escribir

Escribir: tratar de retener algo meticulosamente, de conseguir que algo sobreviva; arrancar unas migajas precisas al vacío que se excava continuamente, dejar en alguna parte un surco, un rastro, una marca o algunos signos.[Georges Perec]

noviembre 10, 2010

ante mis ojos*

He perdido la noción del tiempo que he pasado en esta cama; enlazada a sondas y conectada a un monitor, el cual pareciera estar dando cuenta de los latidos de mi corazón, mediante su constante bip-bip. Pero a pesar de mis confusiones temporales, siento que ya han trascurrido varios días desde que me dejaron en este cuarto; lo creo así, porque aún con las persianas cerradas, he podido distinguir cómo la luz diurna ha ido dando paso a la oscuridad que acompaña al anochecer. Lo que no sé, es cuándo y cómo llegué aquí; sobre ese hecho en particular, tengo una especie de vacío en mi mente. Me imagino que antes de percatarme dónde me encontraba, estuve sumida en un profundo sueño, pues todavía suelo tener algunos periodos de ausencia, durante los cuales no percibo los cambios de la luz, ni me doy cuenta de las visitas de las enfermeras y médicos, quienes a diario vienen a revisar los registros del monitor y la frecuencia del goteo en las sondas.

No sabría decir con exactitud, cuando empecé a sentirme incómoda dentro de mí. Debió ser aquel día, en que mirándome desnuda al espejo, no me reconocí en la imagen que éste me devolvió. Mi cuerpo lucía tan cambiado; ya no quedaba vestigio de mi pecho liso y mi cadera lucía una redondez que me desconcertó. Me perturbó tanto verme así, que me sentí avergonzada y aún en la soledad de mi habitación, de inmediato me cubrí. Busqué la ropa más holgada, una que disimulara mis pechos crecidos y la recién descubierta forma de mi cadera. A partir de ese día, dejé de usar camisetitas ajustadas y en general cualquier vestimenta que permitiera adivinar mis nacientes curvas y adquirí la costumbre de andar siempre vestida con pants y sudaderas holgadas; sólo cuando no me quedaba más remedio, usaba vestidos, también muy holgados y un tanto aniñados. Todo para ocultar las formas de mi cuerpo y ponerme a salvo de las miradas de los demás.

Fue en esa época, en la que empecé a notar cambios en mi estado de ánimo; me sentía irritable y sensible al extremo; en esos días, hubiera preferido no salir de mi cuarto, para que nadie notara lo que me estaba pasando. Y fue también, cuando iniciaron las alteraciones en mi apetito; sentía más hambre de la normal y comía para apaciguar esa repentina avidez, pero siempre terminaba sintiéndome mal por haberlo hecho. La comida se volvió un suplicio para mí y muy pronto me di cuenta, de que comer me causaba verdadera angustia. Busqué la manera de reprimir mi necesidad de comida; como al principio me costaba trabajo controlarla, llenaba mi estómago con agua y procuraba mantenerme alejada de la cocina, evitando a toda costa la tentación de la comida. Pero con el paso de los días y un buen esfuerzo de mi parte, conseguí dominar mi hambre de tal forma, que dejé de sentirla y ya ni siquiera requería engañar a mi estómago con litros de agua; en todo el día, únicamente comía algo de verdura y fruta. Me había hecho a la idea de que, reduciendo mi ingesta alimenticia a lo mínimo indispensable, mi pecho podría volver a lucir plano y mi cadera dejaría de verse redondeada.

Pero nada parecía dar resultado. No obstante que apenas comía y me ejercitaba mucho, cuando me miraba al espejo me seguía viendo igual, con esas formas que nada me gustaban; mis pechos continuaban creciendo y mi cadera redondeándose. El espejo y la comida se habían convertido en mis peores enemigos; sólo en el sueño encontraba un escape para evadir mis angustias. Huía de las miradas ajenas, lo mismo en casa que en la escuela o en la calle, para no sentirme presa de su escrutinio. Aunque siempre había sido solitaria, en ese tiempo me aislé aún más; de la escuela regresaba para encerrarme en mi cuarto, hacer mi tarea y dormir. Vivía tan aislada dentro de la casa familiar, que nadie se dio cuenta cuando un día, después de ejercitarme duramente, sufrí un ligero desvanecimiento; yo me asusté un poco, porque me quedó la sensación de un sudor helado recorriéndome todo el cuerpo, pero me tomé un thé bien caliente y me metí a mi cama para calentarme, hasta que esa extraña frialdad se desvaneció. Sin querer, había descubierto que era capaz de controlar no solo mi hambre, sino también cierto tipo de malestares; así lo creí y me sentí bien conmigo, casi feliz. Quizá por ello, es que no consigo entender qué fue lo que ocurrió después; cómo fue que terminé en este hospital.

Y aún sin saber qué fue lo que me sucedió, ahora me siento más tranquila. Acostada en esta cama y bien resguardada bajo la sabana y el cobertor extra, no tengo que preocuparme por las miradas escrutadoras; cuando llega la hora de la comida, ya no me angustio y no necesito buscar pretextos para no comer o mentir diciendo que ya lo hice. Nadie puede obligarme a ingerir alimento, pues no estoy en condiciones de hacerlo. Paso dormida la mayor parte del tiempo y a veces, hasta tengo gratos sueños; como anoche, cuando soñé que estaba sola en una hermosa y tranquila playa.

Pero sin duda, lo mejor de estar aquí... es que no hay ningún espejo.

No tengo idea de cuánto tiempo llevo hospitalizada; tampoco, de cuándo podré abandonar este sitio. Lo único que sé, es que el día que logre salir, me gustaría hacer realidad mi sueño e irme a vivir a la orilla del mar; creo que allá podría olvidarme de los espejos y de la angustia que me provocan la comida y las miradas ajenas.

*****

Este relato no es nuevo. Lo escribí hace 18 meses. El personaje es tan ficticio y real como  la vida misma. Algunos de ustedes -quienes me hayan hecho el favor de leerme en el blog colectivo Escribidores y literaturos- tal vez lo conozcan, pero creo que serán los menos.


*Publicado originalmente en junio de 2009 en el blog colectivo Escribidores y literaturos (este relato fue mi debut en ese blog).


*****

43 comentarios:

Jolie dijo...

Nuestro propio reflejo...


abrazo

José dijo...

Orales, yo ya lo había leido. Tanto tiempo de leerte, como pasa la vida. ¿Que no apareció primero en la revista esa ¿Sirusfem??.

Siempre estremecedora esa "realidad" alterna en la que se clavan algunas personas, obsesionándose con una imágen distorsionada de si mismos e intentando alcanzar otra imágen idealizada, siempre cambiante y mas demandante, por consiguiente inalcanzable y frustrante.

Lo peor aún, que no solo pasa en el ámbito de la apariencia física en todas sus variantes, sino tambien en los aspetos materiales, intelectuales, sentimentales, etc.

Como dañan los esterotipos.

Abrazos desesterotipados y mejor aún, un apretón de mejillas que es aún menos común.
Se aceptan cachetadas originales, por el atrevimiento.

le cid dijo...

Marichuy...

No se porque, pero me has recordado el drama de mi prima Pita: La anorexia.

Creo que nunca me di cuenta de ello y por lo tanto era evidente: Media hora en los servicios después de comer en un restaurante, su delgadez extrema y su irritabilidad al mínimo comentario sobre ello.

Un dia fui a su departamento en Tudor City Place en Nueva York con dos de mis amigos y uno de ellos dijo que tenia hambre, le dije que fuera al refrigerador a tomar algo, y cuando lo abrió se encontró con... una manzana y diez botellas de agua "épar", conocida por sus virtudes laxativas.

A partir de entonces todo fue buscar la forma de ayudarla, y el primer paso fue ponerla frente al espejo y enfrentarla a su propio reflejo. Aquello fue horrible, se le notaban todas las costillas y podías contar todos sus huesos. Pero a pesar de ello, ella continuaba encontrándose obesa.

Después de una larga estadía en mi casa en París, logré convencerla de buscar ayuda profesional, y aparentemente hoy, todo va mejorando.

Todo esto que le escurrió, fue a causa de una historia de amor desengañado que la hizo caer en la peor de las depresiones.

Creo que es por eso que siempre me observo en el espejo antes de salir, solo para ver si me reconozco.

Creo que la publicidad, las fotos de moda y toda información visual que nos llega, retocada, retorcida y deformada nos proyecta una imagen inhumana de la belleza y de la salud. Nos observamos en el espejo y encontramos nuestros pómulos menos salidos que los de las modelos, nuestra barbilla menos prominente y noble y nuestra silueta algo gorda... Y queremos en realidad asomarnos al espejo y encontrar aquella foto de moda retocada por fotoshop y presentada en papel glacé.

Y si nuestra idea de la belleza fuera demasiado estrecha? Y si no existiera una, sino miles de "bellezas"? Y si nosotros, cada uno fuéramos bellos a nuestra manera y que nadie nos lo ha dicho? Y si, en toda simplicidad, todo lo que nos han enseñado como bello fuera solo mentira?

Un beso y mil gracias por tu visita al blog. Creo que siempre que me he separado de alguien ha sido queriéndolo, con lo cual no conozco el rencor ni el odio, dos artes que no practico, pues son trabajos de tiempo completo y,desafortunadamente, la vida es demasiado corta para perder su tiempo en ello. Toda persona que he querido sigue habitando mi corazon.

Un beso, y sin lugar a dudas, sabe que tienes tu lugar en el edificio de mis afecciones.

Tessitore di Sogno dijo...

Adorada,
Me pregunto qué o quién te hizo recordarlo y volverlo a traer acá.
Me viene a la mente Brittany Murphy en la peli de "Gilr interrupted", que como una ironía de la vida terminó como en ese papel, que tan bien interpretó.
Me vienen a la mente tantas chicas guapas que veía en mis tiempos de antro, tan hermosas y tan solas, buscando imperiosamente cubrir un vacío con muchos vacíos.
Es cuando recuerdo lo valiosa que es la familia, el olor de una cocina donde recién se ha horneado pan, un cuento antes de dormir, pasear con tus padres.
Evadirse de la realidad es como las drogas, escindirse de la vida. Una pena.
Un abrazo.

virgi dijo...

¿Por qué será que el espejo rara vez nos devuelve lo que desearíamos?
Y en el caso de estas personas (conozco algún caso) es aún más doloroso. Como difícil es el no aceptarse.

Muy bien desarrollado, querida Marichuy. Según lo iba leyendo, pensaba que era una narración auténtica.
Un fuerte abrazo

Pequeñas acciones en una vida dijo...

A pesar de ser un relato ficticio, se aproxima más a la realidad de lo que la gente pueda creer. Las convinciones de aquellos que sufren la anorexia y/o bulimia terminan por deformar la realidad para seguir haciendo aquello que creen necesitar, siguen sufriendo y haciendo sufrir a aquellos que quiere... y la verdad es que la ayuda dificilmente puede ser útil si el primer paso no lo da quien lo tiene que dar...

AdrnRds

La abuela frescotona dijo...

NUESTRO CUERPO ES REFLEJO DE NUESTRAS ANGUSTIAS. ALECCIONADOR ESCRITO MARICHUY, OJALÁ MUCHOS LO LEAN, SIEMPRE RECUERDO LAS MUJERES DE MI JUVENTUD, TAN BELLAS EN SUS FORMAS,HOY NEGADAS POR ESTÚPIDOS ESTETAS DE LA MODA.
TE ABRAZO AMIGA

Anónimo dijo...

El relato es estremecedor y terrible. Debe ser una enfermedad espantosa no poder dejar de comer. Si querías conmoverme lo lograste.

Muchas gracias por tu visita.

BESOTES HERMOSA!

marichuy dijo...

Jolie

Pero no siempre el externo. Creo.

marichuy dijo...

Hola José

Cómo te va. Gracias por leerme y comentar. Se me hace raro que digas haber leído este relato en Siriusfem, pues ahí no lo publiqué. Sólo en Escribidores y literaturos.

Un abrazo

PS: Odio, por decirlo en términos civilizados, que me pellizquen las mejillas. Lo odio desde que era niña. xD.

marichuy dijo...

Le Cid

Pues la historia de tu prima es, digamos, un poco más clásica. Pero al final todas se apresen.

Este relato ficticio (es un decir), apunta hacia motivos de desarreglo e incomodidad con uno mismo, antes que a causas externas como podría ser una decepción amorosa, un abandono.

Pero al final, los síntomas, consecuencias y padecimientos asociados a esta enfermedad son los mismos.

Besito

marichuy dijo...

Querido Tessitore

Me vino a la mente alguien. Sí, no fue casual que me dieran ganas de volverlo a publicar.

Qué difícil dar con los verdaderos motivos. Pero más aún, con la verdadera ayuda.

Un besote

marichuy dijo...

"(...) difícil es el no aceptarse"

Querida Virgi

El no aceptarse es más común de lo que uno creería. Y a veces, suele acarrear graves consecuencias.

Un abrazo fuerte

marichuy dijo...

AdrnRds

Muy cierto: ninguna ayuda profesional funcionará y será suficiente, si quien padece el mal no está dispuesto a buscar una cura.

Saludos y gracias por tu visita

marichuy dijo...

Querida Abuela

Cierto: antes las curvas no se veían mal. Ahora, para muchas, son un vergüenza. Nos han endilgado un cierto estereotipo estético, que a fuerza de escucharlo y verlo, nos lo hemos creído... y de ahí el trauma.

Un abrazo

marichuy dijo...

Stanley

No fue mi intención. No creí que fuera tan estremecedor. Sorry.

Beso

Edmundo dijo...

Realmente estremecedor. Es la primera vez que llego a este lado tuyo.

Unknown dijo...

Impactante, lamentablemente tan real…no por eso deja de ser genial.

José dijo...

jejeje. Con que eres cachetona, jejeje.
No afirmaba lo de siriusfem, se me figuraba; pero ante la aclaración, doy por hecho que fue en los "escritores y literaturos" donde lo lei la primera vez.

Un abrazo sin pellizcos, jejeje no vaya a ser que conozca tus términos no civilizados.

marichuy dijo...

Edmundo

Espero no haya resultado tan desagradable llegar a ese lado mío, como tú le llamas.

marichuy dijo...

Toño

Y seguro hay casos mucho más dramáticos.

Gracias

marichuy dijo...

José

Que me moleste que me pellizquen las mejillas, no significa que esté cachetona. Significa que odio que la gente se tome atribuciones que yo no le he dado.

Abrazo aclaratorio (todavía en términos civilizados).

Eleonaí dijo...

... ir a vivir a la orilla del mar...

Que sea en primavera, sí es del lado del Golfo de México. O del lado del Pacífico en el otoño e invierno.

malbicho dijo...

antier me encontré en la calle a una bloguera famosa (plaqueta), es una chica muy linda pero no es flaca, eso la hace recibir enemil críticas y ataques, a veces cuando leo como critican su supuesta gordura reafirmo mis propios complejos: si una chica así de atractiva para muchos es considerada lo contrario, qué puedo esperar yo que sí tengo un problema serio con el sobrepeso?, pero verla en persona me hizo ver lo injusto que son sus detractores, no ser un esqueleto no le resta nada de atractivo y ella es ejemplo de como la presión social lleva a casos como el que narras, que aunque sea ficción no deja de ser una tristísima realidad

(por cierto, yo hoy aprendí que soy hermosa, pese a mis imperfecciones... lo triste es toda la vida que perdí creyendo lo contrario)

Anónimo dijo...

Bienvenida tu sinceridad, querida amiga! El otro problema de Australia fue la co- protagonista. Nicole Kidman quiere hacerse la hierática y da frígida. Para mí la única hierática que hay es la Deneuve, y Nicole está a años luz de ella! Supongo que coincidirás conmigo.

BESOTES HERMOSA Y BUEN DOMINGO!

Anónimo dijo...

Y para mí no sos amarga, tu fino y sarcástico humor me fascina!

Ahora si me voy.

BESOTES Y MUCHOS!

Nash dijo...

Pobres de las niñas que sufren de esto ¿cómo les explicas que son hermosas? Vengo de comentar en otro blog sobre el respeto, que parece que no viene a colación, pero creo que encaja más que nada. En la actualidad el respeto es un valor que se está perdiendo, y no me refiero sólo al respecto al prójimo. El que se profesa a uno mismo es primordial, para amarse y aceptarse como uno es. Pero ¿cómo se puede lograr esto si los jóvenes pasan horas frente al televisor mirando llenándose de ideas tan absordas como que el estar flaco es lo ideal?

Hoy, los jóvenes son bombardeados con mensajes que incitan a la vanalidad absurda, te dicen que debes vestir, lucir, hablar y hasta comportarte de tal o cual forma, si nol, estás "out"... juegan con el deseo natural de pertenecer a un grupo social. Y pasan consas como las de tu relato.

Yo conocí una historia peor; quién llenaba de ideas de este tipo a la joven en el asunto, era la propia madre; le decía cosas horribles a sus 10 añitos, cosas como "estás muy gorda", "pareces ballena", "comes como cerdo", era horrible. La muchacha sufrió de una anorexia y bulimia que la llevaron al hospital. Una muchacha guapísima, por cierto, y con un cuerpo envidiable, pero se sentía gorda y fea... por escuchar a su mamá. Afortuandamente salió de la enfermedad y, ahora que es madre, se quiere y cuida mucho, a la vez de que trata de inculcarle amor propio y buenos valores a su hijita. Yo sigo sin entender a su mamá.

La belleza es subjetiva, cada quién tiene su propio punto de vista respecto a ella pero, siempre, la belleza principal es la del alma, y esa no se gana con dietas ni vestidos bonitos. Eso es lo que se le debería de infundir a los jóvenes.. de repente la mercadotecnia me cae muy mal.

Por cierto!! ya habia leido esto en Escribidores... pero nunca comento ahi :(. Me gustó mucho.

Saludotes!!

Nash dijo...

Estoy notando que escribí algo parecido a Le Cid. Disculpa por la multiplicidad de la idea, pero no pude evitarlo!!

g. neidisch dijo...

Pues te pregunto y eres el único que responde
no necesito escucharte
tus palabras son visuales

Cambio el espejo por la ventana,
hablo tal vez a la pared
el eco me asusta
porqué rehuyen de mí todos
esa pregunta se dirige a mí

El recato de mis palabras,
laconismo puro y duro
mi capacidad de comunicación ya no existe
es mi culpa, es mi penitencia
si al menos luciera mejor

Me he respuesto del regocijo falso
no eran ellos los humanos quienes me hablaban
eran los otros, los de blanco
tampoco me hablaban a mí,
hablaban entre ellos sobre mí

Tal vez salga pronto de este cuarto
las ventanas hablan, pero no me responden
las paredes enmudecen
los espejos tal vez hablan, pero están lejos
Cuando salga y ellos me hablen
no sé si podré responderles

marichuy dijo...

Elonai

Me gusta para ser una mujer de otoño invierno. Ergo, amante del Pacífico.

Saludos

marichuy dijo...

Malbi

Huy jamás me hubiera imaginado que una de las blogueras (y twitteras) mexicanas más populares, tuviera ese tipo de complejos. Que la gente es jodona sin remedio, amén de racista, es innegable. Lo irónico es que en un país cuya raza no es eslava precisamente, a la gente se le menosprecie por "chaparra" y "prieta".

Lo he repetido hasta el cansancio (recordando una frase atribuida a Borges): La belleza no está en quien (se supone) la posee, sino en los ojos de quien la mira. Reconocer la belleza, más allá de ciertos cánones estéticos demasiado arraigados (así como de estándares impuestos por los medios de comunicación y la publicidad), es una cuestión de apreciación y hasta de sensibilidad.

Abrazo

marichuy dijo...

Querido Stanley

Acabas de ascender algunos peldaños en mi Altar personal: de un tiempo a esta parte, Nicole Kidman es la tiesura hecha actriz. Acá en México, a las actrices como ella les decimos "tiesas".

Y gracias por entender mi no-amarguetez.

Besos

marichuy dijo...

Cuetzpallin

Pues sí, la publicidad y a veces hasta las propias madres, familiares y amigos, más un espíritu demasiado sensible, llevan a miles de adolescentes (y otras mujeres no tan adolescentes) a caer en las redes de los desórdenes alimenticios. Tan dañinos.

Me sorprende que me hayas leído en "Escribidores...", esto lo publiqué hace año y medio, fue mi primer post en ese blog colectivo (no sabía que leías Escribidores y Literaturos).

Gracias y un abrazo

marichuy dijo...

Georges

Triste, verdad? Cuando hablas y sólo tu reflejo (distorsionado) en el espejo te responde.

Ojalá salga y llegue al mar.

Besos

Anónimo dijo...

Hola marychuy, te invito a ver :

Gimnastas y atletas.

Realizando actividades nos sentimos de mejor ánimo,bye.

jess dijo...

Yo la verdad es que le temo en demasía a los espejos....

Un espejo delante de otro espejo es un laberinto.

Y ya decía Borges que el primero en salir de ahí, sería el pez.

Destrás de ellos, hay verdades más horribles que una simple imagen.

Abrazote Marichuy!

marichuy dijo...

Gracias, Silver. Lástima que la protagonista de este relato sea ficticia.

marichuy dijo...

Jess

Creo que a todos nos ha pasado (o nos sigue pasando)

"Los espejos son hielo que no se derrite: los que se derriten son los que se admiran en ellos" (Paul Morand"

Abrazo

marichuy dijo...

Casi siempre es el miedo de ser nosotros lo que nos lleva delante del espejo.

(Antonio Porchia)

Cuentos Bajo Pedido ¿Y tu nieve de qué la quieres? dijo...

Cómo saber si la imagen que el espejo nos devuelve es la real?? Yo siempre me veo bien, pero la báscula no dice lo mismo, así que la ignoro ja

karenina Beltrán dijo...

de repente suele tenerse ese pequeño sentimiento, vacío, inquietante e inquisidor...abrazodesdeaquí!

MauVenom dijo...

Me acuerdo perfecto!!!

Y por eso mismo a pesar del tema, que recordé desde su inicio no pude evitar una sonrisa enorme.

Besos

Creo que es tiempo de releer varias cosas que hemos dejado por ahí.

Clarice Baricco dijo...

Me ha dolido. Duele. Y es verdad. Y pensar que hay tantas y que se necesita un grito de auxilio.
Ay amiga. Ay.

Aprecio tus letras.

Abrazos.