escribir

Escribir: tratar de retener algo meticulosamente, de conseguir que algo sobreviva; arrancar unas migajas precisas al vacío que se excava continuamente, dejar en alguna parte un surco, un rastro, una marca o algunos signos.[Georges Perec]

agosto 10, 2013

bemoles de la vida 2.0


En su columna semanal, el escritor mexicano Juan Villoro se preguntaba: ¿Qué tiene más peso en la red: una calumnia o una aclaración? Y la respuesta que él mismo daba era la obvia: una calumnia siempre tendrá más repercusión, por mucho, que una disculpa o desmentido. Todos nos hemos impactado, y hasta hecho eco del escándalo, cuando nos tragamos alguna difamación difundida sin mala intención por otro crédulo (los que lo hacen a sabiendas de que es infundio se ubican en un escalón muy abajo). Lo triste es que no pocas veces, quien propaga el infundio (si saber que lo es) ni siquiera se toma la molestia de difundir el desmentido y esto, dependiendo de la gravedad de dicha calumnia, puede tener un efecto parecido al de suministrar un veneno sin acompañarlo de su antídoto. En la vida 1.0 la calumnia puede ser causa de lo que en México se llama una demanda «por difamación y daño moral». En la vida 2.0 esto, creo, es impensable. Twitter, esa red que —como todas las redes sociales— encarna lo peor y lo mejor de la sociedad, ha sido un canal inmejorable para la difusión de infinidad de mentiras, plagios e infundios. Podríamos decir que Twitter le confiere a casi cualquier nota alarmista o calumniosa un efecto viral. O como decimos en México, lo vuelve un mitote. Claro que no sólo Twitter difunde calumnias y mentiras. Blogger y Facebook no se quedan atrás (desde luego, tampoco escapan la prensa escrita y en línea y no se diga la televisión). La ventaja o desventaja, según se mire, de Twitter es su inmediatez y brevedad. Resulta mucho más fácil creer una mentira o calumnia, y hacer correspondiente mitote tipo encabezado de periódico amarillista, en 140cc… que en una nota de 450 o más caracteres. Siguiendo con el ejemplo de Twitter, bastaría comparar el número de retuits dados a un infundio con los que se le dieron a su correspondiente desmentido para corroborar lo que apuntaba Villoro: «El escándalo indigna y exige desahogo; en cambio, el desmentido apela a la comprensión, desmonta los prejuicios en forma razonada; su asimilación es pausada y no pide respuesta.»

«Lo breve y bueno, dos veces bueno», decía un escritor español. Y los grandes aforismos lo avalan (hay tuiteros que son grandes aforistas, por cierto; Juan Villoro es uno de ellos). Pero hasta esa máxima de Baltasar Gracián tiene su contraparte: lo breve y calumnioso, dos veces letal. Bemoles de la vida 2.0… en un click, sea o no de 140cc.

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6 comentarios:

Darío dijo...

No hay desmentida ni enmienda que valga. Yo creo que la naturaleza salvaje del hombre hace que, sea exitosa la destrucción de un hombre pero intrascendente cualquier desagravio. El mundo virtual lo potencia. Para bien o para mal? Tengo esa duda. Un abrazo.

Cuentos Bajo Pedido ¿Y tu nieve de qué la quieres? dijo...

Siempre la calumnia pesa más aún en la vida cotidiana

virgi dijo...

Así, es. Debe ser que damos más crédito a la parte deleznable que a la honorable.
Besos, querida Marichuy

Karol Arcique dijo...

Destruir es más facil que crear y tal vez a eso se deba que prestamos mejor oído a las calumnias.

Champy dijo...

Te extraño tanto que al rato vuelvo.

Prometido.

2046

Champy dijo...

Ya volví.

Es la Crisis Comadre.

La peor de todas las que vivimos: la Crisis de Principios que nos envuelve. Las Redes sociales son un muestrario tremendo de lo peor y lo mejor que padecemos.

Tan bonito que era Blogger hace 7 años verdad tu?

2046