escribir

Escribir: tratar de retener algo meticulosamente, de conseguir que algo sobreviva; arrancar unas migajas precisas al vacío que se excava continuamente, dejar en alguna parte un surco, un rastro, una marca o algunos signos.[Georges Perec]

julio 23, 2010

volver a empezar


Qué difícil volver a empezar y volver a creer (no tanto en otro, como en uno mismo) después de una ruptura. Cuando el final llega, siempre es difícil encararlo. Por más que sepamos que eso es lo mejor que pudo suceder, cuando uno deja atrás una relación intensa, honda, duradera (tanto como puede ser duradera una relación en estos tiempos del imperio de lo efímero) los días inmediatos son difíciles. Y sin importar que ya no quede rastro del sentimiento que hubo, sigue siendo duro. Dice una canción popular mexicana "no cabe duda que la costumbre es más fuerte que el amor" (digresión: esta frase de filosofía región 4 resulta cero chic al lado de algún aforismo de Émile Cioran, por citar a uno de mis favoritos; pero qué puedo decir… una tiene sus guilty pleasures y esa canción de JuanGa es uno de los míos, hasta hoy mantenido como un gusto inconfesable). Y en tanto no se pruebe lo contrario, tal parece que la canción, y el viejo refrán, no se equivocan. Las relaciones crean lazos; uno se acostumbra a estar con alguien, a convivir con ese alguien y hasta, faltaba más, a pelear con él. Y cuando un buen día todo eso termina, por así decirlo, sin previo aviso, el desconcierto, el no saber qué hacer ni hacia dónde girar, sobrevine de manera casi inevitable. Y no pocas veces, tal desconcierto viene acompañado de una inesperada sensación de falta, de ausencia. Aún cuando los últimos días compartidos transcurrieran entre peleas, desencuentros y pesados silencios, el vacío se resiente. Y ya vendrán los consejos bienintencionados y las recomendaciones que rezuman pragmatismo (como de manual de autoayuda, que lo mismo valen para un curso de alta gerencia que para uno de autoestima), instándonos a convertir nuestras debilidades en fortalezas (algunos consejeros parecieran analizar y proponer soluciones para la vida afectiva, como si de un plan de negocios se tratara). Pocos, por no decir casi ninguno, surtirán el efecto deseado.

Pese a haber creído siempre -puedo estar equivocada- que no es posible hablar de finales sin pensar en inicios; que más que verlos por separado y como algo trágico, habría que pensarlos como lo que son: el fin de un ciclo más de nuestra existencia (la vida es básicamente una sucesión de ciclos), tengo claridad en que no es sencillo sobrellevarlos... ni el final ni el reinicio. Al menos no a todos nos resulta tan simple. Y aunque uno agradece, por supuesto que sí, el consejo desinteresado de un buen amigo o familiar, casi siempre nos es de poca utilidad y no por soberbia o terquedad (aunque no están excluidas), sino por algo más simple, más primario: cuando uno se halla en medio de una ruptura, todavía con las vísceras hechas trizas, lo menos que le alumbra es la sensatez.

Es duro, triste, doloroso, que alguien decida irse de nuestro lado (no todos los finales son de mutuo acuerdo; eso suena bien como ideal, pero en la vida real no siempre es posible). Pero más difícil todavía, ser uno quien lo decida. Al menos a algunos seres, más insensatos o egoístas o inmaduros o débiles o más lo que sea, nos cuesta mucho terminar una relación. Darla por terminada nosotros, no que el otro lo haga. Y luego, claro, vienen las consecuencias de la debilidad y cobardía. Consecuencias que sólo resentimos cuando la situación es insostenible; cuando por no haber querido fungir como el villano de la película, por no haber tenido el valor para dar un golpe, sólo uno, duro y tajante, optamos por dar varios, suaves y en apariencia inicuos, que a la larga causaron un daño mayor. Y después de eso, después de sentirse tan mal por ser cobardes o egoístas (no querer personificar al malo de la historia, encarna algo de egoísmo y soberbia, me parece), encontrar el ánimo, hacerse a la idea y tomar el ímpetu necesario para empezar de nuevo, aventurarse en una nueva relación... cuesta… a veces mucho más de lo que podría creerse.




 *****

56 comentarios:

Tessitore di Sogno dijo...

Adorada, yo disfruto tanto esa canción, en voz de Juanga o de Rocío Durcal (tal vez más en voz de ella) lo cierto es que no le veo el motivo de la vergüenza, hay tanta diversidad que "lo uno" no tendría que disociarse "de lo otro", o en otras palabras no veo que al disfrutarla me haga apreciar en mayor o menor medida una suite francesa de Bach. Aunque bueno, mejor me callo la boca a riesgo de parecer Norbertita Doblemoralina, pues en otras ocasiones has citado a Arjona Ewwwwww! Jajaja

Por lo de las despedidas y aunque suene cliché el único alivio siempre es el tiempo. El celebérrimo río del tiempo de mi Vallejo. Me decía una amiga (sabia ella) que una despedida es dejar que una parte de nosotros se vaya, pero es, también, conservar para siempre una parte de quien se va. ¿Sabes que siempre que citas a Youcenar me entran unas ganas de leerle? Creo que ella es para ti lo que para mi es mi Vallejo. ¿Me recomiendas algo para comenzar? Algo así como su "must".

Un abrazo enorme y lluvioso para ti y si leyera esto también va para LeCid.

Pelusa dijo...

Estoy de acuerdo contigo pero, a pesar de todo, ¡que disfrutables resultan los comienzos! Uno sabe que luego puede llegar el dolor, pero por alguna extraña razon, la memoria del dolor pasado queda como congelada mientras nuevas emociones se despiertan. ¿O no?
Besos!

Pelusa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
malbicho dijo...

y siguiendo con la filosofia de cancioneros populares, dice la chaquira-chaquira:

"... y a pesar de que dicen que los años son sabios, todavia se siente el dolor"

a veces ni el tiempo parece ayudar, verdad?

un abrazo agradecido

Jo dijo...

a veces supongo que quisiera volver a esos tiempos en los que sin miras a más ni preocupación uno se adentra a una nueva aventura... es como subirse al cohete del amor rosa (scero chic y siendo babosa)
pero a decir verdad en estos tiempos efimeros lo mejor es dar el paso sin engañarse de que algo puede sostenerse por compromiso, por años o por el temor al quedigan los demás y lo digo por el que dirán en el caso de aquellos que se permiten seguir en algo que ya no es salvable pero hicieron votos o promesas

igual pasa supongo con añorar lo que no dá para más o no se dió o perderse la oportunidad de dar paso a algo nuevo incluyendo aventurarse un rato solos porque es necesario ese paréntesis.

con que te das tu taco como se dice vulgarmente eh? ;)

marichuy dijo...

Tessitore querido

Esa chanson del buen JuanGa es filosofía pura… región 4, jajá Y tú me perdonarás, pero hay niveles, queridísimo: junto a la música de Arjona, las canciones de JuanGa son casi una obra maestra .

Muy sabia tu amiga: en cada relación, en cada despedida, se nos va, un pedacito de nosotros (alma corazón, vísceras pues). Eso es innegable; pero también, estoy de acuerdo, nos quedamos con un pedacito del que se fue.

La Yourcenar es casi mi Santa Patrona. Qué te recomiendo? Soy mala para hacerlo (luego no admito reclamaciones, jajá), pero me atrevería con su más famoso:

Memorias de Adriano (Adriano el emperador romano, amante del bello Antinoo, el must de la belleza de aquellos años)

Luego estaría “Fuegos”, Uff, una obra lejos de la grandilocuencia, lejos de toda pretensión de ser “master piece”, pero llena de fuerza, una obra escrita al calor de una pasión desesperada y mal correspondida.

marichuy dijo...

PS Tessitore

O tal vez, para empezar con algo más leve, un libro chiquito que acabo de leer (en la Gandhi recién han puesto a la venta mucha de su obra), llamado “Alexis o el inútil combate”, te dejo las primeras líneas

«Esta carta, amiga mía, será muy larga. He leído con frecuencia que las palabras traicionan al pensamiento, pero me parece que las palabras escritas lo traicionan todavía más. Ya sabes lo que queda de un texto después de dos traducciones sucesivas. Y además, no sé cómo arreglármelas. Escribir es una elección perpetua entre mil expresiones de la que ninguna me satisface y, sobre todo, no me satisface sin las demás. Yo debería saber, sin embargo, que solo la música permite la coordinación de acordes. Una carta, incluso la más larga, nos obliga a simplificar lo que no debiera simplificarse: nos expresamos siempre con tan poca claridad cuando tratamos de hacerlo de una forma más completa! Yo quisiera hacer aquí un esfuerzo, no solo de sinceridad, sino también de exactitud; estas páginas contendrán muchas tachaduras; ya las contienen. Lo que te pido (lo único que puedo aún pedirte) es que no saltes ninguna de estas líneas que me habrá costado tanto. Si es difícil vivir, es aun mucho más penoso explicar nuestra vida.»

[Marguerite Yourcenar, Alexis o el tratado del inútil combate -p. 25]

---

Besos

marichuy dijo...

Pelusita

De acuerdo. Pero aquí el quid está en volverse a animar, por decirlo de alguna manera. En querer, decidirse a, volver a empezar después de un desacaloro amoroso.

Un beso

marichuy dijo...

Malbi querida

El tiempo será sabio, pero milagros no hace. Al menos no con todos. Dice otra chanson popular (italiana, la Shakira no es ni hit, vos lo sabés):

"la distancia (el tiempo) es como el viento, apaga los fuegos pequeños pero enciende otros más grandes...”

Un abrazo de regreso y nada que agradecer.

marichuy dijo...

Jolie

Por estar carcajeándome de la última parte de tu comment, ya perdí el hilo de mi respuesta (y con quien me doy mis tacos de ojo, tú?

Te decía algo así como que a medida que uno se hace más adulto (sic), se vuelve más vulnerable a los descalabros amorosos, y, a veces, también un poquito más miedoso. Y supongo que aún siendo entendible, no debería ser así. Como dice el proverbio que tengo anotado aquí al lado:

La vida es un ballet que sólo bailamos una vez.

Darío dijo...

Sos profundísima. Tocás un tema que otros no podrían tratarlo sin caer en cursilerías, con una belleza y una sutileza inigualable. Me conmoviste. Beso.

marichuy dijo...

Pulgarcito.

Por favor, qué más diera yo por ser así como dices. Sólo es que me leíste con "buenos ojos", como decimos por aquí. Pero igual te agradezco la empatía (lo que sí espero, es no haber caído en la excesiva cursilería; me aterra, porque me sé presa fácil).

Un beso

Gabrielle dijo...

Holaaaaaa!

Siempre es bueno emprender el vuelo de nueva cuenta, nos lleva a crecer, aunque duela... y si duele! al final enetenderemos el por que?, ya lo verás, recibe un beso!

Pau Llanes dijo...

Ay, marichuy, mi querida reincidente… Otra vez sobre el amor y el desamor… Qué voy a hacer contigo… Mira que te lo tengo dicho… Y eso que te aleccioné sobre los triángulos de Stemberg hace años… Te lo voy a contar otra vez…

Las parejas en conflicto interpretan de muy distinto modo sus respectivos triángulos de Stemberg. Los terapeutas sentimentales señalan que cuando piden a cada uno de los miembros de la pareja con problemas que dibujen su triángulo y puntúen de 0 a 10 su grado de intimidad, pasión y compromiso, las discrepancias a veces son tan grandes que de un vistazo se pueden reconocer las claves del conflicto y los malentendidos que de ellos se derivan… Por ejemplo, los hombres suelen puntuarse muy alto en “compromiso” (como sinónimo de “responsabilidad material” con la familia) cuando las mujeres suelen puntuarle y puntuarse muy bajo en este apartado (ya que su visión del compromiso es menos material, más sutil, entendiéndolo más como “contrato vital” en un proyecto de vida en común que como “sociedad de intereses materiales” en común… La solución desde luego no pasa por pedirle más “compromiso” al hombre, que piensa que está en el límite y podría afectar a su independencia, sino intentar equilibrar sus respectivos “compromisos” y aumentar o disminuir sus exigencias en lo que le sea posible asumir al otro; para ello es absolutamente necesaria una buena comunicación…

Pero aquí también chocamos con el distinto significado que una conversación, un diálogo sentimental, tiene para un hombre o una mujer… Cuando se pregunta a una mujer cuál es la fuente de satisfacción y mejor antídoto para los problemas de pareja, suelen contestar que “una buena comunicación”, constante y sincera, hasta donde sea posible sin perder la propia intimidad y la válvula de escape de sus fantasías… Los hombres no suelen comprender esta cuestión y se justifican diciendo: “Yo quiero hacer esto o lo otro con mi mujer pero ella sólo quiere hablar; perdemos el tiempo hablando o discutiendo”… A la mujer le gusta hablar de la relación, de sus respectivos sentimientos; el hombre la elude… —Es muy normal que la mujer pregunte de vez en cuando: ¿Me quieres? ¿Tú crees que nos seguimos queriendo suficiente?... ante lo cual el hombre suele contestar casi de forma automática: “Sí, ya sabes que te quiero” o “¡Qué cosas tienes, amor, claro que nos queremos!”… que en realidad quiere decir: “deja de tocarme los huevos con esas tonterías, hagamos como que nos queremos y punto”…

Una mujer se encuentra “cómoda” en una riña o una discusión acerca de su amor, mientras que el hombre la evita y se encierra en tal silencio que a medida se suceden los intentos de la mujer para “dialogar” se va haciendo más impenetrable su pareja masculina. Esta escalada de tensión acerca del factor “comunicación” y la incapacidad de dialogar sobre sus sentimientos respectivos es típica de las parejas con problemas, un “predictor” de su gravedad… Algunas mujeres lo utilizan como preámbulo de su proceso de ruptura. También los hombres intuyen que tal reclamación es signo de que las cosas empiezan a no ir bien, incluso para algunos es el “disparo de salida” para la búsqueda de una nueva relación (algo más que una nueva aventura) persuadidos de que nada será igual a partir de este momento… Así, poco a poco, el lenguaje trasparenta el desamor y anuncia el definitivo desencuentro… El final, la gota que colma el vaso de la paciencia amorosa es una frase desmedida. A saber por qué un día llega tarde tu pareja y le reprochas su tardanza con un tono ni más ni menos exigente que en cualquier situación anterior, normal en estos casos, y te contesta (o añades al reproche): “Sólo piensas en ti; tú y tu eterno egoísmo”… Ambos saben que es el fin…

Una pareja no se sostiene ni un segundo con “eterno y desmedido egoísmo”. Llegar tarde a una cita puede suponer desencontrarse para siempre…

Por cierto, Marichuy, querida… tenemos una cita pendiente hace más de un año, o dos… quién sabe… jajajaja…

Un beso húmedo, chilango… ¿por qué no?

Pau Llanes

Pau Llanes dijo...

Ay, marichuy, mi querida reincidente… Otra vez sobre el amor y el desamor… Qué voy a hacer contigo… Mira que te lo tengo dicho… Y eso que te aleccioné sobre los triángulos de Stemberg hace años… Te lo voy a contar otra vez…

Las parejas en conflicto interpretan de muy distinto modo sus respectivos triángulos de Stemberg. Los terapeutas sentimentales señalan que cuando piden a cada uno de los miembros de la pareja con problemas que dibujen su triángulo y puntúen de 0 a 10 su grado de intimidad, pasión y compromiso, las discrepancias a veces son tan grandes que de un vistazo se pueden reconocer las claves del conflicto y los malentendidos que de ellos se derivan… Por ejemplo, los hombres suelen puntuarse muy alto en “compromiso” (como sinónimo de “responsabilidad material” con la familia) cuando las mujeres suelen puntuarle y puntuarse muy bajo en este apartado (ya que su visión del compromiso es menos material, más sutil, entendiéndolo más como “contrato vital” en un proyecto de vida en común que como “sociedad de intereses materiales” en común… La solución desde luego no pasa por pedirle más “compromiso” al hombre, que piensa que está en el límite y podría afectar a su independencia, sino intentar equilibrar sus respectivos “compromisos” y aumentar o disminuir sus exigencias en lo que le sea posible asumir al otro; para ello es absolutamente necesaria una buena comunicación…

Pero aquí también chocamos con el distinto significado que una conversación, un diálogo sentimental, tiene para un hombre o una mujer… Cuando se pregunta a una mujer cuál es la fuente de satisfacción y mejor antídoto para los problemas de pareja, suelen contestar que “una buena comunicación”, constante y sincera, hasta donde sea posible sin perder la propia intimidad y la válvula de escape de sus fantasías… Los hombres no suelen comprender esta cuestión y se justifican diciendo: “Yo quiero hacer esto o lo otro con mi mujer pero ella sólo quiere hablar; perdemos el tiempo hablando o discutiendo”… A la mujer le gusta hablar de la relación, de sus respectivos sentimientos; el hombre la elude… —Es muy normal que la mujer pregunte de vez en cuando: ¿Me quieres? ¿Tú crees que nos seguimos queriendo suficiente?... ante lo cual el hombre suele contestar casi de forma automática: “Sí, ya sabes que te quiero” o “¡Qué cosas tienes, amor, claro que nos queremos!”… que en realidad quiere decir: “deja de tocarme los huevos con esas tonterías, hagamos como que nos queremos y punto”…

Una mujer se encuentra “cómoda” en una riña o una discusión acerca de su amor, mientras que el hombre la evita y se encierra en tal silencio que a medida se suceden los intentos de la mujer para “dialogar” se va haciendo más impenetrable su pareja masculina. Esta escalada de tensión acerca del factor “comunicación” y la incapacidad de dialogar sobre sus sentimientos respectivos es típica de las parejas con problemas, un “predictor” de su gravedad… Algunas mujeres lo utilizan como preámbulo de su proceso de ruptura. También los hombres intuyen que tal reclamación es signo de que las cosas empiezan a no ir bien, incluso para algunos es el “disparo de salida” para la búsqueda de una nueva relación (algo más que una nueva aventura) persuadidos de que nada será igual a partir de este momento… Así, poco a poco, el lenguaje trasparenta el desamor y anuncia el definitivo desencuentro… El final, la gota que colma el vaso de la paciencia amorosa es una frase desmedida. A saber por qué un día llega tarde tu pareja y le reprochas su tardanza con un tono ni más ni menos exigente que en cualquier situación anterior, normal en estos casos, y te contesta (o añades al reproche): “Sólo piensas en ti; tú y tu eterno egoísmo”… Ambos saben que es el fin…

Una pareja no se sostiene ni un segundo con “eterno y desmedido egoísmo”. Llegar tarde a una cita puede suponer desencontrarse para siempre…

Por cierto, Marichuy, querida… tenemos una cita pendiente hace más de un año, o dos… quién sabe… jajajaja…

Un beso húmedo, chilango… ¿por qué no?

Pau Llanes

Pau Llanes dijo...

Sorry... No sé que le pasa a tu pinche servidor o lo que sea... siempre me dice que hay un error y que vuelva a enviarte mi texto... Y luego pasa lo que pasa... Duplicado!!!

En fin... Bueno y eso que no quise entrar en otros asuntos que leí en los comentarios y recontracomentarios de tu mano... Sobre la Yourcenar, por ejemplo... Tengo todo de la Señora... o casi todo. La llevo leyendo desde hace años, o siglos... Por supuesto el "Alexis"... Te dejo otro fragmento a vuelapluma:

"Y ahora, te digo adiós. Pienso con infinita dulzura en tu bondad femenina, más bien maternal: te dejo con pena, pero envidio a tu hijo. Eras el único ser ante quien yo me sentía culpable, pero el escribir mi vida me confirma a mí mismo; termino por compadecerte sin condenarme con severidad. Te he traicionado, pero no he querido engañarte. Eres de las que escogen siempre, por deber, el camino más estrecho y más difícil; no quiero, implorando tu compasión, darte un pretexto para sacrificarte más. No sabiendo vivir según la moral ordinaria, trato, por lo menos, de estar de acuerdo con la mía. Es en el momento en que uno rechaza todos los principios cuando conviene proveerse de escrúpulos. Había contraído contigo compromisos imprudentes y la vida se encargó de protestar: te pido perdón, lo más humildemente posible, no por dejarte, sino por haberme quedado tanto tiempo"...

besos... a media noche.

pau

marichuy dijo...

Gabrielle

Ya deja el volar, a veces hay que empezar por volver a caminar.

Un beso

marichuy dijo...

Pau

Jajá, pues sí, qué le voy a hacer: me repito. Pero tampoco es que haya mucho nuevo sobre lo cual escribir… como no sea la enésima reinvención del hilo negro o tocar el tópico de moda en Twitter (como la cosa esa del Pulpo Paul), así que mejor divagar sobre lo que me interesa y que, creo, nunca pasará de moda.

Nada alentador encuentro en lo que tan bellamente comentas y citas; nada alentador en el sentido de que eso lo hemos sabido desde siempre; o al menos desde que empezamos a caminar en esto de las relaciones: no sentimos igual respecto de temas como la comunicación, la comodidad y, claro, los silencios y por ende estamos condenados (las más de las veces) a tener diálogos de sordos. Qué cosa, verdad? Tantos adelantos científicos, tantos estudios humanísticos, tantos libros maravillosos… para que al final, estemos casi como al principio de la humanidad (y en un descuido peor, pues en aquellos ayeres no había tanta mafufada pretenciosa ni libritos de autoayuda, que más que ayudar terminan por confundirte)

Y volviendo el inicio de tu comentario sobre mi vena repetitiva, en mi descargo diré que esta vez, mi divagación central no gira tanto en torno al amor/desamor -aunque por supuesto forma parte de-, sino sobre lo que pasa, lo que viene después de.

Un beso después de la lluvia

marichuy dijo...

PS, querido Pau

Sobre tu queja, jeje, usted perdonará, Señor Escritor... pero no es mi servidor, es el Blogger quien a últimas fechas ha estado fallando constantemente, en especial en lo relacionado con los comentarios.

Y sobre Mme.la Yourcenar, yo sé, yo sé cuánto la amas… amamos y admiramos a esa gran escritora.

Otro beso

Edmundo dijo...

Los momentos de pérdida me resultan grandiosos. Son cuando podés sentirte, inmensamente humano, con tus fuerzas y sus debilidades. Y saber, además, que nada es imprescindible. Un beso.

Ju dijo...

Marichú,

En esto de dejar/que te dejen, irse o quedarse, cada vez más creo que aún más terrible que la soledad, es la soledad compartida, con lo cual cuando se llega a ese punto, mejor armar las valijas.

Y ya luego, la dichosa pregunta: ¿está en una la capacidad de transitar la vida junto a alguien más?

Y ya luego, aquello de los tiempos efímeros...uffff

un Abrazo desde aquí! mientras sigo festejando la alegría que me ha dado este dichoso país días atrás.

La abuela frescotona dijo...

haz contado la historia de las relaciones que se suceden todos los días, mañan, mañana, y asi hasta que todo llega de verdad, y no somos nosotros, es el alma que se saturó de vacio, de rutina,y estalla, haciendonos actuar, por fin.
y si, somos animales de costumbre, si se va el loro, lloramos, imagina cuanado se va "algo" que fue nuestro...
abrazos Marichuy

La sonrisa de Hiperion dijo...

Bella forma de decir las cosas. Siempre es estupendo pasar tu espacio...

Saludos y un abrazo.

virgi dijo...

Son duras las separaciones, mucho.
Si ha sido una historia más o menos buena, suele quedar un hueco que poco a poco se va rellenando, pero con altibajos innumerables.
Hasta que volvemos a encontrar la chispa en cualquier esquina.
Después de media vida, ya casi ni se recuerda aquellos amores de adolescencia. ¡Y tanto que nos hicieron sufrir!

Besitos, cara.

Mafalda dijo...

...


Jejeje, ¡chale!

Creo que yo no le vuelvo a entrar...creo ¿eh?

Empece a leer y pensé que me caerían pedradas, luego seguí el texto y sospeché que disculparías a los cobardes (no fue así, que bueno), terminé el post y no logré darme una idea entre la correlación de olvidar e iniciar.

Puedo apoyar por experiencia lo que dice esta canción:

"...no es que ya no te quiera
simplemente que te olvido,
si aún en mis sueños te sueño
cómo no te habré querido"
Roberto Darvin.

Saludetes mi Flaquis temperamental y sentidilla jajajá...

Mafalda

marichuy dijo...

Edmundo

Parte de vivir consiste, creo, en disfrutar por igual los momentos de dicha (generalmente los menos) y los desasosiegos.

Cierto, teóricamente nadie debería ser indispensable; el quid está en el paso de la teoría a la práctica

Un beso

marichuy dijo...

Querida Abuela

A veces me pregunto ¿cuánto vacío aguanta el alma, hasta qué tope tendremos que llenarnos, para por fin estallar/actuar?

Y así seguiremos por los siglos de los siglos... siendo animales de costumbres

Un abrazo

marichuy dijo...

Querida Virgi

Creo que lo más triste es cuando la historia no fue tan buena y aún así, los vacíos que el rompimiento deja, resultan pesados y difíciles de llenar.

Un beso

marichuy dijo...

Mafalda

Y por qué habrías de recibir pedradas (y luego dices que yo soy la sentida y delicadita, jajá)?

Esos versos de la chanson, me recordaron algo que dice Marguerite Yourcenar en “Fuegos” (imagínate, al calor de una pasión tan desesperada como mal correspondida).

«Hay que amar mucho para arriesgarse a padecer. Tengo que amarte mucho para ser capaz de padecerte»

Besitos (yo nomás preguntaba. Lo que sucede es que exceptuándote a ti, buena aprte de los twitteros con los que me relaciono se la pasan, casi sin pausa, piando y piando desde antes de las 7 de la mañana hasta pasadas las diez de la noche; de ahí mi comentario sobre la envida).

marichuy dijo...

Jules

Completamente de acuerdo con vos, al menos desde mi experiencia, no hay peor soledad que la soledad en compañía

Y sí, la pregunta debería ser esa que vos mencionas ¿estamos, realmente capacitados para convivir con otro; lo suficientemente curados para volverlo a intentar?

Un abrazo (y respecto de su nueva Ley... no olvide el ofrecimiento del Gobierno de mi ciudad adoptiva, eh)

marichuy dijo...

La sonrisa de Hiperión

Gracias por la visita, la amabilidad y el abrazo; recibe otro.

Nash dijo...

Mi muy querida Marichuy,

Primero, lo confiezo: Costumbres tmb es mi gusto culposo, es más, JuanGa enterito es mi gusto culposo!! jeje.

Segundo, leyendo lo de los consejos que vienen de todas partes q parecen sacados de libros de superación personal, la verdad no soy buena en dar de esos... a lo mejor debería, pq es lo que marca la normal social, pero yo siempre digo y me digo: llora, grita, enójate, mienta madres, sal de farra, emborráchate y busca tu dotación de agua y glucosa pa aguantar el día siguiente y todos los que vienen.

Pero el consejo anterior es fácil para cuando uno es el dejado. Cuando se trata de dejar, y no poder hacerlo.. híjole, esto es taaan difícil. A lo mejor, cuando nos mandan al carajo, creemos que no, que para el otro es fácil, q es un hijo de tal por cuál, que no se qué más... pero nooo... no es fácil pq somos por naturaleza egoístas, pq no queremos ser los malos y, como tú dices, terminamos haciendo más daño por querer jugar al bueno. Y es que es bien difícil tener los pantalones para decir "sabes qué? ahi la ves"... porque los cambios nos cuestan, porque no queremos ser recordados de "fea" forma (es parte del ego), por 20 mil cosas más, y por eso muchos retrasamos esa decición hasta que el asunto se vuelve insoportable y no hay de otra pq no la hay y ya.

No sabes qué tan bien entendí hoy tu entrada.. tanto, tanto, que me dolió entenderla. Por que lo más difícil de volver a empezar, es empezar por crear esa oportunidad para hacerlo.

Saludos!

Anónimo dijo...

Es muy cierto, es muy dolorosa la ruptura,pero en mi caso, más para la otra persona que para mí. Bastante tiempo antes yo percibo que la cosa se termina y digo basta. No me gusta perder tiempo ni que lo pierda la otra parte.

Y después, ya free, oteo el horizonte para ver que se puede hacer de nuevo, jajajajaja!

BESOTES MARICHUY Y BUEN FINDE!

marichuy dijo...

Cuetzpallin

Sobre JuanGa, decía un maestro en la Facultad que él era el mayor gusto culposo de buena parte de la "intelectualidad mexicana" (y eso sin contar que, además, gracias a él -JuanGa- más de uno salió del clóset).

Tal vez uno hace mal en desdeñar las consejas emanadas de los libros de autoyuada (o de la filosofía de Paolo Coelho), pero pues para eso, mejor aplicar lo que mi abuela llamaba “los dos dedos de frente (sentido común que todos tenemos)”, lástima que en materia de amores y desamores, el sentido común no aplique.

Ser la villana de la historia, querida, sólo es apetecible y rentable en el cine; ámbito donde esos papeles por lo general son los más ricos y lucidores; en la vida real, a pocas nos gustan.

Un abrazo

marichuy dijo...

Stanley

Algo me dice que vos sos un rompecorazones sin remedio. Alguien muy peligroso, jeje.

Besos

le cid dijo...

Marichuy...

Que macho, pero que macho mi Juanga!!!
A mi también me llegan esa y otras "rolas" del arcángel de la canción mexicana: Juan Gabriel.
Pero volviendo a tu divagación actual, y notando un cierto tono entre azul y grisáceo en tu escritura quisiera darte un poco de la sabiduría que mi madre me legó:
La vida esta hecha de ciclos. Cuando un ciclo se cierra, otro comienza. Si te quedas y no saltas al siguiente ciclo, te arriesgas a dar vueltas eternamente. El salto es peligroso y da vértigo, porque saltamos a lo desconocido, pero, a pesar de que lo conocido nos hace sentir seguros, es solo un mal habito.
No creo que nadie te deje antes del momento indicado, pero muy seguido lo hacen demasiado tarde. Es decir hay que terminar con esos malos hábitos amorosos o de cualquier índole que nos hacen perder el tiempo.
La vida es corta, así que a vivirla intensamente y a añorar unicamente lo desconocido!
Animo amiga, el camino aun es largo. A ti de hacerlo agradable.

Anónimo dijo...

"la distancia (el tiempo) es como el viento, apaga los fuegos pequeños pero enciende otros más grandes...”
Hola Marichuy! esta frase la habia escuchado de una persona a la cual quiero y extraño muchisimo (Buen amigo) el me la decia a cada rato por que para mi era inconsebible terminar una relacion ya de por si desde una inicio destinada a durar poco...
hoy... te puedo decir que de esa relacion he aquilatado los mejores momentos y que he aprendido que cuando se de la oportunidad de convivir con esa persona nuevamente sera para que no halla un inicio ni un final...
abrazos y buen fin

mario skan dijo...

Sin duda alguna, toda ruptura implica un vacío una nueva dirección que tomar, una decisión y una propia explicación a nosotros mismo. La soledad es para mi lo pero de las rupturas es que soy débil y bueno, me conozco algo. Ahora el asunto es salir por el lado más plausible.

saludos enormes

Workaholica dijo...

Mi Chuyis...


Cuando empecé a leer de inmediato vino a mi mente esa canción de JuanGa... tan región 4 pero tan real...

La codependencia... tema escabroso...


Te dejo muchos besos...

Ahorita mi cabeza (adolorida) no da pa' más

marichuy dijo...

Ana

Esa frase es parte de una vieja canción italiana, que más o menos dice así:

“sabes que la distancia es como viento, se lleva con el tiempo de un olvido que apaga el fuego pequeño pero enciende los más grandes”

Ojalá que ese tiempo del reencuentro que tanto deseas, llegue pronto (no hay nada más triste que dejar pasar nuestra vida en la espera del amor ideal).

Un abrazo lluvioso

marichuy dijo...

Le Cid

El Arcángel San Gabriel (¿o será el Arcángel Caído?).

Creo que me leo más grisácea de lo que en realidad me siento (y eso que hace cuatro días no para de llover). Yo diría que ando algo meditabunda.

Tu santa Madre, otra vez, con la boca atascada de razón: el salto al ciclo siguiente siempre nos atemoriza, el vértigo produce ese efecto (normal, por otra parte). Si le pensamos mucho, ya no saltamos; no obstante, de vez en vez es bueno no dejarse ir a la primera sin pensarle tantito antes.

Un beso bajo la perenne lluvia chilanga.

marichuy dijo...

PS Le Cid.

Lo que dices sobre la vida, lo suscribo. De ahí mi gusto por ese proverbio malinké:

«La vie est un ballet; on ne le danse qu'une fois»

marichuy dijo...

Mario

Pues bien dicen cada cabeza (y corazón) es un mundo. A veces, tras la ruptura, lo peor no es la soledad. Créeme.

Un saludo

marichuy dijo...

Work's

JunGa y José Alfredo, de nuestros máximos "filósofos populares" (región 4).

Creo que la codependencia es tan escabrosa como, lamentablemente, recurrente.

Besitos con lluvia de regalo.

le cid dijo...

Marichuy...

Lo del "Arcángel Juan Gabriel" fue un lapsus de mi hermana cuando pequeña...

Cierto que existe el vértigo, que tambien hay el miedo a lo desconocido y la posibilidad de un buen "suelazo", pero...
Si viéramos el cambio como algo bueno, excitante, tal vez nuestros temores pasarían y nos encontraríamos contando: "a la una, a las dos y a las... treeeess!!!"
Te recomiendo una canción de Alain Bashung: Le Vertige de l'Amour...
Un beso, así como para Tessitore, que olvide saludar antes.

MauVenom dijo...

Últimamente me pregunto por qué tan poco valorada la opción de caminar solo

entiendo los beneficios y magias regaladas por una relación pero hay también, creo, una fórmula

comparto esa dificultad de volver a meterte en una relación después del desgaste y final... haya sido decisión de uno o del otro (no sé si haya mucha diferencia)

pero ahora creo, tontamente quizá, que puede haber un tercer camino de en el que no se invadan los espacios y se abrace una camaradería que debe incluír tranquilidad y muuuucha apertura

voy de nuevo con mis 'arreglos'... pero confío en ellos mucho más que en los romances que si bien son la vida en su primer proceso nos dejan moribundos en la decadencia

y temerosos... digo... porque ya te avientas tan fácil después de dos o tres golpes fuertes.

Beso

P.D. Mucha teoría mia en esto... de la práctica hablamos en otro momento en el que tenga pruebas convincentes.

MauVenom dijo...

... era ... 'ya NO te avientas tan fácil'

marichuy dijo...

Le Cid

Seguro que eso ayudaría, pero creo que no sería suficiente: no sólo es el Vértigo lo que atemoriza, me temo (qué buena rola, no conocía a Alain Bashung).

Oye si lo del Arcángel San Gabriel me pareció bueno; pero me acordé de este poema de Cyril Collard:

"Et puis moi. L'ange sauvage,
Serrant le corps d'une gazelle brûlante,
J'attends de la colère des Dieux
Ou de la beauté des diables
(...)
Je m'avance dans la fumée d'un quai désert,
Je découvre des carcasses de métal
Et des manèges abandonnés,
Pont d'un cargo,
Grand nord, mers de glace
L'ange sauvage devient ange déchu
et termine simple mortel au coin d'un bar."

*****

Un beso

le cid dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
le cid dijo...

Marichuy...

Alain Bashung murio a principios de este año. El y Françoise Hardy son mis artistas preferidos...
Escucha una cancion de él que se llama Osez Josephine! Ya veras que el vertigo se te pasa!
un beso...

marichuy dijo...

Mau

Hasta parece usted nuevo en estos menesteres. ¿Acaso no ha visto cuán infravalorados están lo seres sin pareja? En el mejor de los casos, te miran con cara de extrañeza. Nunca olvidaré al Subgerente del Hotel donde me hospedaría (en Florencia): cuando le dije que quería una habitación para mí sola, me miró con cara de absoluto desconsuelo (si hubiera sido francés, me habría dicho algo así como «Vous etés seule, Mademoiselle? Ahhh, Je suis désolé») e incrédulo me preguntó dos veces: ‘¿Solo la Signorina?’

Y es cierto, después de unos cuantos descalabros ya no te avientas al precipicio así como así.

Un beso

PS Pero sí que hace falta un poco más práctica... para teorizar con mayores fundamentos, jajá.

PS2 No obstante, habrá que decir como Madame Yourcenar: «No me importa cuál sea el paso en falso que te haga caer sobre mi cuerpo»

marichuy dijo...

Le Cid

Eso leí (me lo fui a googlear), que murió a principios del año pasado.

Ya fui a escuchar la otra, harto vibrante.

Un beso

Cuentos Bajo Pedido ¿Y tu nieve de qué la quieres? dijo...

Volver a empezar....
tengo ganas
pero no se si me ditiene el miedo o la flojera o una absurda mezcla de las dos

marichuy dijo...

Estimada Cuentista

Yo creo que es la opción combinada. Siempre pasa así. Las cosas no suceden nomás porque sí.

[ berna ] dijo...

Y tu escribes (y yo leo) esto justo cuando trato de levantarme de... de... ya ni se de donde!

marichuy dijo...

Berna

Y te levantarás. No tendrás más opción: lo tuyo es volar, acariciar el aire.

Un beso