción de patria y orgullo de nación aunque a veces quisiera otra cosa

de aquí soy

y como dice la canción que canta la gran León (la de La Paloma, única también e irrepetible), Aquí me quedo

FELICES FIESTAS

FELICES AGUACEROS

SIEMPRE ES UNA VITAMINA LEERTE

MÁS SALUDOS

La abuela frescotona dijo...

creo amiga mia, que el sentido de patria ya no existe en el mundo...
los intereses de poder y dominio no crean en las mente nada que los aferre al terruño, así es mas facil el despojo de usos y costumbres, de principios...
es triste tu pensamiento, pero aqui ya está pasando tenemos una patria de actos escolares y fiestas oficiales, nada mas.

Unknown dijo...

perdón, leí mal lo de Pacheco: efectivamente no hay otro José Emilio. Hay muchos otros poemas y sobre todo poetas.
Y más amantes de la poesía verdadera
otro abrazo
este desde mi casa, aunque sigo sin poder ver, ahi, el blog

Unknown dijo...

Y bueno, a falta de otro modo y otro medio, la liga a una entrada de la que fuiste, en mucho, causante

http://costumbresvarias.blogspot.com/2011/09/tiene-que-ver-conmigo.html

Saludos afectuosos

Lata dijo...

Ay, le doy click a poner un comentario y me sale una vidente queriendo decirme mi futuro... qué tal?
si eso no es mexicano y patriota... ya no sé qué más agregar. u_u

QUANTUM dijo...

Hola Marichuy.

Imagínate un gato con ganas de dormir, así me siento. No he podido dormir bien en estos últimos días. Quise comentar desde el martes que pasó, pero se me han presentado cosas un poco estresantes y me he visto correteando la chuleta.

Quiero dormir como oso. Me gusta, disfruto del sueño.

Bueno, mi marichuy, me ire a dar un baño con agua caliente y espero caer ptofundamente dormido.

QUANTUM dijo...

Te quiero a las nueve de la noche.

Te quiero a las nueve de la mañana

Te quiero a los nueve segundos después de haber pensado en ti.

QUANTUM dijo...

[Te quiero]

QUANTUM dijo...

                                                                   mmm mua !!

Cuentos Bajo Pedido ¿Y tu nieve de qué la quieres? dijo...

Querida Marichuy, y qué te has sentido? (del coment en mi blog)
y qué tela está la peli que viste?

Clarice Baricco dijo...

En mucho coincido. Espero que ya acabe septiembre, porque aquí en Veracruz ha sido un mes sangriento y absurdo.

Abrazos preciosa.