escribir

Escribir: tratar de retener algo meticulosamente, de conseguir que algo sobreviva; arrancar unas migajas precisas al vacío que se excava continuamente, dejar en alguna parte un surco, un rastro, una marca o algunos signos.[Georges Perec]

enero 21, 2010

viaje en la memoria

El viaje real hacia el descubrimiento tiene que ver más con tener nuevos ojos para apreciar, que con hallar nuevas tierras. Marcel Proust

[Advertencia: esta divagación es irremediablemente cursi y está plagada de clichés]
Se viaja para y por tantas razones, ánimos y deseos, que nunca un viaje a la misma ciudad es igual a otro. Viajar para olvidar -Kavafis dixit- no sirve de gran cosa pues la Ciudad que dejamos (y lo que ahí de nosotros se ha quedado, lo que nos duele y queremos olvidar) va siempre con nosotros. Aún así, uno lo intenta y emprende el viaje en busca de algo parecido al olvido o, tal vez, sea al revés: en busca de los recuerdos perdidos. Y entonces, como decía Proust, al reencontrarlos, de una u otra forma los altera, los embellece. Y así, el viaje (casi siempre) se vuelve mejor en el recuerdo -y más cuando se lleva un buen rato en el encierro. Debo ser de las pocas personas que realmente disfrutan viajar sin compañía -quizá sea que llevo dentro a un pequeño misántropo-, tanto, que la visión de los sitios que he conocido durante largas caminatas en solitario no ha sido igualada por las reencontradas en viajes acompañada. Hace tanto que no hago un viaje largo, que no me alejo de esta ciudad más allá de los 300 km de distancia, que ya empiezo a alucinar: en esta noche-madrugada, en que la luna de enero es apenas un gajo plateado en crecimiento, yo recuerdo un fantasmagórico plenilunio octubrino alumbrando mis pasos algo extraviados por una ciudad casi tan irreal como la propia Selene.

En decadencia desde hace cientos de años, según dicen, Venecia encarna como pocas ciudades (quizá como ninguna) tal condición, que lejos de afearla... la embellece. Lo viejo, ennegrecido y corroído por el paso del tiempo, adquiere en Venecia un halo de belleza melancólica y fascinante. Hace algunos años, en un brumoso anochecer otoñal, caminaba sin prisas ni rumbo fijo por esas intrincadas callecitas, las cuales, debido a la creciente oscuridad, a cada momento se tornaban más y más indistinguibles; andaba entre cavilaciones y alucinaciones, mirando aquí y allá, distraída y embebida en mi paseo nocturno, me sentía perdida y al mismo tiempo, tontamente dichosa. Buscaba el camino de regreso sin querer encontrarlo, abstraída en la mezcla de las visiones reales y las reconfiguradas por mi imaginación, tanto, que ni cuenta me di cuando mi andar desordenado me condujo de nuevo al punto de partida: la Plaza de San Marco extrañamente solitaria. Y fue ahí, cuando atestigüé una de las escenas más fantasiosas de mi existencia, como si me adentrara en una película de los años 50's del siglo pasado, de tan cliché… y cursi. 

Mientras arriba de la Torre del reloj, la luna intentaba escapar de la bruma empecinada en ocultarla, bajo las columnas de los leones alados -donde según la leyenda, antaño colgaban a los ladrones-, un violinista que ya había visto pasar sus mejores años recreaba (¿qué más podría ser?) Venecia sin ti. Y como si tal cliché no fuese suficiente, las melancólicas notas arrancadas a su vetusto violín, estaban dirigidas a una pareja de bailarines, absortos uno en el otro e indiferentes a todo lo que los rodeaba (que no era mucho: la imagen peliculesca, en gran medida, estaba acentuada por la bruma, el viento casi frío y la soledad de ese anochecer). La pareja más bella que he visto en mi vida; bailaban "como si recordaran el ayer cuando todo en Venecia hablaba de ellos"… aun sin conocerlos; acariciándose con la mirada, como si en lugar de la famosa canción de Aznavour sonara un tango, así de sensuales y apasionados eran sus acompasados movimientos. Ante tal visión, en un arranque de cursi romanticismo de ese al que sólo se atreve uno cuando se halla a diez mil kilómetros de casa -porque cree que ningún conocido lo va a ver-, hice lo que ellos: me desconecté de todo a mi alrededor y me dediqué al disfrute de la música del nostálgico violín y a la contemplación de su amorosa danza, tan apasionaba… casi como si hicieran el amor… y me olvidé de mi reciente extravío, del frío de la noche, del vaporetto que partiría sin mí… de todo.

A veces, como en esta madrugada, me pregunto si lo de aquella noche, en realidad sucedió o si por el contrario, sólo se trata de alguna alucinación mía.

«Era sencillamente deseo de viajar; deseo tan violento como un verdadero ataque, y tan intenso, que llegaba a producirle visiones. Su imaginación, que no se había tranquilizado desde las horas del trabajo, cristalizó en la evocación de un ejemplo de las maravillas y espantos de la tierra que quería abarcar en una sola imagen». [Muerte en Venecia, Thomas Mann]


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71 comentarios:

LUMPENPOETA dijo...

Venecia, estuve ahí dos veces y me enamoré de esa hermosísima ciudad. La segunda vez, cuando partí de regreso a Madrid, vi Venecia desde el avión y me entró mucha nostalgia, pensé que cuando me dijeran que el mundo se iba a acabar tendría que irme para allá, porque ahí no pasa nada, resiste el paso del tiempo. En la Plaza de San marcos un duelo de violines, ante un grupo azorado y reducido de estupefactos individuos que gozábamos esas notas de violín en el atardecer. Venecia duerme temprano, a las 10 de la noche las calles están solitarias. En vaporeto a Torcelo, entré a esa isla de casas de mil colores y pensé que vivía en una mentira porque tal vez ni guerras había, ni hambre, ni muerte, ese lugar contradice las penas del mundo. Caminar, se camina mucho sobre Venecia y sus canales, duelen los pies, sobre todo la memoria, es la ciudad más bella, por lo menos del mundo que conozco.

Besos que vayan como en góndola o por lo menos en vaporeto (siempre salen más baratos y van más lejos)

Anónimo dijo...

No sabes como me encanta visitar tu blog, las cosas que escribes simplemente me fascinan! un saludo! feliz año! :D

karenina Beltrán dijo...

holahola marichuy..aquí de nuevo....ya extrañaba asi como estas divagaciones...me declaro fan de los textos plagados de divagaciones cursis y plagados de clichés....y si los viajes son como parte de los sentimientos encontrados...la búsqueda...el dejo de nuestros pedacitos en cada lugar que vayamos...las nuevas postales en nuestra mente...abrazo sureño!

Champy dijo...

Pues sabes que no la conosco, y en algún tiempo era de mis prioridades, pero estas mutan, y ya sabes que ahora CANNES está por delante así como las causas de mi mutación.
A mi me apasiona la vida, y de esta, la capacidad que tienen algunos humanos por asentarse y desarrollar culturas en lugares tan extremos como los desiertos o las selvas...Sabías que amo los desiertos?
De mis viajes? Sabes de las experiencias vividas luego de conocerte..antes de...? Momentos mágicos:
En una ocasión, perdido en un pueblito del bajío, caminando, en un portón, sentada en una enorme piedra de esas usadas por esos lugares para descansar en las entradas, una niña enormemente gorda, gigantesca, de no mas de 8 años, pero con unos brazotes como de 30 pulgadas de diametro cada uno, y las piernotas así, de caricatura, con una sonrisota de oreja a oreja se comía un elote enchilado, infantilmente atavíada con un vestidito de muñeca, y encajes y calcetitas hasta el tobillo...pero se comía su elote con un gusto que te daba encanto. Botero la hubiera pintado.

Años mas tarde, un amigo en común y tu servilleta vimos a una sexoservidora en su cajita de cristal muy similar, pero semidesnuda....creo que en Hamburgo.

Una peda maravillosa en el Tropicana, de antología, yo solito en una muy buena mesa, rodeado de japoneses, franceses y argentinos, ah y una pareja de españoles..pues acabamos en una sola mesa arreglando al mundo a beso y beso y bendiciendo a Fidel, salimos con una botella en la mano cada uno a bebernosla al malecón...

En una ocasión, en Manhatan, mi hermana la Diva (de esa casi no te he hablado) llegó con una gripa de la chingada, y por lo mismo no salimos, solo caminamos hasta la medianoche...regresamos porque en verdad estaaba muy malita la pobre...... y que me da tos.
Un atauqe de tos horrible, de esos de pena ajena. Y mi hermana enferma! Yo lo que quería era que descansara para aprovechar mejor el día siguiente. Pues recuerdo en ese instante que en el recorrido de Laguardia al hotel ví una farmacia, y yo nitidamente la recordabaa a unas calles del hotel...y me digo a mi mismo: Vamos a comprar medicina. Caminé y caminé y caminé (ya para este entonces eran las 3 o 4 AM) hasta que a lo lejos ví el anuncio de una farmacia muy popular de aquel lado del rio...pero para llegar debía atravezar por una banda....y era una banda de a deveras, mezcla de todas las razas serias que poblaban NY en ese año (por ay del 2001 o 2002..antes de Giulliani)y ya no me podía rajar, ya estaba yo a escasos metros cuando reparé, entre el frio (era febrero) y el asombro (Manhattan de noche) no me dí cuenta del peligro hasta ese momento, pero ya no me podía echar pa'trás! O si podía, pero mi instinto salvaje (muy útil) me dijo: Adelante.
Pues pasé en medio de los susodichos, serían 20 o 30 miembros, de los cuales, casí la mayoria me saludó efusivamente, me dijeron Hola en no se cuanto idiomas y dialectos, o yo supongo que eso me decían (los afroamericanos tienen un acento horrible), y ni un solo pelo se me movió (no te rias desgraciada todavía tenía pelo), por supuesto que yo a todos les conteste con el mismo acento una sonrisa y un movimiento afirmativo de cabeza....
UF!!!!! Llegué a la farmacia y nada pendejo, el regreso lo hice por la acera de en frente, y ahora en lugar de Holas recibí Adioses!

Te platique mi recorrido por Bombay al amanecer?
de película, pero ya me tengo que poner a trabajar!
Ay luego vengo.

2046 Besos viajeros.

MauVenom dijo...

Pues yo sí te entiendo

me encanta viajar solo. Lo disfruto y además abre un mundo de oportunidades que de otra manera no tienen posibilidad de ser

viajar solo es conocerse a sí mismo en otro lugar

porque como dices lo que dejamos atrás no se queda y viaja con nosotros

no conozco Venecia, mis atenciones siempre me jalan hacia el otro lado del mundo y parezco estar enviciado... pero llegará el día en que el aire me lleve para allá.

Lo cursi también tiene su espacio en nuestras vidas.

Beso

saqysay dijo...

Puede que sea el deseo de transportarse a un lugar de tranquilidad absoluta, en dónde el tiempo pase sin preocupaciones. Tal vez, disfrutar de las pequeñas cosas, sencillas, cursi.

O la otra explicación es alejarse del mundo que te consume cada día, para alejar la rutina, dejar de ver las misma caras, conversaciones, sin sentido pero que están allí.

A eso yo le llamo, desconectarse
Es bueno hacer una PAUSA.


Cariños por siempre!

PD: Me gusta viajar sola, si es en una excelente compañía no hay problema.(No conozco Venecia)

Ju dijo...

Ay! esta canción "venecia sin tí" es un puñal de melancolía.

Me encanta la imagen de Venecia fantasmagórica, entre la noche y la bruma.

Viajes, amores, recuerdos..

qué ganas, qué necesidad de viajar.

un Abrazo.

Anónimo dijo...

no estas sola Marichuy... ya somos varios a los que nos gusta viajar solos...
aparte de leer tu post que no tiene nada de cursi (cursi, los mios) me gusta leer mucho los comentarios de Champy, anteriormente te lo habia comentado...
sabes a donde me gustaria viajar y espero que pronto sea una realidad... ya que no esta muy lejos... a la Huasteca...
un abrazote
=)

Jo dijo...

Al volver de un viaje uno tiene la secreta esperanza de que algún milagro puedo haber hecho que todo sea distinto, pero basta con salir a la calle un rato para que la esperanza se rompa, sin anestesia.

Como tantas otras veces de niña a veces empecé a preguntarme qué carajo estabamos haciendo siempre en el mismo sitio... ..en otras ocasiones cuando el complice no daba cuerda o se acababa la plata ¿me preguntaba Por qué no nos ibamos de una vez por todas?

También como otras veces, no encontré la respuesta. Y nos seguimos quedando y andando por las mismas veredas o valles o bosques o playas o paisajes o carreteras, o caminos o campos o callejuelas o provincias o paises, o rios o mares.


debo confesar que esto era un post que se me antojo comentarte

:D

Jo dijo...

olvidé acatar algo importante¡
Bon voyage! Have a nice trip! Tenha uma boa viagem,Gute Reise! Przyjemnej podróży Jó utat!Goede reis!Drum bun!, Srećan put! Boa viagem!, Góða ferð, Goeie reis, Jauku ceļojumu!
¡Que tengas buen viaje!


si que parezca conjuro

marichuy dijo...

Lumpenpo

Es cierto: andando por esas callecitas, uno siente que el tiempo se ha detenido: Venecia debe estar -casi- igual desde hace 400 años.

Yo la recuerdo siempre así con nostalgia, en medio de la bruma del anochecer otoñal y con esa impresionante pareja (no sé qué nacionalidad tenían, pero ambos dos -diría Fox- eran de una guapeza insultante) bailando para sí mismos, olvidados del mudo y por el mundo olvidados -menos el violinista y yo-, como diría Alexander Pop. Mi nostalgia se auna a esa sensación de que la próxima vez que vaya (si es que lo hago) ya no será lo que fue para mí anteriormente.

Je, cierto la góndola es más “romántica”, pero yo prefiero el vaporetto.

Besos, como quien tira monedas a la Fontana di Trevi, en un conjuro para que regresemos pronto a Venecia (Roma no me gusta tanto)

marichuy dijo...

Sharyce

Gracias. Y a mí me gusta, que estés de vuelta en la blogósfera.

Saludos renovados

marichuy dijo...

Karenina

Es bueno saber que a alguien le gustan mis divagaciones... cursis y clichés, jeje.

En la adolescencia leía a Proust como quien ve llover: sin entender gran cosa. Sólo hasta que empecé a obsesionarme con el tiempo y el hueco de la memoria, he empezado a medio aquilatar su grandeza así como los muchos alcances de su “Búsqueda del tiempo perdido”.

Yo, casi siempre he visto la aventura viajera, como un símil de la búsqueda de expiación.

Y ya sabes (como quizá habría dicho Proust): recordar es volver a viajar.

Abrazos

marichuy dijo...

Champy

Mira, primero vete a la Berlinade (muero de envidia), que ya iremos pensando en el 63 aniversario de Cannes. Lástima que el verano suela ser tan caluroso en Italia y así, por mucho que me guste Venecia, no se me antoja nada.

Ese paseo por Bombay tienes que platicármelo

La señoritas sexoservidoras en cristal, se ven mejor en Amsterdam ¿a poco no las viste? y ahorita que leí Hamburgo (y sexoservidoras), me acorde del filme "A la orilla del cielo" de Fatih Akin (a la venta en MixUp y a un precio excelente -breviario informativo cortesía de Chuyita, compradora compulsiva de películas-).

Tu borrachera del Tropicana, esa sí que se me antojó (y eso que yo no bebo).

Besitos ansiosos de largarse lejos

jess dijo...

Viajamos en busca de los recuerdos perdidos....

Ay Marichuy.... me has derrumbado.

Hay un destino que me rehúso a olvidar... el día que regrese, quizás lo deje ir, pero.... hace mucho que por mi propia salud mental, olvidé el camino que lleva hacia él...

Por otra parte, prometí regresar a un destino... tengo miedo de que el día que cumpla mi promesa, él ya no esté ahí esperándome....

Mínimo creo que seguirán sonando tangos en Caminito.... :)

Un abrazotototote linda!

marichuy dijo...

Mau

Es eso: viajar solo, a donde sea, supone un reto mayor, porque no sólo intentarás medio conocer algo de otras culturas -despojándote de miedos e ideas preconcebidas. Sino también, porque te verás obligado a permanecer en contacto contigo mismo; con ese yo que en tu vida diaria sueles dejar un poco abandonado, o, peor aún, evadido, sepultado, a propósito, bajo el peso de las obligaciones rutinarias.

Besito

marichuy dijo...

Saqysay

Hay mucho de eso que mencionas: si por algo me gusta viajar, es precisamente porque mientras dura el viaje, y hasta donde es posible, me desentiendo de lo que me rodea; de eso que, a querer o no, me constriñe en el día a día. Desafanarte de las obligaciones laborales, de la rutina diaria, la monotonía... siempre brinda un buen respiro.

Y aunque llevemos con nosotros lo que somos, viajar nos brinda la oportunidad –temporal, desde luego- de nutrirnos, de respirar otro airee, ver otros colores, tocar otras texturas.

Besito

marichuy dijo...

Jules

Nunca había visto la canción de Aznavour tan así, pero es cierto: es como una bofetada de nostalgia.

Viajes y amores... platónicos, pero sí. Un día le voy a contar la historia de otra amorosa pareja que me encontré en un viaje, y que tampoco he olvidado (otro par de bellos, por cierto, aunque muy distintos a estos bailarines... aquellos eran besucones).

Sí... qué necesidad de viajar.

Abrazos en espera de viajar

marichuy dijo...

Ana

Será que a los solitarios, no podría gustarles otra forma de viajar?

Gracias por decir que no soy tan cursi, querida.

Un abrazo

Anónimo dijo...

es que...no es que no me guste, pero no me gusto. muy coherente ando, veras, que tengo unserio problema de olfato sensible y pues realmente no la disfrute como merecia, el olor en verano que es cuando fui, era si te digo espelusnante me quedo corta, en mi vida he experimentado semejante cosa, y si es de arquitectura preciosa y hay mucho que ver, pero cuando el de la gondola se la pasa haciendose el gracioso con que te a a tirar y yo con el estomago hecho un revoltijo.. no, definitivamente no es lo mejor que meha pasado.
Sorry por grinchear el post, mas te digo que lo de viajar solita, mas que por ganas ha sido destino, no lo he buscado, pero lo he tenido que hacer y se aprende a estar solo... como todo.

termino mi terapia de hoy doc! ;0)


jaja!...
besitos nena!

marichuy dijo...

Jolie

Dices "nos seguimos quedando y andando por las mismas veredas o valles o bosques o playas o paisajes o carreteras, o caminos o campos o callejuelas"

Te leo y recuerdo que Konstantin Kavafis tenía la pluma llena de razón: a donde vayamos la ciudad que dejamos (la nuestra, de la que escapamos) va con nosotros... siempre.

Gracias; esperemos que el conjuro sirva y que pronto hagamos un largo viaje... todos los que gustamos de ello.

marichuy dijo...

Jess

Y a veces, cuando menos se lo imagina una, hay quien sí percibe lo una ha querido expresar bajo el barniz de cursilería y clichés. Qué te puedo decir yo, de ese amor tuyo argentino? Nada. Acaso, que la vida es muy corta, mi estimada Jess y que quizá (como decíamos en la entrada de “tan nítido... tan complicado”) estás dejando escapar al AMOR con mayúsculas. Sé que es muy fácil decirte que al menos podrías intentar averiguarlo; sin embargo, si alguien entiende ese no querer hacerlo por temor a que el recuerdo sea mejor de lo que el hecho, que el sentimiento en sí, esa soy yo. No tanto por el viejo refrán de que nunca segundas partes fueron buenas, sino por eso que decía Proust: al rememorar hechos, lugares y personas, nunca lo hacemos sin alteración, sino casi siempre embelleciendo esos recuerdos. Y en el fondo lo sabemos, de ahí el miedo a confrontar la hermosa remembranza con la realidad, el temor a la decepción, a descubrir que lo que añorábamos ya no es, o que, peor aún, quizá nunca lo fue.

Uff me fui en automático; dispensa el chorote.

Un abrazo

JP dijo...

-- marichuy, alguna vez viaje solo y sin destino, me canse de caminar y de no comentar con nadie cada momento de lo que es descubrir lo mas importante de cada ciudad: su gente, bellisima cronica! Besitos!

Anónimo dijo...

Vaya, yo casi siempre viajo sólo y CON destino, pero, pssss.. En fin, Venecia, es linda, pero bien pinche cara!!

Ahaha, en Amsterdam las muchachas son la onda, hay un café, donde solía sentarme en una estancia corta que tuve, para observarlas contonearse y platicar, je!!

Chale, Mari, no cocnoces aca, una amiga como entre 28 a 31 qué sea soltera, inteligente, agradable y aguantadora?', ahahahaha!! Y que le guste viajar!!

Ju dijo...

Maruchuchis,

Me recordé de un cuento de Cortázar que se llama "La barca o la nueva visita a Venecia". Pertenece al libro "Alguien que anda por ahí", yo lo tengo en edición de Alfaguara. Ees un texto mmm medio experimental al estilo de Pirandello: personajes en busca de un autor.

Transcurre en venecias y es sobre viajes y encuetnros/desencuentros.

Saludos Matinales!

marichuy dijo...

Sonis

Imagino, por eso le comentaba a Champy que para mí, Venecia es fines de octubre, neblina, noches cortas, bruma ocultando la luna, calles desiertas y poco turismo. Todo lo contrario al verano (ah… y sin góndolas).

Sipi uno se acostumbra tanto a la soledad, que a veces teme convertirse en un misántropo...

Consulta rápida la de esta noche, querida; veredicto simple: a Sonis, como a la Marichuy, el verano no les gusta nada… ni siquiera en Venecia, jeje.

Besito

marichuy dijo...

Jota-pechocho

Supongo que todo dependerá del ánimo con el que se viaje ¿no?
Mis viajes, la mayoría de las veces, han sido con fines... digamos de introspección y expiación; entonces era necesario hacerlos sola.

Besito

marichuy dijo...

Astrofísico

El problema de viajar con un científico loco (en el mejor sentido de la expresión), es que debe ser dificilísimo seguirle el ritmo mental.

Venecia no creo que sea más cara que Japón ¿o sí?

Je, aunque esto a veces degenera feo, todavía no es un web site para buscar pareja, jajá.

marichuy dijo...

Jules

No conozco ese texto de Julito; le iba decir que lo buscaría, pero no crea que soy muy afín a los textos "muy experimentales"

Saludos matinales

Champy dijo...

Este mismo weekend me la merco, que no te quepa la menor duda!

Deja tu la borrachera que efectvamente fue apoteósica, los recorridos en ese estado de los malecones del mundo a las 4 AM son MA-RA-VI-LLO-SOS!!!
hagalos donde los hagas!

Una banda en vivo ya sea de rumba en La Habana, de Jazz en New Orelans o de tango es el preludio perfecto para caminar bajo las estrellas escuchar al mar y hasta descalzarte y mojarte los pies...

Luego te cuento de Bombay porque es largo y tendido....solo te adelanto que fue asombrosamente terrofífico.

2046

Fernando García Pañeda dijo...

Venecia, Marichuy, Venecia...
Como dice una amigo, es una ciudad que habría que visita de rodillas.
Estuve recorriendo sus aguas y sus fondamenti en el pasado otoño, y aún sigo paralizado, como si no hubiera entendido nada; o, mejor dicho, como si no supiera asimilarlo. Intento escribir algo y no puedo. Bien dices que a veces pareciera que fue tan sólo una alucinación.
Bailé en el silencio, en el rumor de la laguna, en el frío de las noches, en las burbujas del spritz...
Sé cursi y abrúmanos con clichés, per cortesia.
Un abrazo.

Missx dijo...

algo pasó... las actualizaciones de tu blog en el reader no aparecian, entrò acà para ver y veo y veo y veo de loq ue me he perdido :S

pero aqui ando ya nome voy a confiar

saludos

Angeek dijo...

Tu texto, plagado de nostalgia (y de un no sé qué...que aún no logro definir) me lleva a otros viajes cinematográficos del pasado: Anónimo Veneciano (Enrico María Salerno)y Viaje a Cytera (de Theo Angelopoulos)...y por supuesto el film Muerte en Venecia...

Saludos venecianos

La sonrisa de Hiperion dijo...

Pasé a echar un ratito de lectura en tu espacio. Un placer siempre pasar por tu espacio.

Saludos y un abrazo enorme.

QUANTUM dijo...

En el contexto que lo mencionas, Marichuy, siento así que ser cursi es un dicha !!

Workaholica dijo...

No sé ni qué decir...

Nunca me ha gustado viajar sola... las veces que he tenido que hacerlo no las he disfrutado tanto...

Pero ya ves... cada cabeza es un mundo...

:)

Besos

Marina Agra dijo...

No conozco Venecia, pero de pronto voy conociendo tu voz narrativa y me gusta cada vez más.

A mí también me gusta viajar en soledad, te entiendo. Te entiendo.

Un beso, marichuy!

Dan d'O dijo...

Marichuy,

He disfrutado mucho esta entrada tuya. Si eres cursi no lo sé, pero no es malo.

Las ciudades están vivas, y llaman a las personas. Los recuerdos son un misterio, creo que tienen vida propia. A mi Venecia aún no me llama; me llaman más los ríos que parten las ciudades...

¡Te mando un abrazo fuerte!

malbicho dijo...

pues que hambre me dió al leerte por conocer tantos sabores, olores, cantos y texturas venecianas

pero como jota pe, yo no me hallo viajando sola

marichuy dijo...

Champy

Querido, a tu lado... yo soy austera en eso de la compulsión consumista.

Si es historia de horror lo que te sucedió en Bombay, más me interesa todavía.

En cuanto a los paseos de madrugada a la orilla del mar o en los malecones, es cierto lo que dices: una experiencia única.

Besitos nocturnos

marichuy dijo...

Fernando

Otoño, es para mí, la estación ideal veneciana. Es entonces cuando las brumas de la noche, las lunas de octubre y el aire fresco, se conjuran brindándole ese aire fantasmagórico e irreal, que tan bien le va.

Je, no me costará ningún trabajo sacar a relucir mi espíritu cursi kitsch.

Un abrazo

marichuy dijo...

Alma Rosa

Qué raro, a mí si me aparecen actualizados.

Saludos

marichuy dijo...

Angeek

Je, me gustó el "ese no sé qué... que aún no sé definir"

Ya que mencionas a Theo Angelopoulos, tiene otro filme sobre el periplo de un par de niños, quienes atraviesan media Europa -desde Grecia hasta Alemania- en busca del padre perdido. Y hay otra, donde el gran Marcello Mastroianni ("Ojos negros" de Nikita Mikhalkov) viaja desde Italia hasta la Madre Rusia, en busca de la mujer dueña de los ojos del título.

Saludos

marichuy dijo...

La sonrisa de Hiperión

Gracias por pasar.

Un abrazo

marichuy dijo...

Quantum

Pues mira, no sé si la cursilería equivalga a la dicha, pero ya ni arrepentirse por ensayarla de vez en cuando... C'est la vie

marichuy dijo...

Work's

Yo sé, yo sé, que vos no comulgas con estas ideas medio misantrópicas, jeje

Besitos

marichuy dijo...

Marina

Gracias por lo que dices de mi "voz narrativa".

En cuanto a tu gusto de viajar en solitario, algo así imaginaba.

Un beso

marichuy dijo...

Daniela

Por más que me resisto, la cursilería insiste conmigo (así como otras cosas se me niegan).

A mí también me gustan las ciudades partidas por ríos, o circundadas por estos ( y de aquel lado del Atlántico, eso es lo que abunda). Para mi gusto, Budapest es, en se aspecto, una de las más bellas (y también, una fuente inagotable para historias románticas y plagadas de clichés).

Gracias y un beso.

marichuy dijo...

Bichito

Los viajes satisfacen unos apetitos, pero abren otros; si yo te contara...

Sin duda, viajar en solitario no es para todo mundo y no faltará quien lo considere un egoísmo.

Georgells dijo...

Nuestra memoria es falible, es errática y, quizá por ello, también es optimista. Con el tiempo, ennoblece los recuerdos, pero ¿qué importa eso? ¿Es importante saber si en verdad estaban solos? (pues por tu relato se antojan tres soledades: el violinista, la pareja y la observadora, todos absortos)

Yo creo que no. En mi humilde opinión, lo que cuenta es tu memoria y tu relato. Que es bellísimo.

Viajar solo es un gran placer. Sin embargo, siempre me he encontrado diciéndome en algún momento: "Necesito enseñarle a X este lugar"... Necesitamos compartir la belleza que atesoramos, pues como escribió Ende en Momo: "Hay cosas que te matan cuando no puedes compartirlas"...

Y es curioso esto de los recuerdos: yo recuerdo una pareja bailando a la luz de la luna... pero en una glorieta en la Cd de México, solos por completo y la música que se escuchaba era del estereo en el viejo "vocho" de un amigo mío, donde 5 jóvenes regresaban muertos de sueño a su casa. Recuerdo Venecia y recuerdo caminarla sin rumbo, asombrado de cada puente, de cada vitrina, de cada reflejo...

Pero sólo recuerdo una columna, con el león alado. Tan emblemática.

Abrazo Marichuy!

G.

Fernando García Pañeda dijo...

Por cierto, emocionado como estaba al comentar, se me olvidó decir que la foto es impresionante.
¿Es tuya, por ventura? :)

mario skan dijo...

[Advertencia: esta divagación es irremediablemente cursi y está plagada de clichés]
Con este encabezado ( perfecto anzuelo para mi )me zambullí de lleno en la entrada y la verdad que el cuadro que pinta es muy real, no importa si lo inventó o pasó, el paso del tiempo acumula todo sin etiquetar.
Pensaba si en ese viaje no habías visto a Hemingway tomando un martini como lo vi yo en esa novela cuyo nombre no recuerdo pero sé que sos muy joven para el avistaje, ja

Nada de cursi nada de lugares comunes, muy buen post

saludos

Ivanius dijo...

Marichuy

No conozco Venecia, pero lo que dices en este post me recuerda un viaje en el que, además de ir solo, olvidé mi cámara.

No por ser buen fotógrafo (a veces, ni siquiera competente) pero creo que allí aprendí a contemplar verdaderamente lo que conocí: personas, lugares y sucesos. Sabía que serían irrepetibles.

Abrazo viajero.

marichuy dijo...

Fernando

No, qué más quisiera. Ese viaje lo hice acompañada por mi vieja Canon (aquí a un lado de la laptop, tengo una foto tomada, con esa cámara, desde el puente del Rialto, donde las góndolas y vaporettos parecen fantasmagóricos, apenas adivinándose entre las brumas del atardecer y no sé porqué, pero es de mis fotos favoritas).

marichuy dijo...

Georgells

Ahora que mencionas memoria falible, recuerdo algo que leí: el escritor Federico Campbell reseñó (para la Revista de la Universidad de México) un libro escrito por un científico estadounidense (Jonah Lehrer) "Proust Was a Neuroscientist", en donde después de analizar obra y pensamiento de escritores varios (amén de Proust, están Virginia Woolf y más), un pintor (Cézanne) y un famosísimo chef, llegó a dos conclusiones: una que Marcel Prosut se adelantó muchos años a algunos importantes descubrimientos relacionados con la neurociencia -la memoria en específico-; y dos, que los recuerdos sólo pueden traerse al presente… alterándolos y las más de las veces embelleciéndolos, por eso las vivencias suelen ser mucho mejores en su remembranza de lo que fueron realidad, viajes, paisajes… y hasta amores, incluidos.

Un abrazo

marichuy dijo...

Mario

Je, no imaginaba que decir "cuidado, cursilería y clichés a la vista", funcionaría como un gancho para vos.

Sobre tu pregunta de si hube divisado a Hemingway, me acordé de algo que escribió él en "París era una fiesta", donde reseña sus mañanas, sentado en un café con su libreta en mano, viendo pasar el tiempo y la vida parisina… y escribiendo.

Gracias

marichuy dijo...

Ivanius

Suele suceder que cuando viajas acompañado, te la pasas en el disfrute un tanto ligero y difícilmente te dedicas a observar a tu alrededor; estás más preocupado porque te tomen la foto junto a tal o cual monumento, que por realmente "ver" un poco más allá de lo que el panorama muestra.

Un abrazo

La abuela frescotona dijo...

ME ENCANTA LA VENECIA DE TOMAS MANN, TAN INTIMA Y SUFRIENTE.

TU RELATO, MUY ENTRETENIDO.
TE ABRAZO AMIGA.

virgi dijo...

Sea alucinación o realidad, lo describes de tal manera que también me veo en ese momento mágico. Es que pocas ciudades para hacernos vivir emociones así.
Venecia ya pertenece al imaginario colectivo y un trocito a cada uno de nosotros. La última vez que fui, me recorrí cantidad de iglesias, buscando a Bellini, Tintoretto, Tiziano, Carpaccio.
Un abrazo, querida Marichuy

marichuy dijo...

Abuela

Cierto, la Venecia de Thomas Mann es sugerente y melancólica.

Abrazo para vos

marichuy dijo...

Virgi

Es algo extraño que a una, que no es precisamente la madre de la devoción, le guste visitar, casi como en peregrinación, tantas iglesias viejas... en Venecia o en cualquier sitio.

Un beso, querida

Susana S dijo...

Mi querida Marichuy:

Todo sucedió, la que bailaba eras tú, recuerdas mi relato de Pompeya? Los novios jugueteando con el helado.. también era yo. Todo puede suceder en Italia porque es mágica, por eso la adoro y espero regresar algún día a bailar en la Piazza de San Marco, y a escuchar la música del guitarrista melancólico en la Piazza della Signoria en Firenze, y observar cómo se tuestan las castañas en las esquinas de la Piazza di Spagna abrazada bien fuerte de él, que me acariciaba con la mirada de esos bellísimos y tiernos ojos azules...

Un abrazo muy cariñoso desde un mundo de sueños paralelos a los tuyos.

Ricardo Miñana dijo...

Excelente texto y muy bonito tu
blog, un pacer pasar a leerte.
que tengas una feliz semana
besos.

marichuy dijo...

Querida Susana

A ti sí que te imagino bailando ahí, en el centro de la Piazza de San Marco (con la Iglesia a tu lado izquierdo).

Regresarás, querida... regresarás.

Un beso

marichuy dijo...

RMC

Gracias por tu visita y amable comentario.

Saludos

Dolores Medel dijo...

Nada como viajar, Marichuy.

La historia es como se recuerda, no?

Un abrazo solidariamente nostálgico, cursi y lleno de clichés.

marichuy dijo...

Lola

Nada, mi querida Lola... nada.

Un abrazo hasta el escalón del Montmartre de tu recuerdo.

Justo dijo...

El viaje interior.. yo también disfruto deambulando y viajando solo.. de hecho dos de mis viajes favoritos fueron en soledad, uno a Atenas y otro a Gran Canaria.

(Por más que esté rodeada de tópico, Venecia se escapa, ¿verdad? Porque su belleza heladora es incomparable..).

Un beso grande, qué bien escribes siempre

Xabo Martínez dijo...

*"Cuando usted viaje, deje su vida en su casa, en su pueblo, en su ciudad. Es un artefacto inútil. No la exhiba a nadie. Sea un "sibarita del silencio", como dice Benjamín Jarnés. ... Vaya, entonces, con liviano equipaje de sí mismo: con muchas, muchas mudas para el cuerpo y pocos trajes para el alma."

Periplo. Juan Filloy.

*Feliz vision (acerca del baile), feliz instante, y que mas da si fue real o ensoñacion...

*Mann, esta entre los autores que frecuento, no asi Proust, (por alguna razon he sido refractario) pero sin duda hay de viajes a viajes (bitter moon).

Un abrazo de lunes.

marichuy dijo...

Justo

Es eso: el viaje al interior es muy difícil de hacerse en compañía.

Sabes a qué Ciudad se me antoja hacer un periplo así: Lisboa. Dice un un paisano tuyo que aprecio muchísimo, que Lisboa es como un estado de ánimo suspendido en el tiempo: la melancolía, la dicha de estar triste.

Venecia se escapa a casi todo, pese a ser, en más de un sentido, la suma de todos los clichés habidos.

Un beso y gracias, como siempre

marichuy dijo...

Gab

Y a Juan Filloy, Konstantin Kavafis le contesta así:

"[...]
No hallarás otra tierra ni otro mar.
La ciudad irá en ti siempre. Volverás
a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez;
en la misma casa encanecerás.
Pues la ciudad es siempre la misma. Otra no busques –no la hay–
ni caminos ni barco para ti.
La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la tierra"
[La Ciudad]

Eso dice Lola, que lo importante no es si ocurrió tal cual lo recuerdo; sino que yo lo recuerdo así. No obstante, casi podría describirte a ambos: su elevada estatura, su impresionante personalidad, sus movimientos sensuales y acompasados, su belleza tan indescriptible e inclasificable (creo que me enamoré de ambos, jeje)

A Proust le empecé a encontrar gracia recientemente, no creas que desde siempre.

Abrazo lunesino