escribir

Escribir: tratar de retener algo meticulosamente, de conseguir que algo sobreviva; arrancar unas migajas precisas al vacío que se excava continuamente, dejar en alguna parte un surco, un rastro, una marca o algunos signos.[Georges Perec]

julio 11, 2007

La Ratatouille

No me refiero propiamente al más reciente suceso cinematográfico hollywoodense -dicen que el filme es espléndido-, que no he visto por lo que no puedo opinar; será mi tarea para este fin de semana. En tanto cumplo mi encargo fílmico, para ir entrando en materia y también, porque ya tengo hambre, voy hablar un poco de lo que está detrás del filme, del guisado que le presta su nombre: Ratatouille.

La Ratatouille es un platillo originario de la Provence francesa reconocido aproximadamente desde el Siglo XVIII; su nombre es un vocablo popular, expresión compuesta derivada del verbo touiller (revolver o mezclar, dar vuelta, agitar) y es un guiso vegetariano que resulta especialemte atractivo para quienes -como yo- no comen carne de vacuno ni de porcino.

Según el gusto y la localidad, la receta presenta ligeras variaciones pero, en términos generales, esta sería la más común, degustada en la región de Niza:

Ingredientes para cuatro personas
4 cucharadas de aceite de oliva
2 cebollas blancas picadas
6 dientes de ajo (o echalotes) machacados
3 cucharadas de herbes de Provence (una mezcla de tomillo, albahaca, mejorana, orégano, estragón, hinojo, romero y laurel y si prefieren, se le puede añadir un poco de lavanda; todas secas)
1 pimiento rojo picado
2 pimientos verdes picados
2 berenjenas picadas en cubos medianos
2 zucchini (calabacitas italianas, las largas) en rodajas
3 jitomates medianos en rodajas
1 cucharada de pasta de tomate
Sal y pimienta blanca recién molida al gusto
3 cucharadas de albahaca fresca picada

Preparación
Calentar el aceite de oliva en una cazuela grande no muy honda (el wook usado para la cocina china sirve muy bien), agregar la cebolla y cocinar hasta que se torne transparente, agregar el ajo y las hierbas de y saltear durante 2 minutos. Agregar los pimientos y dejar en el fuego por 5 minutos revolviendo ocasionalmente. Incorporar el resto de los ingredientes y saltear durante 15 minutos aproximadamente. Sazonar con sal y pimienta; servir con albahaca fresca espolvoreada. Si no se es tan vegetariano, este platillo puede acompañarse de carne, algún pescado; o bien, servirse con arroz blanco, o cuscús, y mariscos como camarones o mejillones.



Algo del filme Ratatouille. Ya todo mundo sabe que este cuenta la historia de una rata soñadora, Rémy, llegada de la provincia a París con la idea de convertirse en un Maestro Culinario, así que no abundaré al respecto. Más bien hablaré brevemente algunos de los preparativos, casi culinarios, previos a la filmación. Según portavoces de la casa Pixar-Disney, para darle más realismo a las labores culinarias, buscaron asesoría de chefs franceses y de un estadounidense especializado en cocina francesa (Thomas Keller); viajaron a Paris y visitaron algunos restaurantes que les sirvieran de modelo para recrear fielmente un restaurante tradicional de un París mágico y algo pasado de moda, con altos muros recubiertos de terciopelo, un patrón imponente y agitada cocina, donde desarrollar su película. Al parecer los dos restaurantes que sirvieron de referencia son el muy reconocido (no se cuantas estrellas Michelin, pero las tiene) Tour d'Argent (no lo conozco, pero sé que es carísimo) y Le Train Bleu (20 boulevard Diderot. Gare de Lyon. Paris), un sitio très particulier, inaugurado en 1901 y declarado monumento nacional, cuenta con una decoración belle époque con un toque decadente: vidrios emplomados, estucos, murales decorados por importantes artistas de la época –incluye frescos de Guillaume Debufe, Gaston C. Saint- Pierre, Max Leenhardt y Antoine Calbet-, una barra de ensueño (me recordó a la barra del restaurante La Ópera en la Ciudad de México), cortinas y muebles tapizados en terciopelo color vino; etc. Le Train Bleu está situado en una estación de trenes, específicamente el primer piso de la emblemática Gare de Lyon.
[por alguna asociación cinematográfica, a mi se me figuró sacado de una película de Vizconti, cuando lo conocí tenían un maître de ascendencia oriental ma-ra-vi-llo-so, quien contribuía a esa atmósfera peliculesca; desafortunadamente, no divisé ningún mesero parecido al sobrino Tancredi –Alain Delon, bellísimo a los 27 años- de Il Gatopardo].

Dicen los voceros de Pixar que a los chefs franceses consultados lo que más les hacía corto circuito era la imagen de una rata en su cocina, pero que finalmente accedieron a abrir las puertas de sus cocinas al equipo de producción (incluso que algunos miembros del equipo tomaron una especie de diplomado en cocina francesa tradicional), debido a que el film resalta la pasión por la buena comida, el arte de cocinar y rescata la importancia de la cadencia culinaria; de igual manera que hace una mordaz crítica a la comida chatarra; asimismo, debieron sentirse motivados pensando que Ratatouille constituya una excelente promoción a la buena comida, pues según M. André Terrail, propietario de la Tour d’Argent, "se demuestra que la alta gastronomía no es tan inquietante, pretenciosa o complicada".

En fin, ya sea comiendo La ratatouille o disfrutando del filme Ratatouille,
¡Bon Apetite!

42 comentarios:

Waiting for Godot dijo...

Tendré que comerme al uno y devorar al otro. ;)

marichuy dijo...

Waiting,
Me parece una buena decisión; disfruta de ambos, en el orden de tu preferencia.

Un beso

alonso ruvalcaba dijo...

me dio tristeza enterarme de que no comes vacuno o porcino.

caballar?

marichuy dijo...

¿Cerdito? por una razón extraña, juro que no tengo mamitis, solo lo como y disfruto una vez al año: la pierna con frutas de invierno que hace mi madre.

¿Vacuno?, uff ya llovió desde la última vez que me comí una carne, una arrachera fenomenal, allá en Hermosillo.

¿Caballar? híjole, no sé si alguna vez me dieron caballo por vaca y yo tan babas que ni me enteré.

Gerardo de Jesús Monroy dijo...

Si el guiso es vegetariano, supondré que no contiene carne de rata. Quiero aclarar eso porque yo a Calderón, nomás no lo trago.

marichuy dijo...

Erat
¡Por favor ¡no insultes al arte culinario!

Para que te quede claro, la ratatouille es un plato sencillo pero delicioso y placentero; o sea, en las antípodas de Calderón.

cosaensi dijo...

AH LA RATATOILLE!
: )
en el sur hay algo parecido llamado 'samfaina' por ahí en mexico existe?

marichuy dijo...

Be

En el sur de México se acostumbra un guiso parecido (que no tiene un nombre especial), elaborado a base de calabacitas picadas, granos de elote, tomate picado, chile poblano (parecido al pimiento morrón, pero mucho más picante), cebolla y ajo; se sazona con sal gruesa (de mar), pimienta gorda y cominos.

Un beso

Paxton Hernandez dijo...

Yo ya ví la peli y esta medio inflada. Bonita y excelentemente bien hecha, pero hubo algo que no me latió. Te mando saludos!

marichuy dijo...

Paxton
Si, quizá las reseñas son un tanto excesivas, pero en medio de la cartelera de blockbusters veraniegos, Ratatouille es sobresaliente.

Saludos para ti

Paxton Hernandez dijo...

Aunque El imperio lo es más. No me canso de esa peli. Voy por la 7a. vez mañana =P

Es adictiva.

marichuy dijo...

Obvio no hay punto de comparación, son propuestas cinematográficas muy distantes; desde luego que “Imperio” no está en la lista de blockbusters veraniegos a los que me refiero.

Pero, ¿siete veces? ¿un film de 3 horas? A eso llamo yo adicción a David Lynch.

Pedro Miguel dijo...

Los caníbales kosher comen vegetarianos.

marichuy dijo...

Pedro

Yo como pescado, pollo y guajolote. ¿Crees que me salve?

Un abrazo

Pedro Miguel dijo...

¿Guajolote, Mme. Matisse? ¿Dónde consigues guajolote a estas alturas? Porque lo que hay en el súper es pavo, que es al guajolote lo que un French Poodle a un lobo.

Abrazo.

marichuy dijo...

Cuando voy a mi pueblo (en la sierra de Guerrero), mi tía materna consigue pollos y gallinas “de a devis” y guajolote, que no pavo; con este último prepara un almendrado exquisito.

PS Oye que tienes contra los French Poodle, ¿eh? Si son un encanto, perritos de ornato, medio chocantes y consentidos (hasta parecen gatos), pero encantadores y súper cariñosos.

Pedro Miguel dijo...

Bienaventurada tú, que has logrado ver a los pollos corriendo crudos, y a los guajolotes, en su esplendor horrendo.

Ah, y contra los French Poodle, nada, nada. Es sólo que los perros, en general, me recuerdan mucho a ciertos seres humanos. En su Tratado de la pintura Leonardo decía que los canes son "animales ávidos". Ça te dit quelque chose, comme même, non?

marichuy dijo...

Pedro
Debo confesar que no disfruto nadita ver como mis primos persiguen a los pollos para darles matarile... aunque luego se me olvida y bien que me los como (¿será una subespecie de canibalismo?)

Oye, los French Poodle son inofensivos, muchísimo más que ciertos seres humanos.

Pedro Miguel dijo...

- Con esa experiencia seudocaníbal, tendrías que asesorarme para hacer que mi hija entre en razón: tiene un conejo que ya llegó a un grado de desarrollo en el que no queda más que comérselo (o volverlo cuello de abrigo), pero no lgoro persuadirla.

- También hay que admitir que los canes esos son más perspicaces que ciertos seres humanos.

- Almendrados de Guerrero, pero no precisamente de guajolote: me acaba de llegar de Pilcaya un licor de mezcal que no tiene su madre.

marichuy dijo...

Los conejitos chiquitos me dan ternura, pero ya grandecitos, siempre que no estén muy pasados, son perfectos para un adobo que solía hacer mi abuela, que desde su muerte ya no he vuelto a comer. Pero a una niña es muy difícil convérsenla de ello, a esa edad una tiene corazón de pollo (bueno a veces ya más creciditas, como yo comprenderé, también).

Del mezcal guerrerense, será regionalismo pero suele ser tan bueno (aunque menos publicitado) como el oaxaqueño. Mi abuela (ando muy nostálgica hoy) preparaba uno con -entre otros ingredientes- cáscara y gajos de naranja, clavo (la especie, no vayas a pensar que de metal) y miel; lo dejaba reposando como seis meses y estaba listo. Era delicioso y, según ella misma, lo más indicado para los cólicos femeninos.

Salud con tu almendrado.

Pedro Miguel dijo...

À votre santé, Mme. Matisse.

... Dicen que hay quien le pone, además, yerbas de la receta secreta por la que el Coronel Sanders fue a dar al bote... Dicen...

marichuy dijo...

Uy

De ese mezcalito “especial” también preparaba mi abue... dizque para las reumas.

Pedro Miguel dijo...

¿Con ruda o sin ruda?

marichuy dijo...

No recuerdo que le agregara ruda al remedio contra las reumas; pero si a otro preparado para el dolor de oído; no lo bebía, se ponía tapones de algodón empapados en el apestoso líquido (la ruda con mezcal huele horroroso. Ah… y el mezcal con la otra yerbita verde tampoco lo ingería, se lo untaba dándose masajes; bueno eso me decía a mí).

Oye, parecemos expertos de la droguería "Cosmopolita", esa que está ahí en Av. Revolución.

Pedro Miguel dijo...

Buenísima, la ruda para dolores musculares aunque, sí, letal para el olfato. Y claro que basta con untarse la solución Mezcal & Sanders Co. para tener dulces sueños: por la vía cutánea también algo se absorbe.

Bueno, en esa droguería yo compraba los reactivos para mis experimentos de secundaria, y una vez, hasta un litro de ácido clorhídrico, que pensaba echárselo al coche de alguien que me había hecho no sé qué, pero se me olvidó la ofensa mucho antes antes de poner en práctica mi plan vengativo. Una maravilla de establecimiento.

marichuy dijo...

Uy, en ese establecimiento mi abuela compraba un montón de menjurjes y a mí me encantaba acompañarla, se me figuraba como un sitio del siglo XIX, casi como de película de brujería .

Pedro Miguel dijo...

Pues qué capacidad de abstraerte del entorno, porque los frascos de la vitrina de la entrada daban el pegue, pero la arquitectura es (creo que sigue siendo) inequívocamente setentosa.

Ernesto dijo...

se me antojó ver esta película, gracias mil y bon apetit

marichuy dijo...

Al leer las dos primeras palabras de tu comment, pensé que dirías "se me antojó un mezcalito".
Un abrazo

Pedro Miguel dijo...

A mí se me antojó ver la película en el auditorio de la Droguería Cosmopolita, con un mezcalito en mano y una abuela como la de Marichuy consintiéndome con guajolote almendrado.

marichuy dijo...

Pedro
Tus antojos si que son difíciles de cumplir; aunque el guajolote almendrado lo podemos intentar, me gusta cocinar; pero lo demás, lo dudo.

Un beso

Pedro Miguel dijo...

Pues el mezcal ya está, la película nos la agenciamos en Mixup y en cuanto a la droguería, la de tus fantasías infantiles está aquí. Me apunto para gestionar ante los propietarios la concesión para el Cineclub Cosmpolita. Still missing something?

marichuy dijo...

Nothing

Ah si, que la peli salga en DVD.

PS Que hermosa la imagen de la "Cosmopolita" a principios del siglo pasado

Pedro Miguel dijo...

Corrección: donde dice "Mixup", léase "vendedores de DVD piratas en Eje Central".

marichuy dijo...

¿Y por qué tan lejos? ¿que no hay por el sur?

Pedro Miguel dijo...

Para de una vez quedar cerca de la tal Droguería. ¿O preferirías local setentoso en Revolución 1080?

marichuy dijo...

Si, porque tu eres capaz de seleccionar la sucursal de Gustavo Baz (que sepa Dios donde queda eso).

Pedro Miguel dijo...

Oye, oye, me naturalicé mexicano, no mexiquense, como Córdoba Montoya.

Lorena dijo...

Hoy prepararé el ratatouille, pase por aqui para checar la receta...hay algunas variantes en otra que tengo de por acá, pero en escencia es lo mismo, creo me hace falta la calabacita, ya iré al mercado..
saludos!

marichuy dijo...

Lore
¿Se consiguen calabacitas en Suecia?, mira yo creí que por allá no se daban.

Pues yo, el sábado volví a ver el filme de La Ratatouille, me encantó... otra vez.

Bon apetit

Anónimo dijo...

Querida ahora no mas me falta conseguir los ingredientes, pero ya se me abrio el apeto...hummmmm, y aún me falta mucho para salir a comer, bueno no tanto...regreso después para copiarla.

Gracias y te mando todas mis bendiciones, je, je,

Dilbertina

marichuy dijo...

Dilbertina querida

Perro no son tan difíciles de conseguir, no? Este platillo es sobre todo, una oda a la paciencia, je. Las cosas mejores de la vida, se cocinan a fuego lento... dicen

Abrazos