Creía que no habría pena más grande que sentir el corazón roto; también, que yo sería más propicia a sufrir a causa de ello, antes que a romper el corazón de alguien más y por último, en esta lista de creencias absurdas, estaba aquella que aludía a que solo los canallas te pueden romper el corazón; nunca los seres decentes. Craso error. La única vez que me han roto el corazón, no fue ningún canalla, sino uno atento, detallista, tierno, cariñoso. G. es una finísima persona como les digo yo; provisto de todas las cualidades que se puedan desear en una pareja. Y sin embargo, con esa misma exquisitez rompió mi corazón; con la precisión de un escalpelo suizo, sin una rasgadura extra; al centro y de manera profunda. Nunca le guardé rencor, ni exhibí en público mi penar. Jamás; mi maldito orgullo pudo más que el dolor, por mucho que me sintiera el ser más desgraciado de la tierra. Y si logré sobrevivir a esto, pensé, ya nada peor podría pasarme. Cuán equivocada estaba.
Ingenuamente había creído que al mudarme de casa, lejos de mi familia y de los lugares que nos fueron comunes a D. y a mí, por fin dejaría de adivinar su sombra por entre los árboles de ese inmenso parque en el que más de una noche se ocultó, como si yo no pudiera verlo de reojo mientras cruzaba a toda velocidad, temiendo que en cualquier momento saliera de su escondite y me diera alcance. Quizá eso habría sido mejor que sentir su presencia siempre cercana, como una sombra. Al acecho, vigilándome o cuidando que nadie se me acercara; lo que haya sido, la sensación era angustiante. Y ni por equivocación se lo conté a mi familia; solo hice lo único que pude: irme a vivir lejos, instalarme en un entorno talmente distinto; impersonal y frío. La excusa ante mi familia fue simple: transportarme a mi trabajo resultaría más fácil y rápido, pues el nuevo domicilio y la sede de mi empleo se ubicaban en puntos cercanos de la misma avenida. Acostumbrarme a vivir sola no resultó sencillo, sobre todo porque en esa nueva colonia cuyas calles llevan nombres de ciudades estadounidenses, al haber más oficinas y corporativos que casas habitación, las noches y los fines de semana son silenciosos y las calles solitarias. Pero sobreviví a la soledad; al miedo inicial de caminar a las diez de la noche por esa larga y solitaria calle interior que me llevaba a mi nuevo domicilio; sobreviví a no tener con quien hablar antes de salir a trabajar, ni por las noches al regresar cansada y hambrienta y logré dormir sin temor a ruidos extraños. Un año más tarde, yo estaba completamente adaptada y contenta en mi nueva vida... hasta esa madrugada.
Como si no hubiera sido suficiente ser despertada por el timbre del teléfono a las tres de la mañana, escuchar la voz de D. repitiendo mi nombre con ansiedad... fue demasiado. Lo último que esperaba. Sé que ninguna llamada a esa hora puede ser para algo bueno, pero creo que en medio de mi somnolencia hubiera sido menos impactante la notificación de algún accidente familiar, que oírlo a él. No era solo que fuera él, era el tono de su voz, que parecía provenir de la más profunda oscuridad; era la voz de un hombre molido. Quizá solo era el whisky que debía traer dentro, pero lo cierto es que su voz parecía desprovista de vida, era como un gemido doliente y suplicante, que inevitablemente me estremeció. Y por primera vez sentí miedo de él; ni siquiera en aquellas noches que lo sabía siguiéndome a distancia en el parque solitario, mi corazón latió tan de prisa como esa madrugada. Sus palabras fueron breves pero contundentes; posiblemente una mera pretensión chantajista, pero me asustaron como pocas cosas. Apenas recuerdo que le contesté; después de repetirme alguna otra suplica, escuchó mi petición y por fin colgó. Entonces, un impulso me llevó a asomarme por la rendija de la cortina, mejor no lo hubiera hecho: adosado en el edificio de enfrente, justo frente a mi ventana estaba él. Asustada, casi tambaleante volví a la cama y me tapé hasta las orejas, como si así me pusiera a salvo. No conseguí dormir bien; ni esa ni las siguientes noches, cuando en más de una ocasión lo vi sentado en la parte trasera del autobús en el que yo volvía a casa. A mi miedo empezó hacerle compañía otra sensación mucho peor: culpa; creer que de alguna forma yo había contribuido a que ese hombre, otrora cínico y seguro de si mismo, pareciera tan perdido y actuara de tal forma. Yo no podía ayudarlo, pero lejos de sentir rabia y ganas de denunciarlo, solo sentía pena por él. Una inmensa pena que me hacía sentir mal; mucho peor que cuando el fino escalpelo de G. rompió mi corazón. Jamás podría amar a D. y solo diciéndoselo sin atenuantes, dejaría de sentirme miserable. Pero pensé en su reacción; la sola idea de verlo, de estar a solas con él, me producía temor... y volví a mudarme de casa; dos veces.
Ingenuamente había creído que al mudarme de casa, lejos de mi familia y de los lugares que nos fueron comunes a D. y a mí, por fin dejaría de adivinar su sombra por entre los árboles de ese inmenso parque en el que más de una noche se ocultó, como si yo no pudiera verlo de reojo mientras cruzaba a toda velocidad, temiendo que en cualquier momento saliera de su escondite y me diera alcance. Quizá eso habría sido mejor que sentir su presencia siempre cercana, como una sombra. Al acecho, vigilándome o cuidando que nadie se me acercara; lo que haya sido, la sensación era angustiante. Y ni por equivocación se lo conté a mi familia; solo hice lo único que pude: irme a vivir lejos, instalarme en un entorno talmente distinto; impersonal y frío. La excusa ante mi familia fue simple: transportarme a mi trabajo resultaría más fácil y rápido, pues el nuevo domicilio y la sede de mi empleo se ubicaban en puntos cercanos de la misma avenida. Acostumbrarme a vivir sola no resultó sencillo, sobre todo porque en esa nueva colonia cuyas calles llevan nombres de ciudades estadounidenses, al haber más oficinas y corporativos que casas habitación, las noches y los fines de semana son silenciosos y las calles solitarias. Pero sobreviví a la soledad; al miedo inicial de caminar a las diez de la noche por esa larga y solitaria calle interior que me llevaba a mi nuevo domicilio; sobreviví a no tener con quien hablar antes de salir a trabajar, ni por las noches al regresar cansada y hambrienta y logré dormir sin temor a ruidos extraños. Un año más tarde, yo estaba completamente adaptada y contenta en mi nueva vida... hasta esa madrugada.
Como si no hubiera sido suficiente ser despertada por el timbre del teléfono a las tres de la mañana, escuchar la voz de D. repitiendo mi nombre con ansiedad... fue demasiado. Lo último que esperaba. Sé que ninguna llamada a esa hora puede ser para algo bueno, pero creo que en medio de mi somnolencia hubiera sido menos impactante la notificación de algún accidente familiar, que oírlo a él. No era solo que fuera él, era el tono de su voz, que parecía provenir de la más profunda oscuridad; era la voz de un hombre molido. Quizá solo era el whisky que debía traer dentro, pero lo cierto es que su voz parecía desprovista de vida, era como un gemido doliente y suplicante, que inevitablemente me estremeció. Y por primera vez sentí miedo de él; ni siquiera en aquellas noches que lo sabía siguiéndome a distancia en el parque solitario, mi corazón latió tan de prisa como esa madrugada. Sus palabras fueron breves pero contundentes; posiblemente una mera pretensión chantajista, pero me asustaron como pocas cosas. Apenas recuerdo que le contesté; después de repetirme alguna otra suplica, escuchó mi petición y por fin colgó. Entonces, un impulso me llevó a asomarme por la rendija de la cortina, mejor no lo hubiera hecho: adosado en el edificio de enfrente, justo frente a mi ventana estaba él. Asustada, casi tambaleante volví a la cama y me tapé hasta las orejas, como si así me pusiera a salvo. No conseguí dormir bien; ni esa ni las siguientes noches, cuando en más de una ocasión lo vi sentado en la parte trasera del autobús en el que yo volvía a casa. A mi miedo empezó hacerle compañía otra sensación mucho peor: culpa; creer que de alguna forma yo había contribuido a que ese hombre, otrora cínico y seguro de si mismo, pareciera tan perdido y actuara de tal forma. Yo no podía ayudarlo, pero lejos de sentir rabia y ganas de denunciarlo, solo sentía pena por él. Una inmensa pena que me hacía sentir mal; mucho peor que cuando el fino escalpelo de G. rompió mi corazón. Jamás podría amar a D. y solo diciéndoselo sin atenuantes, dejaría de sentirme miserable. Pero pensé en su reacción; la sola idea de verlo, de estar a solas con él, me producía temor... y volví a mudarme de casa; dos veces.
82 comentarios:
No puedes ni debes sentirte culpable de nada. Desconozco la hisoria entre tú y D., pero el mejor favor que le puedes hacer, es ser sincera, y creo que ya lo has sido.
Besos grandes!
Primero debo decirte que este post me atrapó como si estuviera leyendo una historia de misterio. Luego caí en la duda: es o no una ficción, en tal caso no importa, porque la escritura cumplió su objetivo, despetar el interés en el lector. Ahora si lo que narras en un recuerdo fue un asunto complicado. Tener que mudarse por esa razón en un gran problema y verlo acechar tu depto desde el parque o el edificio del frente, un recurso de película.El tal D estaba en problemas serios.
Y un poco en broma, no puedes quejarte de que le falte emoción a tu vida.
saludos
Dejé esta entrada para leerla al final de las chorrocientas del "reader" y no me equivoqué...
Querida Marichuy:
Al igual que a Mariano, me quedó también la duda de si se trata de una historia real o de ficción. Pero al igual que a él, al final no me importa.
Lo que creo es que no debemos sentirnos culpabes por los demás. Bastante cargamos con lo nuestro. Además nada justifica acosar así a una persona... No creo que tú hayas acosado a quienes a su vez te rompiero el corazoncito...
En todo caso, me transmitiste el miedo que sentiste. Yo también me habría asustado mucho.
Un beso,
Strika
Cache
Durante un tiempo así me sentí: con una enorme carga de responsabilidad. Pero bien dice el refrán el tiempo todo locura.. casi todo.
Un beso
Exenio
Gracias, por al deferencia... o así lo entiendo.
Mariano
Si conocieras la ciudad de México te diría de que parque hablo; un sitio algo tenebroso, demasiado árbol, luces tenues, recovecos; como en el día es muy bullicioso, pro al noche puede escucharse el silencio. Y ese era mi camino diario. Ahora que lo pienso no sé como me atrevía a caminarlo por las noches.
Ojalá pudiera decirte que se trata de una ficción y que nada de esto pasó...
Saludos y gracias
Strika querida
No sé porque, pero soy de las personas que no puede evitar una sensación de culpa, cuando se sabe incapaz de querer a alguien; sea una pareja o no. Es una reverenda idiotez; quizá solo un profundo egoísmo de mi parte, el no querer jugar el papel de la mala de la historia.
Hace poquito una amiga, cuya historia sentimental es algo desastrosa, me decía que ella quisiera ver a un hombre sufrir intensamente por ella; lo único que pude decirle fue: no sabes de lo que hablas.
Un beso
Eso de tener un stalker es bien creepy... Pero ser el stalker es más creepy... Eso te pasa por ser tan interesting. Si te sigue molestando nos avisas y le damos un buen "Estate quieto" (perdón por mi spanglish... I must be nuts or something by now... 'cause I'm stalking someone)
Abraxas
El acoso es una cosa terrible; pero este era un tanto particular: salvo aquella llamada nocturna, nunca hizo el intento por hablarme o acercarse más allá de cierta distancia. Y la causa, me temo, no es que yo sea very iteresting, sino un problema de él; un serio problema, me parece.
No creo que haga falta el "estate quito"; hace rato que desapareció por completo de mi entorno, pero gracias.
Leer en modo: Agitado
… que falta??? Eh… los chacos? Listos!.
¿la cerbatana con dardos?, ehhh (buscando entre la ropa..) lista!...
a ver..
A ver….
Los sables? Listos, uno hattori y otro de colección comprado en Ebay… ok!..
a ver, a ver,, que más?
Las hachas vikingas? Listas!.
El arco y las flechas? Listas, con 12 pares de flechas!... ehh.. que mas? Que mas?
El bate de beisbol de bronce?... Listo y hasta brillado está!... que mas? (revolcando la maleta de nuevo)… los guantes de Box? Listos los rojo y azules, pero no encontré el cinturón!.
Algo mas? … eh! LOS TIQUETES?? Listos junto al pasaporte y con el recorrido que pidió: Cali-bogota-Mexico DF
O
k Todo sea por ir a custodiar a la emperatriz del blogg, vamos rumbo al Benito Juarez...
****
Un impresionante escrito, que me debatía entre la duda (por cierto tremenda película) y el cruel sentimiento de desespero.
Elevo mis ruegos para que la divina providencia guarde con bien su humanidad.
Un abrazo
y disculpa lo poco mesurado y maduro, pero fue un sobresalto emocional inmediato
Este blog es cálido como una fogata que arde con leña de pasión, ojalá pueda venir y calentar un poco mi ánimo de vez en cuando, aunque en esta ocasión la flama esté un poco agitada por la culpa... no tienes porqué sentirla, creo.
A la pelota! Qué historia, Marichuy. Esa presencia siniestra sí que mete miedo. Se merece un guión cinematográfico. Y está tan bien contada que uno siente la sombra amenazante de D siguiendo nuestros pasos.
Antes que nada te agradezco. Ya era tiempo de que alguien reivindicara a los canallas que, más que romperlos, nos encargamos de sanar corazones... aunque no exentos de cinismo (ejem).
Luego, decirte que la segunda parte de la historia me conmueve: sí que tenía un serio problema el tipo. El hecho de que lo escribas me dice que estás en vías de exorcisarlo. Saludos
-- marichuy, no tienes que esconderte sino es de ti misma, ni enfrenatarlo sin antes vencer tus temores. Tu eres mas fuerte de lo que piensas, encaralo pero antes haz unos rounds de sombra con tus miedos, vas a vencer a este y todos los demas que se te enfrenten
Potter
Con el puro boleto de avión Cali-Bogotá-Ciudad de México, me bastaría (el bate de beisbol no es mala idea, pero ahora ne lo aviones se ponen muy roñosos y no dejan pasar un montón de adminículos). Y de las armas no te preocupes, yo tengo mi cuchillo eléctrico, que he utilizado una sola vez... me rebané el dedo en plena navidad; pero seguro tu tendrás mejor pulso.
Tremenda película "La duda", así es. Y de esta historia mía, no dude usted; cero fantasía, menos realismo mágico.
Gracias por su ruegos y preocupaciones.
Un abrazo
Rictus
Gracias señor artista del caos; cuando guste venir acá será bien recibido. La culpa es una cosa tremenda y acompañada por el miedo, es aún peor.
Gracias por tu visita
Ojaral
Gracias, muy amable. Sabe cual es el problema? Que el miedo si paraliza y hay una fracción de segundo en que uno se le pone la mente "en blanco", cero sensatez para actuar en consecuencia.
Saludos
Canalla
Es bueno que alguien valore mi reivindicación a los canallas, jeje. Aunque debemos acotar que... no todos se dedican a consolar corazones, eh?
Creo que el exorcismo, es lo mejor... o lo único que puedo hacer.
Saludos
Jota-pe
Estoy de acuerdo contigo, pero en este caso, ya es un poco tarde para hacerlo.
Saludos
Mi querida señorita carga culpas, huir no esta bien, espero que el señor D. haya podido por fin superar su locura y encontrado a otra persona a quien chingar, Perdón por mi alemán, lo uso de vez en cuando.
Yo suelo cambiar de teléfono muy seguido, me han ocurrido cosas poco agradables, te puedo contar una historia, hace años cometí la tontería de vivir con un loquito como el señor D, este es el señor E. yo sabía de antemano que no funcionaría, pero eso me daba motivos para que al terminar la relación tendría el pretexto de “no puedo vivir acompañada” “no naci para compartir mi vida”, en fin muchas frases que me dije al final de la relación , un día le dije se acabo, frió y seco, saque sus cosas de los armarios y las puse en la puerta, el lloró, y lloró, le pedí mis llaves y feliz descanso mi alma, nada de arrepentimientos ni cosas por el estilo, un día con mi gran sentido del olfato lo olí en mi casa, dentro de mi hogar resguardado por miles de rejillas, me dí cuenta que él previsor de lo que venia, había sacado copias de mis llaves, sabes el susto que me lleve, claro no dije nada, hable al cerrajero cambie combinación de chapa, no lo podía creer al siguiente día una visita fuera de mi hogar, un hombre llorando y acusándome de haber cambiado la cerradura, no pude más y le dije de cosas, le descubrí todas sus mentiras, por suerte no volvió nunca, solo un día me llamo para pedirme dinero prestado, se lo preste sin pensar más, tal vez era una compensación, je,je, me dio un cheque a cambio, claro que lo cambie. Y pude cobrar esa parte monetaria, claro por suerte en este pueblo chico no lo he visto mas que una o dos veces, sin problema es mas orgulloso que yo.
Pero de llamadas se trata un día estando el señor BB, en casa de vacaciones antes de venir a vivir definitivamente en mi casa, sonó el teléfono en la madrugada, el señor Big, por suerte no teníamos entonces extensión en el cuarto, a las 7 de la madrugada vi el número, preocupada por saber si le pasaba algo le hable, no solo era para saludar me dijo, le dije el señor BB esta aquí por favor no llames a esas horas, después de mese y llamadas de otro tipo decidí cambiar el número, nos mudamos de oficina, y borre los teléfonos de Big, no sin antes decirle no quiero saber más de ti, hoy no tengo miedo por haber enfrentado a estos dos hombres que pasaron por mi vida, no me gusta la sensación de vivir con miedo, ni sentirme culpable de los problemas mentales de las personas que pasaron por mi vida
Saludos y espero que duermas bien por las noches.
Gracias por contar esta, tú historia.
Dilbertina
El amor se crea de a dos, el dolor también. Los grandes fantasmas se construyen con lágrimas de dos personitas, en diferentes camas, en diferentes espacios. No es tu culpa, no es la de él. Simplemente, sucede.
Abraxo Mari, uno bien grande en estos días de espectros y frío.
me sorprendes (no que despiertes pasiones ni que generes obsesiones, yo misma sigo este blog compulsivamente desde que lo descubrí), pero tienes un estilo literario que seduce, que imanta
y tienes, también, una fortaleza enorme... combinada con una soberbia encantadora, porqué afrontar todo eso sola?, por supuesto no es pregunta que exija una respuesta, creo que muchos hacemos lo mismo: refugiarnos en un silencio estoico y aislante
que bueno que lo compartes, además de lo que disfruté leerte y conocer un poco más de tí, coincido con Canalla: es señal de que lo vas sanando
un muy fuerte abrazo, cuídeseme mucho
¿Puedo contarte una anécdota sobre llamarle "D." a D.?
En un cuento de Woody Allen, una chica se pregunta si debe salir con un chico "D.". --No, -se responde mentalmente- "a menos que me diga el resto de las letras de su nombre".
Hola, mi querida Marichuy.
Confieso que pensé en un primer momento que no era más que un relato (muy bueno, por cierto).
Al leer los comentarios, he comprobado que es más real de lo que te gustaría y nos gustaría a los que te apreciamos.
Lo siento mucho...pero me alegro de que ahora sea tan solo un recuerdo, parte del pasado...¡y qué no vuelva!.
Y es que el amor es así de complicado...es más difícil de lo que parece en un principio amar y ser amado. Y cuando esta "ecuación" no se cumple, hay dolor. Eso sí, el no ser correspondido y/o estar dolido, no excusa ese tipo de comportamientos.
Un besazo
Nunca lo había visto de este modo, siempre creía que el que le rompieran a uno el corazón era mas por el permiso que uno daba de manera tacita que por otra cosa, pero tienes razón hay rupturas muy, muy precisas…y son las peores.
Pero anda, que me pongo comercialísimo y te digo aquello de que la vida es ancha y estos golpes del amor se olvidan…..
Marichuy querida miaÑ
Justo ayer platicaba con alguien sbre los acosadores; el de Monica Seles, la de Paula Abdul, y otros varios; y del perfil de estas personas, que no es un decir ; 'estan mal de la mente', no tienes que culparte de nada, son personas enfermas y tu eres una victima.
Alguna vez tuve una acosadora y fue una experiencia desgastante, que no le deseo a nadie; pero hay que armarse de valor, informarse y saber cuales son las cosas que puedes y no hacer, de la mima manera que cuales son las cosas que debes hacer, pro seguridad.
Me alegro que sea historia y que tu estes mejor y mastranquila.
Besos locos
A.
conste=que=yo=nunca=te=he=pedido=tu=fon=
a=mi=solo=me=gusta=romper=corazones=
espurios=en=persona=jeje
El mal de amores es de los peores que existen. Uno no abre su corazón fácilmente, pero si llegas a hacerlo y te lastiman, es terrible... no hay medicina que lo cure, no hay algo que lo atenúe.
Yo le tengo un pavor inmenso.
Buenas tardes Marichuy... la primera parte del relato donde G tan educado, fino, etc,etc, rompe tu corazon de un solo golpe... es tan cotidiano y real para mucha gente, ahorita precisamente J me tiene en un agujero del cual no se como salir, y como dice Kix no hay medicina que cure rapidamente...y cuando uno rompe corazones en ocasiones ni se da uno por enterado por estar en otro lado
Un abrazo
=)
Uy!!!! primera vez en mi vida que te puedo imprimir COMADRE!! Y no es para plagiarte ni comercializarte, solo para leerte con calma...Acabando te marco. Prometo ser yo y te diga al instante: Hola COMADRITA!
2046 besos.
Mi querida Marichuy,
Recuerda, recuerdalo siempre, "perro que ladra no muerde".
Un hombre que te persigue, te espía y te acosa no es un hombre que deba estar ni por poco cerca de tu pensamiento. No lo vale.
No sientas lástima, ni coraje, ni pena, él se irá cuando ya no sientas nada.
Querida Dilbertina
Ceo que como me decía el Canalla –vaya Nick-, el tema de D. es algo que ya casi he exorcizado. Pero en aquel entonces si sentía miedo, un frío recorrerme por la espalda… aunque anda comparable con el pavor que me provocó otra llamada, más reciente y que nada tiene que ver con amantes desgraciados. Y yo si sentía culpa, la verdad me pesaba haber andado con D. un tiempo y nunca haberlo amado.
Un abrazo y buena semana.
Luis Ricardo
D. tiene un nombre bíblico; cuando empecé salir con él, sabía su nombre y apellidos; lo que no imaginaba era que tras su capa de cinismo y de la joie de vivre, se escondiera esa otra personalidad, tan obsesiva y sombría. Creo que una aprte de mi sentimiento de culpa fue por haber sido tan estúpida y no darme cuenta a tiempo
Saludos
PS Gracias por el dato sobre los precios de Canadá. Si no salgo de vacaciones pronto, creo que voy a golpear al primer azulito que se me cruce en el camino
Ah, pero mi envidia sigue, ja
Un abrazo
Xaj
"Los grandes fantasmas se construyen con lágrimas de dos personitas, en diferentes camas, en diferentes espacios. No es tu culpa, no es la de él. Simplemente, sucede."
Creo que siempre hay, si no culpa, responsabilidad de ambas partes; porque tienes razón y la tiene una canción de Eugenia León: esto es cosa de dos (o de tres, je)
Un abrazo para vos
Querida Bichito
Tiene usted el teclado lleno de razón: Soberbia, insensata y tonta. Pero decirle a mi familia equivalía a enfrentar otras cosas que prefería evitar.
Un abrazo fuerte y muchas gracias por tus palabras -demasiado amables.
Maika
Gracias querida. Es cosa del pasado, no tan lejano, pero ya superado... o al menos eso quiero creer. Las relaciones humanas son tan complicadas en general y las de pareja, lo son aún más.
Un beso
Tnf25
Si querido, para romper un corazón se necesitan dos; pero casi siempre, uno solo es quien manipula el escalpelo.
Un abrazo
Querida A
Sabés? Si hubiera sido un "acosador" a secas, quizá me habría armado de valor más facilmente. El problema fue su condición de Ex-novio. Entonces, mi sentimiento de culpa era doble: por un lado, la certeza de que nunca lo amé y por el otro, el sentirme estúpida por no haber sabido ver tras de la superficie.
Besos buscando la cordura
Chilly
Todavía nadie me ha roto el corazón por teléfono. El finísimo G., lo hizo escalpelo en mano, en vivo y en directo.
Saludos
Mi Kix
Tienes razón. Pero que en mi experiencia, me fue más facil superar el clásico mal de amores -que nos rompan el corazón-, que el otro, el mal de desamores.
Un abrazo
Ana
Es tan común que nos rompan el corazón; y no obstante, no ha habido el científico -y visionario- que patente la cura para ello. Se haría millonario.
Deseo que salgas pronto de ese dolor causado por J.
Un abrazo
Champy
Querido, tu voz es inconfundible; la reconocería entre mil.
Besitos
Querida Ana A.
Creo, espero no equivocarme, que él por fin se ha ido. Pienso que de no sentirlo yo así, no habría podido escribir esto.
Un abrazo y gracias por tus palabras.
Pues yo sé que siempre que se generan expectativas sobre una persona y se defraudan, alguna decepción o "corazón roto" aparece. Así que hay que conocer siempre con el afán de experimentar. Pero si la experimentación nos lleva a convivir con gente como D. no es un acto de huída, sino de amable y saludable distancia el que hay que imponer. Me gusta la manera de escribir que empleaste en este texto. Muy nítida
Dr. Gurma
Huir, poner distancia, como lo llamemos; quiza solo fue un mero insitinto de supervivencia. Yo no siento que me hayan roto el corazon, en serio. Aun hoy, sigo pensando que G. ha sido la mejor y mas apasionante pareja que he tenido.
Y lo de D., una experiencia triste... muy triste.
Gracias por sus palabras.
Tantas veces nos pueden romper el corazón, y justamente las personas que uno menos espera. Con el paso del tiempo, en general uno va aprendiendo y ganando sabiduría en base a las vivencias que uno tiene, pero en los temas del corazón, el margen para equivocarse es enorme.
Gracias por tu visita y bienvenida Marichuy a mi blog, y obviamente te espero las veces que quieras, siempre será un placer.
BESOTES
Chale...
somos vecinas, je.
Creo que al final, siempre la honestidad es lo mejor. Aunque duela.
al=menos=uso=escalpelo=conmigo=han=usado=
hacha=oxidada
Stanley
Mejor no pudiste decirlo: en cuestiones del corazón, uno aprende a base de experiencias... pero aún así, el margen -grande- de error siempre existirá.
Gracias por tu comentario
Un beso
Lata
Eramos vecinas, querida; eramos. He cambiado de rumbos.
Me resulta más sencillo recibir una mala noticia, o un cortón, que darlos.
Chilly
Por eso dije: él era una finísima persona.
MMm, eso de romper "n" veces el corazón!! mis polainas, NO lo creo!!
Al cerdo, sólo se le mata una vez, lo demás es sólo carnicería!!
Yo sí creo fervientemente, que se ama una vez y se puede romper el corazón una ocasión, he dicho!!
Mad Scientist
A mi, hasta ahorita solo me han roto mi corazón una vez. Pero en cuanto a las veces que uno pueda amar, pues dependerá ¿no?
Saludos
Eso sì que es una secuencia del mejor suspense. Película granulada, blanco y negro, atmòsferas frìas, locaciones en la colonia Napòles (but of course!) y esa mirada que acecha, constante.
En el papel de D, Gimènez Cacho. Marichuy, Audrey???
Jeje, saludos!
Blogger pechocho
Si que estamos en sintonía... andaba yo por tu universo sinaloense.
Wow, me gusta más como lo describes tu; y me gusta le cinéma noir.
La Nápoles es de atmósfera fría; al menos cuando vivía yo ahí, así me lo parecía.
Danielito Gimenez Cacho -mi actor mexicano favorito- está perfecto (un Aro Tolbukhin light) y Audrey... ¿Tautou o Hepburn?
Y si te refieres a las rolas que tengo en mi blog, si, ese es Sabina, en vivo desde Ecuador con aquella de Y nos dieron... La voz es inconfundible.
Tautou o Hepburn, como sea... eso sì, de ojos expresivos, como los de tu perfil, que destellen el terror que nace del acoso amorosoenfermizo del Sr D
La llamada a medianoche de alguien que sabes que todavía te ama puede ser algo brutal; si esta alcoholizado, aún más. Porque te das cuenta como sus esperanzas ebrias saltan en pedazos y sientes su dolor a través de la bocina. Una experiencia digna de olvidar.
Blogger pechocho
Entonces me quedo con la Tautou. A juzgar por mi avatar, ya estaba en mi destino, jaja.
Kyuuketsuki
Exacto: sientes su dolor y es en ese lapso, donde puedes llegar a sentir... algo de culpa.
Saludos
Ahora te entiendo un poquito más.
Nada más.
2046 a secas.
Champy
la que no te entiende soy yo; así a secas.
Besitos confundidos
Querida Marichuy:
¡XAPÓ!, bello texto.
Sólo quise pasar a decirte que ando recontrasupoerocupada y que espero pronto volver a la blogosfera.
Abrazos y besos
Que susto.
Me he quedado con la duda, si es una historia real o ficción...
De lo contrario, vas a tener que tomar otra solución...
Felicitaciones, por su nominación, la cual me ha permitido, conocer este blogs.
Saludos!.
Sandra.
Entiendo perfecto.....
Como a veces uno llega a una situación muy dolorosa con alguien a quien era más fácil amar que otra cosa.
Doloooooooooooooooooooor
Ideal para una historias, sea ficción o no
Querida Marichuy... Veo que muchos dudamos de la veracidad de tu relato. No porque no fuera probable, al menos en mi caso, sino por lo bien trenzado y lo bien escrito.
El miedo y el dolor pueden ser bellos... Y ahí lo fueron.
Un beso immenso.
A pesar de todo, me gustaría tanto conocer esos parques!!
Querida Coro
Gracias por los saludos, espero que pronto te tengamos de vuelta en este pequeño mundo de la blogósfera se te extraña.
Abrazos
Saqysay
Me parece que debo agradecer doblemente la nominación con que me honra –inmerecidamente- Toño: por la nominación en sí y por tu visita.
Y sí, este relato es de la vida real (la mía)
Saludos y gracias
Cuentos bajo pedidio.
Ya sabes el cliché: la dicha no da para buenas historias Como soy necia, quisiera pensar que al menos de vez en cuando, si puede ocurrir.
Saludos.
Querida Violette
Lo que no puedo creer, es haber sido tan torpe y no darme cuenta lo que había tras la aparentemente feliz y cínica personalidad de D.
El parque es enorme, lleno de árboles; de día tan bullicioso y cuesta imaginarlo tan solo y sombrío después de las diez de la noche.
Un beso y gracias
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prefiero=las=patadas=pues=mi=swing
no=lo=practico=desde=los=15=jeje)
justo por la mañana pensaba eso.. de que porque hay seres que te dañan lo suficiente, te salatan en sombras o presencias obscuras agazapadas como para atacar cuando uno menos lo esperas...
justo lo pense y justo pense en postearlo pero quiza no quiero redondar mas en esas sombras que tanto daño han hecho y que han minado cierta parte de nosotros... lo que habria que hacer si es posible comenzar a despedirlas o hablarles de ud. Yo por mi parte ya me arranque el anzuelo sin cirujano preciso...
asi de tajo
porque ya es lo justo.
besos
Chilly
Bueno esto es más raro ¿no? quería con la amiga de tu sister... pero iba a buscar ésta.
Jolie
Me da gusto querida; ya era justo y necesario que arrancaras esas sombras del pasado. Que digo necesario, exigible e impostergable.
Besos felices por ti
Ahora mismo ando pensando en culpas.
No se.
Una de mis mejores amigas escapaba. Bueno, estaba "on the run", suena mejor que "escapaba".
Tenia hasta planes. De tiempo y de espacio. Su "el" tenia un atributo sobresaliente. A veces ciertos atributos sobresalientes sobresalen demasiados: ser exageradamente bello, tener una peculiaridad psicologica, ser demasiado sensible, tener un cuerpo de vacaciones, etc.
El arbol que plantaron juntos crecio en el terreno equivocado. Hubo que talarlo. Desafortunadamente las raices siguieron ahi. Mi amiga cogio un par de alas y volo. A Irlanda, a Alemania, a muchas partes.
Una vez me llamo llorando, al anochecer. "Se ha mudado aqui" me dijo.
Muchas gracias Marichuy, por el comentario que me dejaste, sos muy generosa.
BESOTES
G. neidisch
Así es, hay cualidades sobresalientes que sobresalen demasiado; infortunadamente ese no es mi caso.
Besitos
Esas fuerzas invisibles e invencibles de la cara oculta de la vida le obligaron a rendirse. Lo peor de todo, lo que peor llevaba, era que no sabía lo que había hecho o, más probablemente, lo que no había hecho para encontrarse en esa situación. Súbito, insospechado, violento: demasiado para un burguesito mimado por la vida. ¿Tenía que ser así? Como un cruel truco de magia: ahora está, ahora no está. Ahora te quieren, ahora no te quieren. Inés estaba y le quería, Inés ya no estaba y no le quería. Así, a pelo. Era, acaso, como morirse de repente: ahora estás, ahora ya no estás. Dolía. Y empeñó todos sus esfuerzos y toda su disciplina, que no era poca, en ahogar y ensordecer el dolor, confiando en que el tiempo se encargara de hacer las curas hasta que, lentamente, la herida se cerrase, quedando al final una cicatriz en una zona invisible, donde no afea, donde nadie, ni siquiera uno mismo, puede ver si está abierta o cerrada. No pensar y seguir andando. O dejarse llevar, como un canto rodado.
Que bién escribes cagoenlaostia, joder. Lo primero que hay que hacer cuando se rompe una relación es cortarla de raiz, nada de números de teléfonos y menos de dar direcciones, ahí cometiste un fallo, que hemos cometido muchos pensando que si lo nuestro no funcionó, quizás podamos ser amigo..., otro fallo má grande, porque uno de los dos siempre querrá volver con el otro. Se deja mucho en el camino y se sufre de saberse envuelto en un fracaso, pero el verdadero drama llega cuando ya no hay marcha atrás.
Abrazo, mejicana.
Bate
Si supieras: yo NUNCA le di mi nuevo teléfono ni mi dirección; los consiguió, de manera tramposa, a través de mi familia (ese si fue error mío: no contarle a nadie en mi casa).
Por lo demás, te agradezco mucho tu amable comentario, absolutamente inmerecido, pero sinceramente agradecible
Te mando un abrazo
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