Casi sin sentirlo hemos vivido 14 años del siglo XXI; qué rápido se me fueron. Decía un amigo que nada habla tanto del (nuestro) envejecimiento como este tipo de expresiones. Y como creo que mi amigo no está del todo equivocado, o más bien, que tiene mucho de razón, esta imagen me pareció perfecta para sintetizar mi sentir en el último día de 2014 y en este primer día del año: más allá de las «reflexiones», «recuentos», buenos deseos y lugares comunes propios de la temporada, quiero entrar en 2015 sin temor ni prisas, pero tampoco con la idea de que el inicio del nuevo año, per se, hará que todo sea mejor (tal vez ni siquiera tan distinto). Aun así, sin dejar de lado mi poco optimismo (vivo en México, no hay muchos motivos para serlo), igual habrá que seguir caminado. C'est la vie…
Buen camino para ustedes en este 2015.
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2 comentarios:
Buen camino también para ti, Marichuy! Justo con ese espíritu empecé también yo, pasito a pasito, sin apuro.
En general, a mí los años se me empezaron a ir volando cuando cumplí quince. Antes de eso eran tan lentos que no pasaban nunca. Creo que empecé a envejecer temprano.
¡Un abrazo!
2014 se me fue como agua lo mismo que lo que va del 2015
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