Pintándole violines al cine mexicano

Una vez acallada la excesiva algarabía mediática por el Oscar, volvemos a la cruda realidad: en México hacer cine requiere no solo talento y recursos financieros, requiere ante todo una voluntad casi estoica. Como todos sabemos, el próximo 20 de marzo se entregarán los ”Arieles” que concede la Academia Mexicana de Cine y como era de esperarse, El Laberinto del Fauno acaparó nominaciones (12), lo cual a nadie molesta; al contrario, que bueno que también en México se reconozca esta maravillosa película de Memo del Toro. Lo sorprendente es que una película de bajísimo presupuesto y primer largometraje de su director, Francisco Vargas Quevedo, haya obtenido 7 nominaciones, incluidas mejor película y mejor director. Me refiero a El Violín.

Y digo sorprendente, por no decir irónico, pues este filme -rodado en 2005- es el resultado del estoicismo y amor por el cine de Francisco Vargas, quien primero la realizó como cortometraje (30 min), pero en México ni quien lo pelara, por lo que decidió agarrar su pequeña peli e irse a Europa, así llegó al festival de cine de Toulouse, Francia, donde ganó un premio en la sección “Cine en construcción” consistente en apoyo financiero; gracias a este y otros apoyos transformó el corto en un largometraje de 98 minutos. Nuevamente se fue a Europa, otra vez a Francia, llegó a al festival de Cannes y compitió dentro de la sección “Un certain regard” causando admiración y aunque no ganó el premio a mejor película, si obtuvo dos logros importantes: primero, su protagonista, un violinista guerrerense de 81 años -Angel de Tavira- y sin experiencia histriónica profesional, resultó elegido el mejor actor; segundo; meses más tarde, una distribuidora gala compró los derechos para su exhibición comercial. Mientras tanto, aquí en México ninguna de las grandes distribuidoras cinematográficas se animaba a proyectarla, a tal grado que llegó al pasado Festival de Cine de Morelia sin apoyos y sin distribuidora, pero la aceptación de crítica y público fue tal, que terminó triunfando. Ha sido premiada en festivales de España y Sudamérica, ganando a la fecha alrededor de 20 premios. Y los mexicanos (que no fuimos a Morelia y menos a Cannes) seguimos sin verla. Tal parecía que El Violín pasaría a engrosar la galería de pelis "enlatadas", por no decir censuradas. Hasta que de pronto surgió el milagro, una pequeña compañía mexicana independiente formada recientemente, entre otros, por Diego Luna y Gael García Bernal (CANANA) será quien la distribuya a nivel nacional, planeando su estreno comercial para abril o mayo.

Como no la he visto, solo aliento mi ansias a partir de todo lo que he leído, mayoritariamente en prensa extranjera; al día de hoy, El Violin sigue proyectándose en París donde se efectuó su estreno mundial el pasado 3 de enero. ¿Pero de que trata? ¿Cuál es el motivo de la falta de interés de las grandes dsitribuidoras? Esta una pequeña reseña publicada en la prensa:

Conmovedora historia de música, lucha y represión, filmada en blanco y negro, destaca entre sus actores Angel Tavira, violinista de 81 años de edad que interpreta el protagónico de la cinta. El Violín, narra la historia de Don Plutarco, violinista manco y campesino, que, junto con su hijo y su nieto, toca en las calles para ganar un poco de dinero, pero al mismo tiempo colabora con la guerrilla, de la que su hijo es combatiente. Violencia y compromiso social, amistad y traición forman, junto con la música, una trágica partitura de imágenes, que Francisco Vargas interpreta con maestría. El director no sitúa su trama ni en lugar, ni en época concreta (quienes la han visto de inmediato la asocian a los oscuros años de la guerra sucia, los 70’s, época de mayor auge de la guerrilla guerrerense) : "Quise que tuviera tiempo y espacio abstractos. No quería que fuese sentida como la historia de una región o de un momento histórico específico", ha dicho el director en repetidas ocasiones.

Espero verla y sobre todo, que no me pase como con Babel, me generó más expectativas que placer una vez que la vi.