escribir

Escribir: tratar de retener algo meticulosamente, de conseguir que algo sobreviva; arrancar unas migajas precisas al vacío que se excava continuamente, dejar en alguna parte un surco, un rastro, una marca o algunos signos.[Georges Perec]

enero 14, 2013

no eres tú... es el insomnio

Anne-Julie Aubry 

El insomnio es una lucidez vertiginosa que convertiría el paraíso 
en un lugar de tortura. —Émile Michel Cioran

Quizá no poder dormir no fuera tan malo como ella creía, se decía a sí misma en el transcurso de sus noches en blanco. Se lo repetía mientras la luz del alba iba colándose por las cortinas de su habitación y ella se estremecía con el frío de otra madrugada sin dormir. Acaso, volvía a decirse a manera de inocuo consuelo, no dormir no fuera tan malo. Sin duda habría peores inconvenientes. Por ejemplo, si Camus tenía razón en aquello de "No ser amado es una simple desventura, la verdadera desgracia es no saber amar", tal vez el verdadero infortunio no fuera el insomnio sino ser incapaz de soñar. Después de recetarse tan pueril consuelo, se contestaba diciendo que preferiría no soñar con tal de dormir unas horas de corrido. Y no es que le preocuparan sus cada vez más marcadas ojeras. No. Lo que le inquietaba eran sus ganas de dormir… a deshoras: durante las reuniones matutinas de trabajo; al mediodía, cuando el efecto del café del desayuno se había pasado y los numeritos y letritas en la pantalla de la computadora ejercían sobre ella un poder hipnótico… no por fascinantes sino por adormecedores. Quizá ningún momento del día mas tortuoso que el que sigue a la comida, cuando la pesadez de los párpados era directamente proporcional a las presiones laborales. Eso y la picazón de ojos, como si estos hicieran bip bip en señal de ya no poder más. Así trascurría su día hasta las seis de la tarde cuando los estragos de sus duermevelas empezaban a desaparecer para terminar de hacerlo por completo justo a la hora en que debía ir a dormir —entre las diez y once de la noche. Entonces todo volvía a empezar… en sentido contrario: en vez de rogar porque desapareciera la sensación de somnolencia y letargo, era hora de cortejar al sueño. Cortejo tan tortuosos como infructuoso. Tan parecido al mor.

Ya se había cansado de buscar remedios. Había intentado todo: tés de tilo, doce flores y valeriana; leche tibia con miel, leche tibia con algún licor, leche tibia con gotas de pasiflora; baños tibios en agua con hojas de lechuga; lecturas aburridísimas y películas soporíferas. Un largo etcétera de remedios (excepto fármacos) y nada. El sueño nomás no se dejaba. Llegada la hora, sólo le quedaba resignarse a soñar despierta pero con los ojos cerrados. Y sí, imaginaba, se contaba historias. A veces a manera de novela por entregas, cada noche un capítulo nuevo. Muchas veces intentó escribir todas esas cosas que imaginaba, las historias que se contaba para hacer más llevadera su cuasi eterna duermevela. Lo triste era que una vez escrito, al leerlo al día siguiente ya no le parecía ni entretenido ni interesante ni nada. Puras locuras sin ton ni son. Entonces, al ver su fracaso como escritora insomne (sic), recordaba anécdotas leídas y escuchadas sobre los grandes escritores del siglo XIX, muchos de los cuales debían al insomnio buena parte de sus novelas. Pamplinas, su insomnio, en todo caso, sólo habría sido un factor, tal vez de ayuda pero no determinante en su escritura. Más probable que le debieran a la absenta que al insomnio. Entre los remedios ensayados estaba, claro, la televisión. Había intentado arrullarse con ella pero sólo una vez había tenido relativo éxito: una noche, harta de dar vueltas y vueltas en la cama, encendió el televisor y dio con la oscarizada película Forrest Gump. Pocas cosas tan aburridas como ese patriotero (y algo reaccionario) film donde Tom Hanks corre sin parar. La experiencia resultó tan soporífera que no supo cómo terminaba pues, aleluya, el sueño la venció en algún momento de la corredera de Forrest. Debut y despedida. Las posteriores ocasiones en que buscó el sueño mediante somníferos filmados no tuvo éxito. Uno de los últimos remedios que le recomendaron —remedio infalible, había dicho su tía— fue ver los infomerciales transmitidos en la madrugada, peor ella había preferido no probarlo. Una cosa era su desesperada búsqueda de sucedáneos de somníferos y otra muy distinta llegar a niveles de tortura. Mejor pensar tonteras, mientras da vueltas y vueltas en la cama, que pasar la noche viendo comerciales de media hora...


***

9 comentarios:

Ivanius dijo...


Marichuy

El insomnio, por mí, puede ser territorio de los genios que de él gusten, o de quienes lo aprovechen. Cuando hay sueño, lo que más me vale es quedar dormido.

Abrazos sin desvelos.

Champy dijo...

Ay Comadrita, yo a diferencia de tu protagonista poseo un sueño maravilloso.
Recien llego a mi casita, deshabilito los cachivaches del día, vacío mi malte del gym, me preparo mi merienda-cena, y a la camita. A eso de las 8:40 ya estoy en mi camita listo con el control de mi pantallita, la cual programo para que se apague en 30 min, y raras veces veo apagarse.
Duermo que si el niño Dios me envidia.
Debo subrayar, que lo sabes, pero tus amigos lectores no, que a las 5:15 pelo mi primer ojote y a las 6 ya vengo rumbo a mi changarrito....ah, y luego de apagar mi pc me pongo una friega mandarina en el gym..... por lo que mi cachetito y mi almohadita viven un torrido romance endemoniado...ah! y que gracias a mis disciplinados hábitos no le debo ni las gracias a ningún mortal...bueno, a Chuy y a su jefe siempre selas estoy dando, pero nomás a ellos.

Ahora que debo platicarte, sabes que no me gusta ventilar eso de los propósitos y demas tonterias de enero que nadie cumple, pero éste año, decreté "bajarle" a mi consumo de cafeína, y para facilitarme semejante hazaña, me recomendaron una marca de té verde quesque maravillosa "Organo Gold", directamente importado de la tierra de mi orate mayor, quesque contiene un champignoncito maravilloso que se da por aquellas tierras, "Ganoderma".... ps vas a creer que he sentido, entre otras cosas no aptas para blogs decentes, un sueño tan bonito, reparador, profundo, y sabes que? Yo rara vez recuerdo mis sueños, ps los estoy recordando... si ya sé que estoy orate pero me está cayendo re bien mi tecito...
Tengo una hermana muy querida, La Sopita, esa es harto corrientota y mejor me cayó su receta.

Tendrá mi capacidad de soñar algo que ver con mi incapacidad para amar?

2046

Marcelo dijo...

Tal vez estés durmiendo mientras esto escribo. Sé de esas somnoliencias diurnas trocadas a ojos implacablemente abiertos después de la noche. Como ahora, una y venite de la mañana (Buen 2.013!)

Darío dijo...

Y yo que le escapo al dormir, sólo puedo dormir con pastillas.
Y de dar vueltas en la cama habrán salido buenos libros, buenas canciones.
Y me quedo con Camús, y de eso se trata.
Un abrazo.

Xabo Martínez dijo...

En la infancia, el dormir me parecía una perdida de tiempo (por las noches, la mañana era otro cantar) se me hacía la noche tan mágica que me parecía un desperdicio agotarlo durmiendo. Ahora la valoro tanto, creo que no hay mejor cierre para un día ajetreado que una noche bien dormida. No obstante he estado del lado del insomnio, pegando los párpados en las ventanas e imaginando mil y un ficciones que como bien dices, de llevarlos a la vigilia parecerían tan insípidos. En fin un megaabrazo y excelente comienzo de año!!

Mafalda dijo...

...

Lo irónico de mi experiencia es que el insomnio lo padezco cuando estoy de vacaciones, pucha, me da un berrinche. Crear en esos menesteres no me es posible.
Cuando trabajo, caigo fácil. El ejercicio,así como a mi Champy, me ayuda a azotar como piedra.
Me llamó la atención lo del té que menciona el Champygnon.

Mafalda...

La abuela frescotona dijo...

querida Marichuy, suele pasarme, pero los secretos de la mente nos dominan, en muchas cosas ella nos tiene prisioneros aunque queramos salir de la situacion, saludos querida amiga

Champy dijo...

Bien sencillo, para todo aquel que le interese probar.

Té Verde orgánico, marca Organo Gold, si teclean en google encontrarán mil de información respecto al té, respecto a la marca y respecto al mágico champignon.

A mi me ha sido simpático.

2046

Cuentos Bajo Pedido ¿Y tu nieve de qué la quieres? dijo...

Curioso, tengo vatios días despertando por la madrugada y tardando horas en volver a conciliar el sueño.