Desde que era una niña tengo la costumbre, no sé qué tan buena o mala, de siempre querer saber, preguntar y preguntarme, las razones de todo hecho. Para no pocos así es como debe ser: nada ocurre sólo porque sí, no es sensato creer que las cosas pasan sin motivo… o mera casualidad. Al menos no todas. No creer en la casualidad se ha vuelto la divisa distintiva de científicos, intelectuales, pragmáticos y demás especímenes de la llamada posmodernidad. A tal punto, que si uno se atreve, así sea sutilmente, a aseverar que a veces cree en eso que llaman casualidad, se arriesga a ser tachado de tonto, mediocre o, en el mejor de los casos, anticuado. Y entre descalificación y descalificación, seguro tendrá que escuchar y/o leer ad nauseam esa máxima atribuida a Albert Einstein: 'Dios no juega a los dados' (elucubro que el científico alemán pensaba en el poema de Stéphane Mallarmé cuando la acuñó).
Todas estas elucubraciones vinieron a mi mente ayer por la tarde, mientras tomaba café con una amiga y ex-compañera de la Universidad. Hay personas en quienes la cafeína concentrada ejerce un efecto parecido al del alcohol, sumergiéndolas en una sobre-excitación. Y entonces, a falta de otro deshago, se ponen hablantinas. Muy hablantinas. Mi amiga es de esas personas: el café la excita mucho, no le quita el sueño pero sí la hace hablar sin medida ni miedo, casi como una droga de la verdad. En principio habíamos quedado en vernos en ese sitio donde lo que te cobran es el nombre de la franquicia yanqui, no calidad del café servido (más bien mediocre), pero como yo soy respondona y me choca el café de ahí (por más que tengan WiFi), le pedí vernos en otro lugar menos bluff pero donde el café sí sabe a café. A buen café. Y claro, ahí el expreso doble carga… es un expresso doble carga. Así que tras dos expressos de esos, mi amiga se soltó hable y hable de todo, incluidas sus penas y dichas. Y entre pena y dicha, no necesariamente una por una, apareció el tema de las razones. Según mi amiga, ente las cosas que por fuerza deben tener una razón que las avale… está el enamorarse: 'No Marichuy, uno no se enamora nomás porque sí. Enamorarse de alguien precisa de razones, él individuo (o individua) debe tener cualidades que justifiquen nuestro enamoramiento. Así es, No me digas que no y aunque me contradigas, jures y perjures, no cambiaré mi opinión al respecto, continuaba ella mientras yo me concentraba en el fondo de mi tacita ya sin café. Y después de esa categórica afirmación, dio por zanjado el asunto con un ya me dio hambre ¿nos compartimos una tarta de frambuesas? Y fin del tema. Para ella, no para mí que me quedé largo rato dando vueltas al tema (lo cual no significa que durante su alegato haya permanecido callada, ni tampoco que las vueltas de mi cabecita hayan dado con una conclusión definitiva), en especial dos cosas: Una, mi amiga equipara enamoramiento con amar (algo muy común, dicho sea de paso). Dos, y más importante, que contrario a lo dicho al inicio de este texto, no para todo busco una razón: yo no creo ser de esos seres sensatos que primero hallan las cualidades admirativas dignas de su amor… para luego enamorarse del sujeto en cuestión. No digo que uno se enamore por pura casualidad (o azar). Digo que, al menos a veces, puede ser que uno sólo se enamore y ya. Sin que tenga que haber una justificación digna del aval de los demás, amén del suyo propio. Y que no necesariamente está mal que esto ocurra así… ¿o sí?
Aviso parroquial: después de un tiempo sin hacerlo, hoy vuelvo a publicar en el blog colectivo Escribidores y Literaturos. Mi colaboración, un relato que bien podría titularse: las viudas felices son todas iguales; las infelices lo son cada una a su manera: la viuda. Por si gustan leer. Gracias.
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20 comentarios:
mmm no se... yo creo qu epara enamorarme necesito admirarle y a veces pasa que en medio del bluf! o del boom! hay quien se enamora o cree hacerlo pero porque solo fueron un cumulo de instantes
asi.. como ese cafe
muy al estilo bluf pero resulta muy mediocre
:/
Coincido con Jo, el enamoramiento es como comer un chocolate algo puramente químico...completamente diferente a amar, y para ninguna de las dos cosas necesariamente se necesitan razones...sino como en la canción, se necesita mucho corazón....
la razón del corazón, cosa confusa
Hola
Después contesto. Por ahora sólo puntualizo algo respecto del post: creo que en ningún momento digo que para mí enamoramiento y amar sean la misma cosa. En ninguno.
Gracias.
Tres palabras:
Yo no sé.
Creo que no hay casualidades, todo se gesta con alguna acción, peor aún con una omisión en algunos casos..y de enamorarse, creo que escogemos a quien amar, no así de quien nos enamoramos, pero de que tenía que ser , tenía que ser…pero ve que estoy tomando café mientras que te escribo esto..así que ve tu a saber…
ijole...es que eso de enamorarse también entra el idealizar a la otra persona y perder suelo sin ver la realidad y en realidad como es..en cuanto al café que buena dosis y que buen ingrediente para dar cuerda..un abrazo cálido de aparecida!
Bien hecho por lo del café. Un gesto que te distingue como mi "amiga" aunque no te conozca. Sos mi amiga del "alma".
Será que los hombres somos medio animales que no le buscamos la razón a las cosas? Dime dime dime qué piensas.
O será que yo soy un romántico sin cura o un pobre payaso?
Por qué es que no me interesa saber demasiado del nacimiento de las estrellas, del desgaste de las piedras o del nacimiento del amor?
O es que soy un idiota?
Anda dime dime anda siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!
pues a mis años, te digo niña que pienso como tu, el amor llega, y a veces no trae nada mas que amor...
te abrazo
Amar y enamorarse pocas veces van juntos. Y lo que nos cuesta entender esta bifurcación de caminos!
Pero tu amiga debe tenerlo claro...habría que saber si en algún momento de su vida la ha sobrevolado la felicidad.
Besitos, iré a tu viuda.
Pues cada vez creo más en el azar, en el azar como eso que hace que nuestra vida vaya de un lado a otro. Será por eso que me vienen gustando tanto las últimas películas de Woody Allen, donde hay amor, desamor, preguntas, intentos, desconciertos, pero sobretodo AZAR.
Abrazo grande Marichú.
pd: ya me dieron ganas de un rico café :)
Enamoramiento y amor. Coincido contigo. Y que antojo de un café así, precisamente hoy se acabo el café en la oficina y tuve que paliar mi desidia con un té. Creo que tu amiga es una platónica irredenta.
Un abrazote
¡Hola Marichuy!
"La razón es el método lento y tortuoso a través del cual, el hombre conoce.
El corazón tiene sus razones, que la razón no conoce." - Blaise Pascal
La frase, aún cuando ya es hoy lugar común, no deja por ello de ser verdad. Ahora bien, confundir "razones" con "causas" o "motivadores" es distinto.
No es posible enamorarse (ni amar), de manera espontánea a un desconocido. No puedo decirle un nombre y lograr con ello direccionar su corazón (aún cuando ciertas terapias sónicas pretendan cosas parecidas).
Para enamorarse, hace falta conocer. A veces, basta "verle". A veces se trata de "escucharle" o "leerle". La mayor parte es una mezcla de todas ellas, las que van alimentando "algo" en lo profundo de nuestra cabecita y, así, sin avisar, un buen día nos encontramos enamorad@s.
Quizá su amiga se refería a eso, a que el enamoramiento no es gratuito. Hay pretextos. Se alimenta de percepciones, de juicios internos, de un delicado tejido que vamos elaborando dentro de nosotros...
El amor, en cambio, se cuece a fuego lento, con experiencias... "Obras son amores, que no buenas razones"...
Abrazo!
G.
P.S. No había visto vuestro "Avatar Revamp". Definitivamente en ocres se ve más dramático que en azules. Le va bien!
P.S. 2. Creo que todos entendimos desde el principio que para usted, amor y enamoramiento son dos cosas distintas (y a veces, tan diversas...)
Siempre un placer volver por tu casa.
Saludos y un abrazo.
Feliz domingo.
He leído con atención tu entrada. Coincido en que una cosas es amar y otra muy diferente es enamorarse. Descreo de esas personas que se "enamoran" al instante. Pueden ser muchas cosas, pero seguro que no es amor. Al menos es mi humilde punto de vista. Saludos. Te sigo
desde un café internet te reencuentro y te saludo
de alguna manera mi servidor no me conecta más que a una página en blanco
a mi que, sinceramente, me encanta tu modo, tu estilo
y no, nada: desde las nominaciones de TNF que te ando buscando
me da gusto ver en ese post del café (con el café como lugar para tomar verdadera mezcla y como catalizador de pláticas y revelaciones: en ambas afirmaciones, situaciones, estoy de acuerdo contigo) que siempre hay mucho que comantar, que hablar, que retomar
si esto sigue, voy a tener que seguir visitando este café, digamos que nda más para leerte
un abrazo
gracias redobladas
el caso es que desde mi màquyiuna, en casa, no puedo ver tu blog, siempre aparece una pàgina en blanco
acuso recibo
saludos
Es que uno se enamora al instante, sin pensarlo, sin buscarlo, sin necesitarlo, sin...sin...sin nada. Llega y ya. Y no siempre sucede y no es una ley. Es algo personal, además. Y después, viene lo mejor o lo peor.
Obvio, estoy hablando de un enamoramiento, no de amor. Pero, finalmente, ¿cuál es el problema de enamorarse al instante? Quizá ese pasajero del tren nunca lo sepa. O la vuelta, me lo encuentre. No sé, es mucho divagar.
Abrazos.
G
Totalmente de acuerdo en lo referente tanto al concepto "casualidad" como al reparo de llamar café a esos productos que menos a café saben a cualquier cosa. ¡Te añado a mi lista de blogs!
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