En ciertas ocasiones un filme nos permite evadirnos de la realidad y adentrarnos en un mundo de sueños inasibles, muchas veces desproporcionados y sin sentido. Filmes de este tipo pueden gustar a unos y ser despreciados por otros pues, más allá de ciertos elementos genéricos, la apreciación cinematográfica es algo tan subjetivo, tiene tantas aristas como formas de ser “visto” o entendido, acorde a la sensibilidad, preferencias, maneras de entender el mundo e incluso, estado anímico de cada espectador. Ello no quita que las producciones cinematográficas sean analizadas, diseccionadas y explicadas, para luego ser “aprobadas”, glorificadas hasta el exceso o, bien, según sea el caso, destrozadas sin piedad por los miembros del exquisito círculo de “críticos especializados”. Muchos de estos críticos suelen ser verdaderamente lapidarios en sus reseñas, otros un tanto más (o un mucho, según sus filias y fobias) generosos y otros, muy pocos, tratan de ser equilibrados y cercanos a la, imposible, “objetividad” en sus críticas cinematográficas.
Sobre este tema, hay una película que pasó sin pena ni gloria por las pantallas comerciales durante el otoño pasado -en gran medida debido a una nula promoción comercial, ni un trailer en la TV; por ahí alguno que otro despistado nos enteramos de su estreno ya que fue la que clausuró del IV Festival de Cine de Morelia en octubre de 2006 y posteriormente tuvo su salida comercial el 10 de noviembre-; me refiero a La ciencia del sueño, dirigida por Michael Gondry y protagonizada por Gael García Bernal.
El filme nos introduce al mundo de Stephane (Gael), quien es hijo de una francesa y un mexicano y a la muerte del padre, a solicitud de su madre regresa a París, quien le ha conseguido un trabajo donde –según ella- podrá desarrollar su profesión de diseño gráfico. Stephane es un joven tan atribulado e inmaduro, como creativo, soñador e hipersensible, que no alcanza a distinguir la delgada línea que divide los sueños de la realidad y quien, a través de un loco y creativo ejercicio lúdico, busca sobrevivir en su ordinario y desesperanzado entorno (el trabajo es horrible y los compañeros de labores una fauna bastante chiflada; para colmo acaba enamorado de su vecina Stéphanie -Charlotte Gainsbourg-, quien no termina de comprender a este niño-grande. Es así que los espectadores podemos ver [mediante su proyección en la pantalla de “Stephane TV”, de la cual es conductor y donde da pláticas sobre la “ciencia del sueño” –las cámaras están hechas de cartón, de cajas y papel celofán y cobran vida bajo las técnicas de animación “stop-motion”, que, dicen los expertos, puede ser clasificada en varios subgéneros, siendo la que utiliza Gondry la Object Animation, la cual se aplica a todo tipo de animación cuadro por cuadro para aparentar que un objeto estático se está moviendo-], como sería la vida para Stephane si sus desaforados sueños se materializaran.
Para sus detractores la historia es un tanto floja, sobre todo porque la comparan con su anterior Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, cuyo guión es autoría del aclamado (casi idolatrado) Charly Kaufman y del propio Gondry. A mí, que no pertenezco al club de adoradores de Kaufman, la película me encantó, me pareció muy rico y estimulante ver como a medida que la relación entre Stephane y Stéphanie va aflorando, sus sueños también y la película nos los muestra creando una riqueza visual espléndida, un espectáculo visual fascinante; las imágenes logradas son de gran fuerza y belleza y, quizá sin buscarlo, logran emocionar, al tiempo que invitarnos a imaginar y soñar.
Como ejercicio es magnífico, más en estos tiempos de violencia, agresión y desaliento que vivimos
LA CIENCIA DEL SUEÑO (La science des rêves)
Dirección y guión: Michel Gondry.
País: Francia.
Año: 2006.
Duración: 105 min.
Género: Comedia dramática.
Interpretación: Gael García Bernal (Stéphane Miroux), Charlotte Gainsbourg (Stéphanie), Alain Chabat (Guy), Miou Miou (Christine Miroux), Aurélia Petit (Martine), Sacha Bourdo (Serge), Pierre Vaneck (Sr. Pouchet), Emma de Caunes (Zoé), Stéphane Metzger (Sylvain), Alain de Moyencourt (Gerard).
Producción: Georges Bermann.
Música: Jean-Michel Bernard.
Fotografía: Jean-Louis Bompoint.
Montaje: Juliette Welfling.
Diseño de producción: Pierre Pell y Stéphane Rozenbaum.
Vestuario: Florence Fontaine.
Gondry sueña
Michel Gondry dreams out loud with his amusing mix of music and animation
Este es el trailer gringo de La ciencia del sueño



























